París
Francia moviliza a 10.000 militares mientras busca a los cómplices de los terroristas
Francia sigue en «alerta atentado» a pesar de que las unidades de élite de la Policía y la Gendarmería abatieron el viernes a los tres autores de los atentados que causaron 17 víctimas mortales la semana pasada.
Francia sigue en «alerta atentado» a pesar de que las unidades de élite de la Policía y la Gendarmería abatieron el viernes a los tres autores de los atentados que causaron 17 víctimas mortales la semana pasada. El presidente de la República, François Hollande, ha pedido al Ejército que intervenga para proteger puntos sensibles del territorio cuya seguridad está en juego. El objetivo merece un despliegue sin precedentes: la movilización de 10.000 militares que van a participar en la seguridad del interior de Francia y que estarán desplegados totalmente a partir de esta noche. El ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian, hizo este anuncio acompañado por el jefe del Estado Mayor del Ejército, el general Pierre de Villiers, tras una nueva reunión en el Palacio del Elíseo sobre la seguridad interior.
Como Francia ha reducido fuertemente su presencia en el exterior en los últimos años, se va a dar la circunstancia de que habrá más soldados desplegados en territorio nacional (10.000) que en operaciones en el exterior (8.856 en 2014), y no será superior porque el libro blanco de la defensa precisa que «la participación del Ejército para reforzar las fuerzas de seguridad interior y de seguridad civil en caso de crisis mayor podrá implicar hasta 10.000 hombres».
Otra medida puesta ya en marcha está dirigida a la protección de la comunidad judía. Ha sido nombrado un prefecto para coordinar la seguridad de los colegios y lugares de culto judíos que son desde ayer protegidos por 4.700 policías y gendarmes. Todo, con el fin de evitar que los judíos de Francia, traumatizados por los atentados y las agresiones de los últimos años, no se sientan inseguros en su país, además de evitar la hemorragia de franceses de confesión judía que prefieren vivir en Israel porque no se sienten seguros en la patria de los derechos del hombre.
Pero si los judíos tienen la sensación de ser ciudadanos diferentes a los otros, los musulmanes tampoco disfrutan de una vida tranquila. Desde que se produjo el atentado contra «Charlie Hebdo», el Observatorio contra la islamofobia del Consejo francés del culto musulmán ha detectado más de medio centenar de ataques por toda Francia (incendios, tiros de granada, insultos, etc.), y ha pedido al Estado que «refuerce la vigilancia» de los lugares de culto que han sido objeto de degradaciones, tiros de bala o incendios.
Hoy serán enterradas las víctimas de Coulibaly en el cementerio del Monte de los Olivos en Israel, y el resto no han recibido sepultura todavía, pero ya hay quienes juegan con las provocaciones. El 27 de enero será juzgado en el tribunal correccional de Estrasburgo «por apología por vía electrónica de un crimen relacionado con el terrorismo» un hombre que tras conocer el atentado contra «Charlie Hebdo» colgó en su cuenta de Facebook «Bons baiser de Syrie, Bye bye Charlie!» («¡Abrazos desde Siria, Bye bye Charlie!»), acompañado de la foto de un kalashnikov y municiones. Podrían caerle siete años de prisión.
Otro provocador nato, el humorista Dieudonné, escribió en su página de Facebook: «Sabed que esta noche, por lo que a mí respecta, yo me siento Charlie Coulibaly», pervirtiendo la frase repetida estos días «Je suis Charlie », para condenar el atentado contra el semanario satírico, asociándola al nombre del autor de los atentados de Montrouge y la Porte Vincennes. La Fiscalía de París ha abierto una investigación contra Dieudonné por apología del terrorismo aunque él se defiende y asegura, en una carta que ha escrito al ministro del Interior, que era su forma de asociarse al homenaje a «Charlie Hebdo» «para que sigamos riéndonos de todo», y asegura que quieren lincharle. Manuel Valls le ha contestado que «no hay que confundir libertad de expresión con antisemitismo».
A nivel político, el objetivo ahora es mantener la llama sagrada de la unidad que se encendió el domingo en la Plaza de la República en la multitudinaria manifestación contra el terrorismo, lo que ha llevado al Partido Socialista y a la UMP a ponerse de acuerdo para crear una comisión de investigación parlamentaria sobre los atentados.
Mientras, las investigaciones siguen su curso. La Policía estudia el vídeo difundido el domingo en el que Amedy Coulibaly habla de los atentados y, concretamente, del secuestro en el supermercado kosher. Según los investigadores, el terrorista tuvo que disponer de uno o más cómplices al menos para difundirlo. El primer ministro, Manuel Valls, reconoció ayer que «sin duda tenía un cómplice». La Policía ha confirmado que una de las armas que encontraron en el supermercado kosher, una pistola Tokarev, es la misma que alguien utilizó para agredir el miércoles pasado a un hombre que hacía jogging en Fontenay-aux-Roses. Fue el mismo día del atentado a la redacción de «Charlie Hebdo». Según «Le Parisien», la víctima está ahora en coma, pero antes logró describir a su agresor como alguien de «tipo europeo », y sin embargo, Coulibaly es negro, lo que parece confirmar la existencia de al menos un cómplice, y la de una célula terrorista más organizada.
El fiscal antiterrorista ha tenido que añadir a este dossier la misteriosa explosión de un coche en Villejuif el jueves, porque Coulibaly reivindica también este acto en el vídeo colgado el domingo en internet. Hay muchos otros elementos que todavía no tienen respuesta, como la cantidad de armas que tenían entre sus manos los hermanos Kouachi y Coulibaly, además del arsenal y material militar que han encontrado en el apartamento que este último tenía desde el 4 de enero en Gentilly.
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