Asia

Una estampida mortal deja al menos 30 víctimas en la peregrinación hindú Kumbh Mela

Todo empezó con un repentino empujón hizo que los devotos se agolparan unos sobre otros. A la festividad acudieron ayer unos cien millones de personas

El Kumbh Mela, una festividad que representa la purificación espiritual, se convirtió el miércoles en una tragedia en Prayagraj, una ciudad sagrada en Uttar Pradesh, India. Al menos 30 personas fallecieron y unas 60 más resultaron heridas en una estampida, mientras millones de peregrinos hindúes se apresuraban a sumergirse en las aguas sagradas de los ríos Ganges y Yamuna. Un colapso en la seguridad ocurrió cuando una barrera cedió, causando que miles de devotos que descansaban en el suelo fueran arrastrados por una multitud enardecida.

El primer ministro ultranacionalista hindú, Narendra Modi, expresó su profundo pesar por el trágico siniestro que dejó múltiples víctimas, calificándolo de «extremadamente triste» y extendió su «más sentido pésame» a los familiares de los difuntos. Además, deseó una pronta recuperación a todos los heridos en el accidente. Por su parte, el líder de la oposición, Rahul Gandhi, se apresuró a denunciar la responsabilidad de las autoridades en el fatal atropello. “La mala gestión y la preferencia dada por las autoridades a los VIP en lugar de a los devotos de a pie son responsables de este trágico incidente”, apuntó..

Los testigos relataron que el desastre ocurrió alrededor de la 1 de la madrugada, hora local, cuando un repentino empujón hizo que los devotos se agolparan unos sobre otros. Vijay Kumar, un asistente al festival que viajó desde la ciudad oriental de Patna, describió el momento a medios locales con angustia: «Teníamos barricadas delante y policías con porras al otro lado. La avalancha fue muy fuerte... la gente empezó a caer». El panorama era desolador. «Había gente tirada por todas partes, no sé si viva o muerta», agregó Kumar. Los equipos de rescate se adentraron en el caos del lugar, buscando entre un mar de ropa, zapatos y otras pertenencias dispersas de los peregrinos. La policía, con camillas a cuestas, transportó los cuerpos envueltos en gruesas mantas, mientras la escena se tornaba desgarradora.

La jornada marcó uno de los días más sagrados del festival, cuando los santones, ataviados con vestiduras de azafrán, tenían la misión de guiar a millones de devotos en una solemne procesión hacia los baños rituales. Este acto de fe, que simboliza la purificación de los pecados, se lleva a cabo en la sagrada confluencia del Ganges y el Yamuna, lugares venerados por su profundo significado espiritual. Los ríos, considerados templos de agua, atraen a multitudes que buscan redención y renovación. La atmósfera está impregnada de fervor y devoción, mientras los peregrinos se preparan para sumergirse en sus aguas, esperando que este ritual les otorgue paz y salvación. Sin embargo, este misticismo también conlleva la complicada responsabilidad de garantizar la seguridad de tantísimos fieles.

Las autoridades anticiparon un récord de 100 millones de personas que acudirían el miércoles a la ciudad temporal de Prayagraj para participar en el baño sagrado, considerado el día más propicio del festival debido a una rara alineación de los cuerpos celestes que no se había visto en 144 años. Para los hindúes, sumergirse en la confluencia de los ríos Ganges, Yamuna y el mítico e invisible Saraswati es un acto de esperanza, que se cree les absuelve de sus pecados y les brinda salvación.

Durante el Kumbh Mela, convergen representantes de todas las corrientes del hinduismo, creando un mosaico de fe y tradición. En la cúspide se encuentran los Shankaracharyas, venerados pontífices que a menudo son cortejados por políticos en busca de legitimidad y respeto. A su lado, los Mahamandaleshwars lideran los 13 akharas, linajes monásticos que abarcan a shaivitas, vaishnavitas y sijs. Sin embargo, los verdaderamente fascinantes son los sadhus, monjes errantes que llevan a cabo penitencias extraordinarias, desde mantener un brazo levantado de forma permanente hasta cargar pesadas piedras atadas a sus genitales. Entre estos ascetas, los nagas son objeto de especial veneración. Iniciados en rituales secretos durante la mela, que incluyen ceremonias de castración, se embadurnan de ceniza y encabezan las coloridas y multitudinarias procesiones de devotos en los cinco grandes baños reales, simbolizando una devoción que trasciende lo terrenal.

El gobierno del estado de Uttar Pradesh prevé que alrededor de 400 millones de personas acudirán estos días al Kumbh, que se extiende por seis semanas y atrae a devotos de todos los rincones de la India. Para dar cabida a esta inmensa multitud, se ha erigido una ciudad temporal a orillas del sagrado Ganges, equipada con todo lo necesario: desde tiendas de campaña y aseos hasta calles, puentes de pontones y completas instalaciones para la gestión de residuos. Este ambicioso proyecto no solo responde a la necesidad de alojamiento, sino que también busca garantizar la seguridad y comodidad de los que llegan en busca de purificación y redención.

En esta ocasión, conscientes del riesgo de accidentes mortales, las fuerzas del orden han implementado una extensa red de seguridad, instalando cientos de cámaras en el recinto del festival y en las carreteras. Estos dispositivos, montados en postes y en drones, están conectados a un sofisticado centro de mando y control que tiene la capacidad de alertar al personal en caso de que la concentración represente una amenaza para su protección.

La sombra de calamidades pasadas se cierne sobre este festival. En 1954, más de 400 almas se perdieron en un solo día, víctimas de atropellos o ahogamientos, marcando un triste récord en desastres por aglomeraciones. En 2013, la historia se repitió, con 36 peregrinos aplastados en Prayagraj.