La Haya
Los europeístas vencen a la amenaza populista de Wilders en Holanda
El conservador Mark Rutte logra la victoria con 33 escaños mientras Wilders reconoce su derrota y promete «una fuerte oposición» en Holanda.
El conservador Mark Rutte logra la victoria con 33 escaños mientras Wilders reconoce su derrota y promete «una fuerte oposición» en Holanda. Los populistas europeos veían esta cita en las urnas como el comienzo de una “primavera patriótica” que marcaría las presidenciales francesas de abril y mayo y las federales alemanas de septiembre.
El primer ministro holandés, Mark Rutte celebró en un discurso en La Haya haber derrotado al "populismo equivocado"del ultraderechista Geert Wilders. "¡Qué noche! Pedimos que se le parara. Paradlo. Hemos parado el populismo equivocado", aplaudió el candidato del VVD. Por su parte, el gran perdedor, el ultraderechista Geert Wilders, señaló que está "dispuesto a hacer una fuerte oposición"al futuro Ejecutivo de los Países Bajos.
Los holandeses frenan la ola populista tras respaldar en las urnas a los partidos proeuropeos y rebajar las expectativas del islamófobo Geert Wilders. Nunca antes unas elecciones holandesas habían creado tanto interés fuera de sus fronteras. Los populistas europeos veían esta cita en las urnas como el comienzo de una “primavera patriótica” en Europa que marcaría las presidenciales francesas de abril y mayo y las federales alemanas de septiembre. Anoche a la frentista Marine Le Pen y a Frauke Petry, líder de la xenófoba Alternativa por Alemania (AfD), les debió costar conciliar el sueño. La cotización del euro, en cambio, subía los mercados internacionales antes las noticias que llegaban de La Haya. Desde Berlín, el Ministerio de Exteriores se felicitaba del resultado: “La mayor parte de los holandeses han rechazado el populismo antieuropeo. Es una buena noticia. Os necesitamos para una Europa fuerte”
Según las proyecciones de la cadena pública NOS, los liberales del primer ministro, Mark Rutte, el VVD revalidan su posición como partido más votado (33 diputados de un Parlamento de 150) pese a perder diez escaños, frente al Partido de la Libertad (PVV), que quedaría en segunda posición en escaños (19), pero empatado con democristianos (CDA) y liberal demócratas (D66). Pese a haber encabezado durante dos años los sondeos con una intención de voto de hasta el 43% con sus promesas de prohibir el Corán, cerrar las mezquitas y convocar un referéndum para abandonar la UE, gana cuatro escaños, pero queda lejos de repetir siquiera su máximo histórico de 24 diputados cosechado en 2010. A través de un mensaje de Tuitter, Wilders agradeció el apoyo de sus votantes y trató de animarlos: “¡Hemos ganado escaños! ¡Hemos pasado el primer obstáculo! ¡Rutte no se va a librar de mí todavía!”.
“Esta noche [anoche] el pueblo ha dicho ‘no” a un tipo equivocado de populismo”, clamó Rutte visiblemente emocionado. “Hoy [por ayer] vamos a tener fiesta, pero mañana tenemos que volver a trabajar por Países Bajos. Debemos formar un Gobierno estable y dar estabilidad a nuestro país”, aseguró entre las interrupciones de sus seguidores. Más tarde en el debate postelectoral de la televisión pública, anunció que, tras la reunión de su partido de hoy, iniciará los contactos con los otros líderes políticos.
Para mantenerse en el poder, el líder liberal necesitará forjar a partir de mañana una nueva coalición con al menos tres partidos más. Liberal demócratas, verdes y democristianos se perfilan como las opciones más probables. Antes de las elecciones, no obstante, Rutte había expresado su deseo formar una coalición con D66 y la CDA. Con estos últimos ya encabezó un Gobierno en minoría entre 2010 y 2012. “Todos los partidos ganaron menos nosotros, pero estamos felices de todas formas”, ironizó Klaas Dijkhoff, un veterano dirigente liberal, en declaraciones a la cadena NOS. “Hemos pasado año difíciles y nos complace permanecer como el primer partido”, señaló.
Dos formaciones europeístas y defensoras de la tradicional tolerancia holandesa, los liberal demócratas (D66) y Los Verdes (Groenlinks) habrían conseguido movilizar a un electorado que ayer hizo largas colas en los colegios electorales conscientes de los mucho que se jugaba su país y el resto de Europa. De hecho, la participación alcanzó el 82%, la mayor en 31 años y muy superior al 74,6% de 2002. Tanto es así que las autoridades electorales tuvieron que imprimir papeletas extra en Ámsterdam, La Haya y Tilburg para hacer frente a la gran afluencia de electores. El día primaveral parecía anticipar la victoria de los valores europeos.
La quinta plaza fue a parar a GroenLinks, con 16 parlamentarios, y la sexta la ocupará el Partido Socialista, con 14 asientos en la Cámara. Cabe destacar que GroenLinks, gracias al empuje de su joven líder, Jesse Klaver, ha multiplicado por cuatro el número de escaños obtenidos en 2012, siendo la formación que más votos ha ganado de todo el espectro político holandés. El empuje de los ecopacifistas, que al cierre de esta edición lideraban el el escrutinio en Ámsterdam, explica, en parte, la debacle de los socialdemócratas (PvdA), que han pagado cara su coalición con Rutte, al perder 29 escaños y quedarse en sólo nueve.
Otras siete formaciones se repartirían los 32 escaños restantes, entre ellas Denk (“piensa” en holandés), un partido dirigido a los inmigrantes que concurría por primera vez a unas elecciones. Su líder, Tunahan Kuzu, asegura que gracias a sus tres diputados “los nuevos holandeses tienen una voz en el Parlamento”. “Hemos proporcionado una respuesta clara y alta frente a la creciente tendencia hacia la discriminación, la xenofobia, la islamofobia y el racismo”.
Las declaraciones de los dos principales candidatos al acudir por la mañana a votar mostraron bien a las claras la polarización a la que se enfrentaban los electores en las urnas. “A nosotros nos apoyan los holandeses ordinarios, la gente normal que no tiene miedo ni es fanática. Si la gente votase con miedo obtendríamos pocos votos, pero no será así porque a los holandeses de a pie sólo les interesa que nuestro país vuelva a disfrutar de su soberanía”, defendió un exultante Wilders. Mientras, Rutte, con una frase que compartiría el mismo Marino Rajoy, se limitó a insistir en que “los políticos no deben empeorar los problemas, deben solucionarlos, “Al populismo no le interesan los verdaderos problemas de la gente, sólo los empeora, no los resuelve”, zanjó.
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