Defensa
Italia se prepara para dar un gran salto: va a invertir 12.000 millones de euros en defensa
Italia se acogerá a una cláusula contable europea para poder aumentar su presupuesto de Defensa en 12.000 millones de euros sin que le compute en el déficit y así acercarse a las exigencias de la OTAN
En los pasillos de la OTAN ya no se habla solo de cumplir el expediente del 2 % del PIB en defensa, sino de ir más allá. Italia, consciente de esta nueva corriente, ha trazado un plan ambicioso que no se conforma con alcanzar el mínimo exigido, sino que aspira a destinar un 2,5 % de su riqueza a sus fuerzas armadas para el año 2028, anticipándose así a los futuros compromisos de la Alianza. Este cambio de mentalidad no es exclusivo de Italia, pues se alinea con las decisiones de otros socios clave, como demuestra el reciente acuerdo del Gobierno alemán para reintroducir el servicio militar para los jóvenes.
De hecho, el camino por recorrer para el país transalpino es considerable. Durante este 2024, la inversión militar italiana se ha quedado en 29.180 millones de euros, una cifra que apenas representa el 1,54 % de su Producto Interior Bruto y que la sitúa todavía lejos del umbral del 2 % que la organización atlántica reclama a todos sus socios como base irrenunciable.
Para ello, el Gobierno italiano tiene sobre la mesa una ingeniosa maniobra con la que pretende alcanzar ese objetivo este mismo año. La estrategia pasa por reclasificar algunas unidades de su guardia costera para que estas computen como fuerzas militares, una información que, según el medio especializado Defense News, permitiría sumar sus presupuestos al cómputo total de la inversión en defensa y maquillar las cifras a corto plazo.
Un resquicio legal y préstamos millonarios para el rearme
En este sentido, la pieza clave de la estrategia a largo plazo de Roma se encuentra en un mecanismo que ofrece la propia Unión Europea. El ejecutivo planea acogerse a la llamada Cláusula Nacional de Escape, una figura legal que permite excluir el gasto militar del cómputo del déficit anual. Se trata de un salvavidas que le permitiría reforzar su ejército sin incumplir las estrictas normas fiscales de Bruselas. El objetivo de esta maniobra financiera es facilitar un rearme efectivo, un proceso que se está acelerando en todo el continente, donde incluso un pequeño país de Europa va a reforzarse con los F-35 y aumentar significativamente su poder aéreo.
Asimismo, la hoja de ruta financiera es de una envergadura notable. Contempla inyectar 12.000 millones de euros adicionales al presupuesto de Defensa en un plazo de tres años, con el pistoletazo de salida fijado para 2026. Este plan se complementa con la solicitud ya cursada de otros 14.900 millones de euros en préstamos a bajo coste a través del programa SAFE de la Unión. Estos fondos masivos son cruciales para sostener la producción y entrega de armamento avanzado, un cuello de botella que la industria ya está tratando de resolver, como demuestra el hecho de que Lockheed Martin ya se ha deshecho de todos los F-35 que tenía acumulados en los últimos meses.
No obstante, en Roma también se baraja una vía alternativa a la escalada presupuestaria sin fin. Mientras algunos socios de la OTAN debaten sobre la necesidad de alcanzar un imponente 5 % del PIB para 2035, el Gobierno italiano sopesa apostar por una mayor eficiencia en las inversiones. El objetivo sería cumplir con las capacidades militares que exige la Alianza, pero optimizando los recursos y logrando los mismos resultados operativos con un desembolso económico menor.