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Democracia

Elecciones decididas a cara o cruz: en este país se lanza una moneda para escoger al gobernante

En caso de que varios candidatos reciban la misma cantidad de votos, dejan el cargo 'en manos del azar'

Lanzar una moneda a cara o cruz Dreamstime

En los países donde se celebran elecciones democráticas, ya sea de forma directa o representativa, los ciudadanos pueden ejercer su derecho al voto para influir en el rumbo común que tomará la política del territorio en el futuro. Desde su invención en el siglo V a. C. por los griegos, se han desarrollado diferentes variaciones en el sistema político de la democracia, algunas de ellas realmente llamativas.

Hoy en día resulta casi imposible imaginar que un país moderno y desarrollado pudiera acordar su provenir de gobierno con métodos que incorporen el azar, aunque lo cierto es que esta clase de resoluciones se han extendido y continúan dándose incluso en nuestros días. Al otro lado del globo, en las antípodas de la Península Ibérica, hay una nación donde, en ocasiones excepcionales, la democracia se ejerce con un 'cara o cruz'.

Parece un idea sacada de un chiste fácil, aunque lo cierto es que, cuando ocurre un empate entre candidatos locales con el mismo número exacto de votos (algo no tan incierto de ocurrir en pequeños municipios o poblaciones), se recurre legalmente al azar para determinar el ganador. Como si se tratara de un juego infantil para decidir 'saque o portería', el cargo responsable de gobernar sobre los vecinos termina pues echando a suertes.

Elecciones decididas a cara o cruz: en este país se lanza una moneda como forma de desempate

Se trata de Nueva Zelanda, país cuya capital, Wellington, se encuentra a casi 20.000 kilómetros de Madrid. No existe ningún vuelo directo entre estos destinos y los que se ofertan, incluyendo las escalan, pueden tomar fácilmente más de 36 horas en completarse. En esta nación de Oceanía, tal y como está estipulado en su base legal, la 'última palabra' en unas elecciones puede tenerla la 'diosa fortuna'.

Y es que la "Local Electoral Act 2001", el texto legal neozelandés que regula las elecciones locales (esto es, municipales, regionales y de consejos comunitarios), estable que, en caso de empate técnico exacto en el número de votos recibidos por dos o más candidatos, el oficial electoral deberá determinar el resultado por sorteo ("by lot"). Si bien es cierto que la ley no especifica qué forma de sorteo debe aplicarse, podría incluir lanzar una moneda a cara o cruz, así como tirar un dado o sacar papeles de una bolsa opaca.

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Aunque se deja en manos del azar quién será el nuevo alcalde o gobernante, esto solo puede ocurrir cuando los ciudadanos hayan ejercido previamente su derecho al voto y, excepcionalmente, el mismo número de personas se ha decantado por una y otra opción. Ocurren estos empates las menos de las veces, pero solo en este siglo se han registrado ya varios casos reales donde las elecciones han terminado 'echándose a suertes'.

En 2019, por ejemplo, durante la celebración de unas elecciones locales, el asiento final del consejo del distrito de Wakatipu quedó en empate con 2.183 votos para cada uno de los candidatos (tras un recuento judicial supervisado por el distrito). Así, un juez determinó que debía recurrirse al lanzamiento de una moneda a cara o cruz para determinar un ganador. A pesar de la practicidad del método, debido a las quejas de varios gobernantes y políticos a lo largo de los años, la legislación ha ido reformándose con el objetivo de mejorar los procesos y salvaguardar la transparencia.

Lo más llamativo de esta forma tan original de resolver los empates electorales es que también se podría llegar a aplicar a los escaños parlamentarios, siguiendo los criterios de la legislación neozelandesa. Sin embargo esto nunca ha ocurrido, ya que las probabilidades son ínfimas, dado el gran volumen de personas que participan en esta clase de comicios nacionales.