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Erdogan aboga por implantar la pena de muerte en Turquía
El fallido golpe de Estado del viernes pasado ha causado la muerte de al menos 290 personas. Turquía abolió la pena de muerte en 2004 para cumplir con los criterios de la UE. Unas 6.000 personas han sido detenidas tras el fallido golpe de Estado del viernes
Unas 6.000 personas han sido detenidas tras el fallido golpe de Estado registrado en Turquía en la noche del viernes al sábado, indicó hoy el ministro turco de Justicia, Bekir Bozdag, antes de añadir que "habrá más".
Artículos de: Manuel COMA, Inocencio ARIAS y Rafael CALDUCH
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha defendido este domingo la aprobación sin dilaciones de la pena capital en respuesta al fallido golpe de Estado del pasado viernes.
Erdogan ha comparecido ante una multitud de seguidores que exigían con sus cánticos la pena de muerte y el presidente ha respondido: "No podemos ignorar esta demanda".
El mandatario turco ha afirmado que abordarán esta cuestión con los partidos de la oposición para intentar lograr una postura de consenso con el fin de impulsar su aprobación en el Parlamento.
Además, Erdogan ha emplazado a sus seguidores a mantenerse en las calles para protestar contra el golpe de Estado hasta el próximo viernes con el argumento de que "la amenaza contra mí no se ha eliminado por completo".
Turquía abolió la pena de muerte en 2004 para cumplir con los criterios de acceso planteados por la UE, aunque llevaba sin realizar ejecuciones desde 1984.
Unas 6.000 personas han sido detenidas tras el fallido golpe de Estado registrado en Turquía en la noche del viernes al sábado, indicó hoy el ministro turco de Justicia, Bekir Bozdag, antes de añadir que "habrá más".
"Hasta ahora se han detenido unas 6.000 personas. Habrá más detenciones", aseveró el ministro en declaraciones a la televisión pública TRT en Ankara.
Hasta ahora, las autoridades habían informado de 2.839 soldados detenidos, entre ellos decenas de generales, mientras que más de 2.700 jueces fueron destituidos.
El ministro volvió a acusar a los seguidores del predicador conservador Fethullah Gülen de haber organizado el golpe.
Agregó que el Gobierno turco seguirá limpiando las instituciones del Estado y el Ejército de lo califica como "organización terrorista de Fethullah Gülen"(FTO).
"El hombre número uno en esto (el golpe) es Fethullah Gülen. Después de esto, mantener Gülen en Estados Unidos no sirve a la amistad entre Turquía y Estados Unidos", dijo Bozdag.
Gülen vive desde hace años en un exilio auto-impuesto en EEUU y Ankara exige su extradición, una reclamación que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, repitió ayer una vez más.
Sobre las destituciones de los 2.700 jueces, Bozdag destacó que el objetivo de "liberar la judicatura turca"con esos ceses.
Paralelamente, el comandante de la base aérea de Incirlik, el general Bekir Ercan Van, ha sido detenido por su supuesta complicidad en el intento fallido de golpe de estado en Turquía. Ayer, la agencia de noticias Dogan ya informó de que el general había sido interrogado por agentes del Gobierno turco sin que se confirmaran los motivos exactos del cuestionario al que fue sometido. Fuentes oficiales han confirmado la detención del militar al diario turco 'Sol', que muestra una imagen del general esposado y con las manos a su espalda.
La base aérea, cerca de la frontera con Siria, es empleada por la coalición liderada por Estados Unidos para librar su campaña aérea contra Estado Islámico y alberga varias decenas de ojivas nucleares.
El primer ministro turco, Binali Yildirim, ha advertido de que "nuestro trabajo aún no ha terminado", en referencia a la "operación de limpieza"contra las fuerzas que apoyaron la intentona de golpe de Estado.
Por ello ha reivindicado el papel de "vigilantes de la democracia"que deben ejercer los ciudadanos y les ha instado a confundir a las "bandas del Estado paralelo con uniforme"con "nuestros soldados".
En cualquier caso, Yilidirim ha hecho un llamamiento a la calma. "Ahora todo ha vuelto a la normalidad. Nuestros ciudadanos volverán a sus quehaceres diarios", ha afirmado.
Como ejemplo, ha citado la Bolsa de Estambul, que está ya funcionando, al igual que el Banco Central de la República de Turquía o la Comisión de Mercados de Caitales de Turquía. "El sistema bancario funciona con normalidad", ha apostillado.
El fallido golpe de Estado del viernes pasado ha causado la muerte de al menos 290 personas, informó hoy el Ministerio de Exteriores turcos en una nota enviada a los corresponsales extranjeros acreditados en el país.
"Más de 100 conspiradores golpistas murieron. Las operaciones continúan. Desafortunadamente, más de 190 de nuestros ciudadanos hallaron la muerte", señala la nota.
Hasta ahora, el balance oficial de muertos era de 161 entre civiles, policías y soldados leales al Gobierno, mientras que el número de golpistas fallecidos oscilaba entre 20 y 104, según la fuente.
El fracaso del golpe propició una inmediata demostración de fuerza del Gobierno islamista, que se apresuró a realizar purgas en la Judicatura y el Ejército, a la vez que recibía el respaldo de todos los partidos políticos. El Ministerio de Interior anunció la destitución de cinco generales y 29 coroneles, en lo que el primer ministro turco, Binali Yildirim, describió como «una fiesta de la democracia», resaltando que la población se había opuesto a los golpistas. Yildirim, líder del gobernante partido AKP, obtuvo el respaldo de los tres partidos de la oposición, que condenaron el golpe de forma unánime, aunque hicieran veladas críticas a la deriva autoritaria del Gobierno, informa Efe.
Durante la madrugada del sábado, enfrentamientos entre las fuerzas policiales y militares atronaron las calles de la capital y produjeron el mayor número de bajas. Además, numerosas explosiones tuvieron lugar en el centro de la capital: en el Parlamento, que fue además ametrallado por tanques del Ejército, la sede central de la Policía, el Estado Mayor, la sede de la televisión pública TRT y las oficinas de la inteligencia turca. Durante cinco horas, el fuego cruzado entre agentes y soldados presagió lo peor frente al palacio de Erdogan, en Ankara.
Tanto el primer ministro como el presidente de la República, Erdogan, instaron a la ciudadanía durante el transcurso de la noche a salir a la calle y detener a los golpistas. Al grito de «Alá es grande» y portando banderas turcas, los islamistas acudieron al mausoleo de Mustafa Kemal Atatürk, el Anit Kabir, localizado en Ankara. También en la plaza Taksim de Estambul, los seguidores del Partido para la Justicia y el Desarrollo (AKP), que lidera el Gobierno, se enfrentaron a los soldados. Según las imágenes difundidas por las televisiones turcas, muchos golpistas sufrieron el violento acoso de ciudadanos que habían salido a la calle de madrugada siguiendo el llamamiento del Gobierno, y algunos sólo fueron salvados del linchamiento por la intervención de la Policía.
La segunda parte de la movilización popular se produjo horas después, cuando en la tarde de ayer miles de personas ante el Parlamento de Ankara pidieron que se reinstaure la pena de muerte en Turquía. Según la televisión CNN Türk, los manifestantes gritaban eslóganes como «queremos ejecuciones, la pena de muerte». «Dinos que peguemos y vamos a pegar, dinos que matemos y vamos a matar», fue otro de los lemas dirigidos al presidente turco. Los manifestantes también salieron cantando canciones patrióticas y portando banderas turcas en el barrio de Kikisikli, en la plaza de Izmir’s Konak y en Erzincan. Es la primera vez en la larga tradición de asonadas que ha vivido este país, en la que la población civil ha reaccionado frente al todopoderoso Ejército turco, en otras épocas unido como una roca y ahora dividido en dos claras facciones, con el inconveniente añadido de que la Policía y la Gendarmería se han mantenido fieles al régimen.
Anoche, aviones F-16 del Gobierno controlaban el espacio aéreo, mientras desde el Ministerio del Interior acusaba directamente al «Estado paralelo» de Fethullah Gülen, antiguo aliado del Ejecutivo y hoy en día enemigo número uno de Erdogan, de haber intentado quebrar el sistema democrático en el país. No es la primera vez que es acusado de ello. Las desavenencias entre Gülen y Erdogan llegaron cuando el clérigo sacó a la luz en 2013 un caso de corrupción que salpicó directamente a Erdogan y a su hijo. La pugna entre el presidente y el teólogo, exiliado en Estados Unidos, ha afectado al destacamento militar, judicial y los medios de comunicación, purgados por parte del Ejecutivo contra los fieles gulenistas desde hace meses. El Parlamento turco celebró ayer su primera sesión tras el golpe. Los cuatro partidos (el islamista AKP, el socialdemócrata CHP, el nacionalista MHP y el pro kurdo HDP) mantuvieron un minuto de silencio en memoria a las víctimas. El presidente no estuvo presente en la sesión.
Tras el golpe de Estado fallido ocurrido durante la madrugada del pasado viernes en Turquía, la Junta Superior de Jueces y Fiscales del país (HSYK) ha destituido a un total de 2.745 jueces. Según diversas fuentes, estos fueron relevados por su presunta relación con el clérigo Fetullah Gülen, enemigo de Erdogan y exiliado hoy en Estados Unidos. La Policía ha detenido a magistrados del Danistay, uno de los organismos supremos de la Judicatura y máxima autoridad para contenciosos administrativos, informó la agencia Anadolu. Otros 38 miembros de este cuerpo están en búsqueda y captura, mientras se ha emitido orden de arresto contra 140 jueces del Tribunal Supremo (Yargitay), señaló la citada emisora. La Policía turca también arrestó a Alparslan Altan, uno de los 17 miembros del Tribunal Constitucional, por su presunta implicación en la asonada. Las Fuerzas de Seguridad también detuvieron al ex comandante del Estado Mayor de la Fuerza Aérea, Akin Ozturk, por ser presuntamente uno de los jefes de la intentona golpista. El ministro de Defensa turco, Fikri Isik, aseguró que se ha evitado el golpe de Estado y que aún es demasiado pronto para decir que se ha eliminado por completo la amenaza de un golpe de Estado.
Reuters
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