Francia
Francia multará con 1.500 euros a los clientes de la prostitución
El Parlamento aprueba una polémica ley que persigue a los solicitantes de servicios sexuales
La Asamblea Nacional francesa aprobó ayer definitivamente la Ley de Lucha contra el Sistema de Prostitución, que prevé la penalización de los clientes de prostitutas. Los diputados socialistas votaron en general a favor, mientras que los ecologistas, radicales de izquierda y conservadores lo hicieron mayoritariamente en contra. Marie-George Buffet, del Partido Comunista, se felicitó de la aprobación definitiva de una ley que es «un avance de toda la sociedad porque permite el retroceso de la comercialización de los cuerpos».
Se trata de una norma que considera a la prostituta como víctima y responsabiliza del sistema de prostitución a las mafias y a las redes de tratas de blancas, pero también a los clientes. A partir de ahora, «la compra de un acto sexual» estará sancionada con una multa de 1.500 euros, y de 3.750 en caso de reincidencia. La penalización del cliente era una de las medidas más polémicas, especialmente en el Senado, en manos de Los Republicanos, opuestos a «transformar a los clientes de prostitutas en delincuentes». Justo al revés de lo que había instaurado en 2003 la llamada «Ley Sarkozy», entonces ministro del Interior, que para reforzar la represión de la prostitución había transformado a las meretrices en delincuentes al considerar delito «el hecho de proceder públicamente a través de cualquier medio, incluida una actitud pasiva, a la provocación de terceros» con vistas a mantener una relación sexual a cambio de una remuneración. Este delito, que estaba castigado con dos meses de prisión y 3.750 euros, ha sido suprimido. Con la nueva ley, los delincuentes también deberán asistir a un seminario de sensibilización para concienciarles de lo que sucede «detrás del telón de fondo de la prostitución».
Pero los senadores conservadores no han sido los únicos en oponerse. Las asociaciones de prostitutas se han movilizado en contra porque piensan que ganarán menos dinero: «Las que puedan permitírselo irán a trabajar a los países fronterizos, las otras buscarán agencias, salones o intermediarios que jugarán el papel de proxenetas para ponerles en contacto con clientes», según Morgane Merteuil, del Sindicato del Trabajo Sexual.
La ley prevé, asimismo, la entrega de un permiso de residencia de al menos seis meses a las meretrices extranjeras que quieren salir de la prostitución, y crea un derecho para que toda víctima de estas redes pueda beneficiarse de medidas de acompañamiento que les permitan abandonarlas.
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