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Jeb no quiere la etiqueta «Bush»
El hermano del ex presidente se distancia de su familia en su presentación oficial.
Será simplemente Jeb. Se ha quitado el apellido Bush en el logo de su campaña, como ha hecho en los últimos veinte años. Ayer por fin realizó la presentación oficial de su candidatura, para la que eligió el centro universitario de Miami Dade de Florida, que por su diversidad simboliza lo que quiere para Estados Unidos. «Haré una campaña como serviría a mi país, hablaré a todo el mundo, mantendré mi palabra, me enfrentaré a las cosas», prometió en un discurso más propio de una victoria electoral.
A pesar de que faltan meses para la lucha entre los candidatos republicanos a la Casa Blanca, Bush dejó claro quién es su verdadero contrincante cuando criticó a la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, la candidata más fuerte del Partido Demócrata. «La Presidencia no se debe pasar de un liberal a otro», críticó Bush. A Obama también le atacó por no haber sido capaz de presentar una reforma migratoria que fuese aprobada por el Congreso. «Nadie merece un trabajo por el currículum, partido, antigüedad o familia. No es el turno de nadie. Es el examen de todo el mundo. Y es bastante abierto. Así deben de ser las presidenciales», reconoció Jeb Bush, en una clara referencia a su padre y su hermano.
«En cualquier idioma, mi mensaje será siempre optimista porque tengo la certeza de que durante las siguientes décadas podemos hacer de EE UU la mejor nación que el mundo jamás ha visto», afirmó el ex gobernador de Florida en un intento de atraer a las minorías y la clase media del país después de pronunciar parte de su discurso en perfecto español. En su vídeo, enseñó imagénes de mujeres, minorías, niños con discapacidades... Bush recordó que «los más vulnerables en nuestra sociedad deberían estar al principio y no detrás».
Considerado el único que puede batir a Clinton después de su gira por los cuatro Estados que primero votan en las primarias, Bush lanzará un «tour» privado de recaudación de fondos con fiestas en 11 ciudades. Dos de los actos, uno en la Estación Union en Washington el viernes y un desayuno la semana siguiente en Nueva York, le reportarán casi dos millones de dólares.
El anuncio de ayer apenas tenía misterio. Jeb Bush, de 62 años, ha hecho campaña prácticamente desde los últimos seis meses, cuando anunció la creación de un «comité exploratorio», paso previo oficial antes de hacer públicas sus intenciones presidenciales. El ex gobernador de Florida decidió hacer oficial su candidatura ante las críticas por haberse dedicado durante estos meses a recaudar dinero y reunirse con la clase empresarial de EE UU. Hubo un momento que los analistas más ácidos dudaron de si se iba a presentar a las elecciones de 2016.
Al oficializar su candidatura, Bush se convierte en el candidato más fuerte del grupo republicano, sobre todo al tener detrás el dinero del petróleo de Texas de los amigos de su padre y el apoyo del equipo de estrategas de su hermano. Su músculo se hará sentir en los largos ciclos de primarias y «caucus». Al acto, no acudieron ni su padre, el ex presidente George H. W. Bush, ni su hermano, el también ex presidente George W. Bush. El ex gobernador de Florida prefirió que su familia estuviera representada por su madre, Barbara Bush, de quien todavía se recuerda cuando dijo que el país no necesitaba otro Bush en la Casa Blanca. También estuvieron presentes su esposa, Columba, nacidad en México, y su hijo George P. Bush, que acaba de ser elegido comisionado de Texas. Bush quiso dejar claro que su campaña estará dirigida a la diversidad de Estados Unidos. Por ello, después del acto hizo hincapié en seguir con una fiesta donde se sirviese comida cubana y paella española.
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