Elecciones en Francia
Fillon no renuncia a su candidatura y denuncia su «asesinato político»
Las sólidas opciones del centro derecha francés para ganar las elecciones presidenciales de abril se tambalearon ayer tras conocerse la citación judicial a François Fillon para procesarle por los empleos ficticios de su esposa Penelope. L
Las sólidas opciones del centro derecha francés para ganar las elecciones presidenciales de abril se tambalearon ayer tras conocerse la citación judicial a François Fillon para procesarle por los empleos ficticios de su esposa Penelope. L
Los jueces han convocado a François Fillon el 15 de marzo para decidir su posible inculpación en el affaire de los supuestos empleos ficticios de su mujer e hijos. A pesar de ello, el candidato de Los Republicanos a la presidencia de la República no piensa abandonar su carrera al Elíseo: «No cederé, no me entregaré, no me retiraré. Iré hasta el final porque más allá de mi persona, se está lanzando un reto a la democracia », aseguró François Fillon en tono combativo en rueda de prensa tras conocer la citación judicial. El problema es que no ha convencido a todos los suyos, y ya han comenzado las dimisiones.
Fue una jornada frenética para el candidato de la derecha. La primera alarma saltó a primera hora de la mañana, cuando se supo que éste anulaba de improvisto y sin dar explicaciones su visita al Salón de la Agricultura, una cita ineludible para cualquier candidato a las presidenciales, y que estaba prevista a las ocho de la mañana. Llegaron a correr todo tipo de rumores, como que iba a presentar su dimisión o que su esposa Penelope, que también ha sido citada para una posible inculpación el 18 de marzo, había sido detenida.
Se anunció después una rueda de prensa. Con algo de retraso sobre la hora anunciada, Fillon comenzó su comparecencia denunciando que se buscaba «un asesinato político» para impedir que la derecha pueda ganar las elecciones». Fue tan duro en su cuestionamiento de la independencia judicial, que el presidente de la República, François Hollande, se sintió obligado a emitir un comunicado condenando sus palabras en tanto que «garante de la independencia» de los tribunales y para denunciar a los que lanzan «acusaciones extremadamente graves contra la Justicia».
La postura de François Fillon frente a los jueces ha ido variando a lo largo de las semanas. Cuando «Le Canard Enchaîné» reveló el 24 de enero el supuesto empleo ficticio de su esposa como asistente parlamentaria, el abogado de Fillon escenificó la entrega de documentos al fiscal para aclarar el asunto. Pero la Policía prosiguió su investigación, que se saldó con los interrogatorios a todos los implicados en el caso, la familia de Fillon y sus colaboradores, y un registro en la Asamblea Nacional para recuperar las nóminas de Penelope Fillon. A partir de ahí, los abogados del candidato comenzaron a argumentar que la Fiscalía Nacional Financiera no tenía competencias para investigar este affaire, sino que correspondía hacerlo a los servicios de la Asamblea. Pero los letrados no podían presentar ningún recurso porque antes su cliente debía ser inculpado o interrogado como testigo asistido. Sin olvidar que en un primer momento Fillon ligó la continuidad de su candidatura a una posible inculpación.
Cuando Fillon convocó ayer a la Prensa fue para quejarse de que no está siendo tratado como a «un ‘‘justiciable’’ como los otros», porque ha sido convocado por los magistrados el 15 de marzo, dos días antes de que expire el límite de presentación de firmas de apoyo necesarias para llevar adelante una candidatura al Elíseo. «Más allá del procedimiento judicial, hago una llamada sólo al pueblo francés», afirmó Fillon, «porque sólo el sufragio universal, y no un procedimiento acusatorio puede decidir quién será el próximo presidente de la República».
Pero entre los suyos no todos están de acuerdo. El primero en abandonar el barco fue el antiguo ministro Bruno Le Maire. El ex candidato a las primarias figuraba en el organigrama de campaña como responsable de asuntos exteriores, pero ayer anunció su dimisión por «respeto a la palabra dada», recordando que el candidato Fillon había anunciado que se retiraría si era inculpado. Le siguieron otros diputados que le habían apoyado en las primarias. Pero pronto el contagio llegó a los sarkozystas, con el abandono de Catherine Vautrin, vicepresidenta de Los Republicanos en la Asamblea, o Pierre Lellouche, que llegó a pedir la retirada de Fillon y propuso incluso acudir al Consejo Constitucional para pedir un retraso de las presidenciales.
El otro portazo se lo dio la Unión de Demócratas e Independientes (UDI), el partido centrista que participó en las primarias de las que salió elegido. Tras una reunión de urgencia anunció a media tarde que «suspende» su participación en la campaña de Fillon y tomará una decisión definitiva la semana próxima. Sin esperar a ello, varios miembros del UDI ya se han mostrado dispuestos a apoyar a Emmanuel Macron.
Fillon acudió finalmente al Salón de la Agricultura. La visita transcurrió al ritmo de los gritos «¡Ladrón, devuelve el dinero!» y «¡Fillon presidente! ». Porque todavía hay electores que quieren que siga adelante, y a ellos se aferra éste para no abandonar. Es el caso de Agnes: «Para empezar, si Fillon es inculpado, no quiere decir que sea culpable. Hemos olvidado que es presuntamente inocente», comentaba ayer esta sarkozysta convencida. Para ella Fillon es el candidato con la envergadura necesaria para ser presidente: «Tiene experiencia, ha sido cinco años primer ministro y conoce la coyuntura internacional».
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