
Crisis migratoria en Europa
En el interior de un buque salvavidas
Más de 12 horas a la deriva, deshidratación, malos tratos e hipotermia. LA RAZÓN visita la Fragata Canarias que participa en la misión europea EUNAVFOR MED cuyos responsables relatan a LA RAZÓN las condiciones en las que los exiliados son socorridos

Más de 12 horas a la deriva, deshidratación, malos tratos e hipotermia. Militares españoles de la Fragata Canarias, que participa en la misión europea EUNAVFOR MED, relatan a LA RAZÓN las condiciones en las que los exiliados son rescatados en el Mediterráneo
El drama de la migración masiva no cesa. Según los datos que hoy ha hecho públicos la Organización Internacional para las Migraciones son más de un millón los refugiados que han llegado a Europa en este año, y la cifra apunta a seguir aumentando en 2016. El mayor número de exiliados que llegan al Viejo Continente lo hacen por vía marítima; según la OIM, 973.500 así lo hicieron este año. Sin embargo, la tragedia migratoria que ahora “sorprende” a las autoridades europeas empieza muy lejos de nuestras fronteras. Lo que nosotros observamos es tan sólo la punta del iceberg, pues el tortuoso camino que los exiliados recorren se inicia cientos de kilómetros antes. En Siria, Sudán, Eritrea, Afganistán... Desde allí, los ciudadanos huyen de la guerra en busca de una vida mejor que tampoco encuentran ahora en Europa, donde se amontonan en centros de refugiados a la espera de obtener la condición de asilados. “El éxodo desde África comienza dos años antes de embarcase para cruzar el Mediterráneo. Es una selección natural, tan sólo los más afortunados llegan hasta Libia, los débiles mueren por el camino. Una vez llegan a la costa del país magrebí, los traficantes les obligan a trabajar hasta que consiguen la cantidad que les piden para poder montarse en una de las precarias barcas. Pueden estar trabajando, esclavizados, hasta tres años”, explica a LA RAZÓN el teniente coronel Adolfo Carabo, jefe médico de la Fragata Canarias. Este buque español participa desde el pasado 5 de octubre en la Operación EUNAVFOR MED “Sophia” cuyo objetivo es luchar contra las mafias que operan en el Mediterráneo. Aunque entre sus obligaciones no se encuentra la de salvamento, sí han participado en labores de rescate ya que así lo estipula la ley del mar. De hecho han socorrido a 630 exiliados en dos operaciones llevadas a cabo en noviembre. “Recogemos a personas agotadas, con hipotermia y deshidratadas. Muchos de ellos llegan con síntomas de asfixia a causa de los gases que han respirado del motor. A los que menos pagan les meten en el piso de abajo de las embarcaciones de madera y claro, las mezcla del gasoil y el agua que se filtra genera muchos problemas de salud”, asegura Carabo, quien añade que la mayoría de los eritreos presentan soriasis, heridas infectadas, diabetes... Un calvario por el que los migrantes pagan entre 1000 y 1200 euros por barca neumática y entre 3.000 y 4.000 por una madera.
12 horas a la deriva
Según relata el teniente coronel, otro de los rescatados en noviembre presentaba una herida en el fémur, la cual había sido provocada por el forcejeo con un mafioso en la costa libia. “Según nos contó, se negaba a subirse a la precaria embarcación y uno de los traficantes le golpeó con la culata de un fusil y le rompió la pierna”, asegura el médico.
La Fragata Canarias opera entre los puertos de Subratah y Zuwarah, cerca de la frontera con Túnez. No pueden entrar en aguas nacionales de Liba, tan sólo lo harían en caso de que lo apruebe el Consejo de Seguridad de la ONU o si lo autoriza el propio Estado (algo altamente improbable dado el caos que reina en el país), por lo que resulta complejo luchar con total efectividad contra los traficantes. Éstos lo que hacen es acompañar a los refugiados hasta las 12 millas de la costa y luego les dejan slos a la deriva. “Les dicen que en dos horas estarán en Europa, y es mentira. La mayor parte de los viajes son de noche y pueden estar a la deriva hasta 12 horas. Sólo el 20% de ellos lleva salvavidas”, explica el teniente coronel.
“Nos reciben tarareando la Macarena”
“Son muy agradecidos. La mayoría no habla nuestro idioma pero nos entendemos por gestos. Alguno, cuando ve la bandera española empieza a entonar la Macarena. Lo hacen en señal de agradecimiento. Otros levantan el pulgar para darte las gracias, mientras que los niños llegan con mucho miedo y no quieren separarse de sus madres”, explica la soldado Gallardo que viajó en una de las rhib que rescataron a más de 600 exiliados. “Lo primero que hacemos es identificarles y revisarles para comprobar que no llevan armas. Luego les llevamos a enfermería para hacerles una revisión”, detalla. Tanto ella como su compañero el soldado Bustillo confiesan a LA RAZÓN que son momentos muy duros los que se viven al rescatar a estas personas. En la neumática que rescataron hallaron un cadáver. Al parecer padecía tuberculosis y que había recibido malos tratos. Miles de exiliados buscan El Dorado en Europa, pero su sueño, en más ocasiones de las deseadas, termina en el fondo del Mediterráneo.
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