Reino Unido
Escocia no da consentimiento para aplicar la ley del Brexit
El Gobierno de la debilitada Theresa May se enfrenta a una nueva disputa del Brexit después de que el parlamento escoces rechazara formalmente su consentimiento a la aplicación de la llamada ley de retirada de la UE. Si bien el Ejecutivo central tiene derecho a imponer su decisión, el escenario abre una crisis institucional, ya que es la primera vez que Londres promulga una ley en contra de la voluntad de Holyrood.
Los Laboristas, Liberal Demócratas y el Partido Verde se unieron a los independentistas del SNP, que actualmente gobiernan en Escocia, para denunciar que la llamada ley del Brexit va en contra de los intereses de la nación, que votó mayoritariamente a favor de la permanencia en la UE. Los votos fueron de 93 frente a los 30 de los conservadores.
Tras semanas de negociaciones, Londres y Edimburgo no han conseguido acercar posturas sobre dónde deberían ir las competencias dependientes en la actualidad de la UE, una vez el Reino Unido abandone el bloque comunitario.
El Gobierno central propone que, de los 111 poderes y responsabilidades transferidos actualmente a Bruselas, 86 pasen directamente a Edimburgo y 25 se “congelen temporalmente” en Londres, a fin de establecer un marco común en todo el Reino Unido. Según un portavoz del Gobierno, “esto funcionaría como un freno de seguridad para poder acordar un marco global en temas como la agricultura, protección ambiental o pesca”.
El problema es que no hay un periodo de tiempo establecido para que estos poderes se devuelvan luego a Escocia y el Gobiernos “autonómico” quieren que se repatrien los 111 poderes en su totalidad. Con Gales existía el mismo problema, pero finalmente el Ejecutivo central ha conseguido llegar a un acuerdo.
Tanto las autoridades escocesas como Downing Street insisten en que aún hay posibilidades de encontrar un punto de encuentro. Aunque ambas partes admiten que, hoy por hoy, existe cierta distancia. Desde luego que la votación de ayer no ayuda precisamente a limar asperezas.
Mike Russell, responsable del Brexit en el Gobierno escocés, instó al gobierno central a respetar la voluntad del Parlamento escocés que “se ha mostrado en contra de este intento de socavar la devolución de poderes porque es inaceptable”. “El gobierno del Reino Unido no puede ignorar la realidad de la descentralización o intentar ahogar lo que dice este Parlamento. No pueden pretender que no se haya aprobado ninguna moción”, matizó.
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