Crisis política en Italia
Italia, abocada a repetir las elecciones
Tres semanas después de los comicios, Bersani no es capaz de forjar una alianza para formar el Ejecutivo
roma- La próxima semana será decisiva para saber si Italia tiene nuevo Gobierno o, como todo parece indicar, se encamina a una nueva convocatoria de elecciones. Tres semanas después de los comicios, el cuadro político sigue siendo de pesadilla: el izquierdista Partido Democrático (PD) tiene mayoría en la Cámara de los Diputados pero no en el Senado y aún no ha sido capaz de forjar una alianza que le permita aprobar un Ejecutivo. El pacto con el Movimiento 5 Estrellas (M5E), las listas ciudadanas lideradas por el cómico Beppe Grillo, parece sobre el papel la opción más lógica, pero ha sido rechazada una y otra vez. Esta formación considera a los partidos tradicionales exponentes de un régimen ya pasado que hay que ayudar a derribar.
Pese a lo difícil que se aventura su labor, el presidente de la República, Giorgio Napolitano, comenzará esta semana las consultas con los líderes políticos para saber quién está en condiciones de poder gobernar. Empezará el miércoles con Pierluigi Bersani, líder del PD, quien no arroja aún la toalla y dice que le planteará al jefe del Estado su propuesta para formar un Ejecutivo. El problema estriba en que no tiene quién le apoye: las calabazas de Grillo sólo le dejan la opción de formar un «governissimo», como se denomina en Italia al posible pacto de unidad nacional con la derecha de Silvio Berlusconi. Bersani ha repetido que no está dispuesto a tragarse el sapo que supondría darle la mano al Pueblo de la Libertad (PDL), la formación de «Il Cavaliere», un escenario que según los analistas no sería aceptable para sus votantes.
Tampoco es una opción la alianza con la coalición centrista liderada por el primer ministro saliente, Mario Monti, ya que su pobre resultado electoral le ha dejado con una presencia casi testimonial tanto en la Cámara de los Diputados como en el Senado. «Il Professore» aspiraba a convertirse en la bisagra que permitiese la gobernabilidad del país, pero acabó siendo el gran derrotado en los últimos comicios.
Así las cosas, parece inevitable tener que acudir otra vez a las urnas. La convocatoria podría ser el próximo mes de junio y su resultado es imposible de predecir. El único punto claro de esas elecciones es que serían una suerte de plebiscito en el que los italianos elegirían entre las formaciones tradicionales, ya sea el PD o el PDL, y el M5E, que representa una forma de hacer política diferente. Pese a sus consignas populistas y sus gritos, Grillo es para muchos ciudadanos la esperanza de que entren en el Parlamento personas normales y honestas que acaben con los privilegios de la «casta» política nacional.
Si la situación sigue desarrollándose como hasta ahora, Bersani podría ser el más perjudicado con los nuevos comicios, pues son sus votantes naturales los más proclives a dejarse seducir por la novedad que supone el M5E. Su puesto como líder de la izquierda, además, comienza a estar en entredicho. Aunque fue derrotado por Bersani en las primarias, celebradas el pasado diciembre, Matteo Renzi, alcalde de Florencia y que encarna al sector renovador del PD, está a la espera del momento propicio para hacerse con el control de la formación.
En una muestra más del caos político, hicieron falta cuatro votaciones para elegir a los presidentes del Senado y de la Cámara de los Diputados. En aquél el elegido fue el ex fiscal nacional antimafia Piero Grasso, quien contó con el apoyo de la izquierda en el escrutinio celebrado ayer, en el que se permitió un desempate entre los dos aspirantes más votados. El senador, elegido por el PD, consiguió doce votos más de los esperados, por lo que pudo recibir el consenso de algunos senadores del Movimiento Cinco Estrellas. Tras otras tres «fumatas negras», también se consiguió ayer un nombre para la presidenta de la Cámara de los Diputados. Fue el de Laura Boldrini, de 51 años, ex portavoz de Acnur en Italia y miembro del partido Izquierda, Ecología y Libertad. Boldrini es la tercera mujer en la historia de Italia que es elegida presidenta de la Cámara de los Diputados, después de Irene Pivetti y Nilde Iotti.
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