Aranceles
Las víctimas más absurdas de los aranceles de Trump: Una isla de focas y una reserva de cangrejos entre los afectados
Las tarifas pueden hundir a economías ya muy castigadas por la crisis, la guerra o la inestabilidad política
Además de gigantes como China o la Unión Europea, otras economías del mundo han recibido el sablazo de los aranceles anunciados por el presidente de Estados Unidos, n yo todas ellas parecen responder a una lógica clara de estrategia comercial.
Estas son las otras víctimas de la guerra comercial de Donald Trump recopiladas por la agencia Efe:
Las islas Heard y McDonald, con pingüinos pero sin humanos
Las islas de Heard y McDonald, un archipiélago autónomo de Australia deshabitado por humanos y sin actividad económica alguna, recibirá unos aranceles del 10%.
En las islas, situadas en el océano Índico, vive una colonia de focas y pingüinos, por lo que fueron declaradas Patrimonio Natural de la Humanidad, y son principalmente visitadas con fines de investigación científica.
Las islas de Heard y McDonald no son el único territorio que la Casa Blanca incluyó como un país en su tabla de aranceles globales.
Las islas Tokelau
Trump también impuso aranceles a Tokelau, un territorio que depende de Nueva Zelanda con unos 1.600 habitantes, y las islas Cocos, otro archipiélago australianos con unos 600 habitantes.
Estos territorios son el hábitat a treinta y ocho especies de plantas indígenas, más de 150 especies de insectos y diez especies de cangrejos terrestres, pero su producción económica es prácticamente nula.
Madagascar, Lesoto y Camboya
El listado de países castigados por aranceles es tan extenso que incluye también una serie de pequeñas economías que aparentemente no son amenaza alguna para Estados Unidos.
Con infraestructuras limitadas y una fuerte exposición a crisis políticas, conflictos o aislamiento geográfico, estos países y territorios concentran sus exportaciones en sectores primarios como la agricultura, la pesca, la minería o los textiles, que ahora se enfrentan a nuevos obstáculos para ingresar al mercado estadounidense.
En casi todos los casos, las exportaciones están dominadas por productos básicos sin mayor valor agregado. Madagascar es líder mundial en producción de vainilla, mientras que Birmania y Camboya dependen fuertemente del sector textil. Lesoto, rodeado completamente por Sudáfrica, exporta principalmente prendas de vestir y diamantes. A todos ellos se les impondrán tarifas comerciales.
San Pedro y Miquelón y las islas Malvinas
Al igual que en otros casos, entre los más perjudicados están islas y arcuipiélagos que basan buena parte de su economía en la pesca, como el caso de Las Malvinas o San Pedro y Miquelón, integradas a las redes comerciales del Reino Unido y Francia, respectivamente.
Está vinculación con rivales económicos de Estados Unidos es la que ha perjudicado también a países como Lesoto, que se beneficia del acuerdo AGOA (Ley de Crecimiento y Oportunidades para África) con EE.UU.; y Vietnam, Camboya, Laos o Sri Lanka, que mantienen tratados con China, ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) o la Unión Europea.
Sin embargo, Washington ha dejado claro que ningún acuerdo comercial multilateral eximirá a estos países del nuevo marco arancelario, diseñado —según la Casa Blanca— para restablecer un “trato justo” en el comercio internacional.
Países en guerra o muy deprimidos
Más perjudicados por la guerra arancelaria son Sri Lanka, Irak y Siria, estos últimos con capacidades petroleras disminuidas por los conflictos, y que siguen teniendo en los hidrocarburos su principal fuente de divisas. La aplicación de aranceles a estos productos primarios podría reducir de forma abrupta los ingresos por exportación y desincentivar la inversión extranjera.
A esto se suma un bajo o medio ingreso per cápita que limita la capacidad de estos países y territorios para absorber impactos económicos externos.
La mayoría de estos países también arrastra una historia reciente de inestabilidad política, conflictos armados o aislamiento diplomático. Siria, Irak y Birmania (Myanmar) han estado marcados por guerras y sanciones internacionales, mientras que Sri Lanka y Camboya enfrentan crisis institucionales recurrentes.
Esta vulnerabilidad política reduce la capacidad de negociación ante medidas proteccionistas y dificulta la respuesta coordinada frente a nuevas barreras comerciales.
Por último, el escaso grado de industrialización o la falta de diversificación económica hacen que estas naciones dependan de uno o dos productos clave. Esta concentración aumenta su exposición al vaivén de los precios internacionales y, ahora, a la imposición de gravámenes unilaterales como los anunciados por Trump.
Solo Vietnam ha logrado transitar hacia un modelo más complejo, con exportaciones de productos electrónicos y manufacturas ligeras, aunque su margen de maniobra también podría verse afectado si las nuevas tarifas impactan en su cadena de valor regional.