Francia

Hollande tira la toalla

Hundido en los sondeos y presionado por los dirigentes socialistas, el presidente francés renuncia a presentarse a la reelección y deja el camino libre a Manuel Valls para disputar el Elíseo a la derecha

El presidente francés anuncia que no se presentará a la reelección ante las malas encuestas y la crisis socialista en su país
El presidente francés anuncia que no se presentará a la reelección ante las malas encuestas y la crisis socialista en su paíslarazon

Hundido en los sondeos y presionado por los dirigentes socialistas, el presidente francés renuncia a presentarse a la reelección y deja el camino libre a Manuel Valls para disputar el Elíseo a la derecha

François Hollande tiró anoche la toalla al decidir no presentar su candidatura para ser reelegido presidente de la República francesa en 2017. Se convierte así en el primer presidente de Francia que no defiende el balance de su primer mandato en unas elecciones. Hollande ha optado por tomar la decisión más digna ante todas las opciones que se presentaban ante él. No será candidato ni a las primeras de los socialistas ni a las presidenciales, consciente de que su presencia en unas elecciones sería estaría marcada por la desunión y la derrota.

«Hoy soy consciente de los riesgos que llevaría consigo una decisión que no uniría ampliamente. Por ello he decidido no ser candidato a la elección presidencial, a la renovación de mi mandato», dijo Hollande en una alocución inesperada, en un tono no exento de emoción. El suspense era total. Cuando el Elíseo envió anoche un comunicado a France Presse anunciando una intervención del jefe del Estado a las ocho de la tarde, nadie sabía cuál sería la decisión que había tomado.

Antes de decir si se presentaba o no, Hollande comenzó realizando un balance sobre sus cuatro años y medio de mandato. Un ejercicio en el que faltaron algunas dosis de autocrítica. «Las cuentas públicas han sido saneadas. He querido que nuestro modelo social sea confortado y ampliado», dijo en un tono grave, pero en el que se sentía la falta de energía, como del general que va a admitir su derrota. «He hecho que las libertades avancen, la igualdad entre las parejas ha sido reforzada. He modernizado nuestra democracia con la reforma territorial», continuó.

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Hollande, de 62 años, hizo este anuncio en una declaración en el Elíseo.

Aussi, j'ai décidé de ne pas être candidat au renouvellement de mon mandat

La derecha saludó el paso dado por el presidente de la República, aunque denunció el «estado grave» en el que deja Francia, y el «estado de confusión total» en el que ha sumido a la izquierda. El líder de los conservadores, François Fillon, comentó «el presidente admite con lucidez que su fracaso patente le prohibe ir más allá». Mientras que el secretario general de Los Republicanos, Bernard Accoyer, afirmó que el anuncio «suena como una terrible confesión de fracaso». Y considera que las condiciones «particularmente inquietantes» en las que ha dejado el país, «el proyecto de Fillon constituye la única esperanza creíble para el futuro de Francia».

En la izquierda las reacciones fueron diversas. El ministro de Asuntos Exteriores, Jean-Marc Ayrault, saludó su « decisión digna y valiente, cuya única motivación es el interés superior de Francia». Para el ecologista François de Rugy, el anuncio es una sorpresa: «Pensábamos que Hollande lucharía hasta el final».

El presidente socialista no tenía otra opción. El último sondeo publicado esta semana por «Les Echos» indica que si el actual mandatario fuera el candidato del Partido Socialista, en las elecciones presidenciales de primavera, obtendría un 7% de intenciones de voto, por detrás del candidato de los comunistas, Jean-Luc Mélenchon (12%) y de la izquierda moderada, Emmanuel Macron (14 a 17%), y lejos de la candidata de la extrema derecha, Marine Le Pen (24 a 25%), y del aspirante de la derecha y el centro, François Fillon (30 a 31%).

La imagen de Hollande se ha ido degradando inexorablemente en los últimos meses, hasta el punto de que un grupo de artistas ha decidido denunciar recientemente el « Hollande bashing». Decenas de personalidades del mundo de las artes, la economía y la universidad denunciaban las ataques virulentos y sistemáticos lanzados contra el presidente de la República francesa.

Pero la culpa de esta veda abierta a las críticas y mofas se debe en gran parte a la acción del propio Hollande. A sus promesas sin fin sobre la disminución del paro, jugando con las fechas, y dejando a los franceses con el gusto amargo de lo prometido y no obtenido. Y especialmente a los numerosos libros que se han ido publicando con sus confidencias, sobre todo el último, «Lo que un presidente no debería decir», que ha irritado incluso a los suyos.

Ahora las miradas se dirigen hacia Manuel Valls que, según el secretario de Estado del Presupuesto, Christian Eckert, «deberá asumir el proyecto de la izquierda en nombre del Partido Socialista». El primer ministro amagó el pasado domingo con presentar su propia candidatura y hubo rumores de su posible dimisión. Todo quedó a la espera, ahora ya sabemos que Hollande le prometió que le dejaba vía libre.

- Manuel Valls. El primer ministro francés ha insistido en su disposición a presentarse a las primarias del Partido Socialista. Sus ambiciones le han enfrentado en los últimos tiempos con el presidente Hollande.

- Arnaud Montebourg. El izquierdista ministro de Economía, relevado en 2014 por sus discrepancias con la línea del Gobierno, es el primer socialista en oficializar su candidatura a las primarias.

- Najat Vallaud- Belkacem. La joven ministra de Educación es el miembro más popular del Gobierno socialista. Se ha convertido en una de las figuras más prometedoras de la cantera socialista.