Corea del Norte
Kim Jong Un se reúne por segunda vez con Xi Jinping
La cumbre secreta comenzó el lunes
El presidente de China, Xi Jinping, y el dirigente de Corea del Norte, Kim Jong Un, han mantenido una inesperada reunión en la ciudad china de Dailán.
Cuarenta días después de que el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, viajara a Pekín para reunirse con su homólogo chino, Xi Jinping, y con una histórica cumbre intercoreana de por medio, los dos mandatarios se han vuelto a ver las caras. El nuevo encuentro entre ambos dirigentes se produjo este lunes y martes en la ciudad costera de Dalian. El objetivo: tratar de devolver al gigante asiático su papel fundamental con el que jugar en el tablero diplomático internacional en el que se ha convertido la Península de Corea en este 2018.
Los medios oficiales chinos hicieron ayer pública una cumbre que, “en un ambiente cordial y amistoso”, buscó reforzar los lazos entre ambos países, especialmente después de que China -principal socio comercial de Pyongyang- hubiera presionado en los últimos años a través de diferentes rondas de sanciones internacionales al régimen Juche, cuya economía se resintió notablemente. Según informó la agencia Xinhua, ambos mandatarios “llevaron a caboun intercambio general y profundo de puntos de vista sobre las relaciones”entre ambasnaciones y “los principales asuntos de interés común”.
Xi mostró su satisfacción porel desarrollode los últimosacontecimientos en la región. “Tras nuestro primer encuentro las relaciones entre China y Corea del Norte y la situación en la Península han progresado de forma positiva. Estoy muy contento por ello”, indicó. La visita de Kimllega después de la reunión del pasado mes de abril entre Kim y su homólogo surcoreano, Moon Jae-in;en vísperasdel encuentroentre éste último, el primer ministro japonés Shinzo Abe, y el jefe del gobierno chino, Li Keqiang; y días antes de la cumbre que el norcoreano mantendrácon el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, una serie de movimientos con los que Kim se ha ganado el papel de estratega de la diplomacia internacional. Precisamente, los analistas señalaron que este último paso iría encaminado asuavizar la presión económica a la que Pekín les ha sometido y a obtener el respaldo de China para sus gestiones diplomáticas con Trump.
Será entonces cuando se mida realmente si la situación en la península va encaminada hacia la paz o si, como en otras ocasiones, fracasan los intentos de reconciliación entre los diferentes actores del último vestigio de la guerra fría. El compromiso con la desnuclearización anunciado por Kim deberá encajar con la modalidad que EEUU persigue, que dista mucho de lo que esta semana Kim transmitió a Xi. Durante su conversación, el dirigente norcoreano insistió en su objetivo pero explicó que el proceso se debería hacer por “fases” y de manera “sincronizada”.
Ese supuesto modus operandi dePyongyang parece no encajar con el de Washington, quien le exigió recientemente desmantelar sus armas biológicas e interrumpir el lanzamiento de satélites, algo que no sentó nada bien en el país comunista. De hecho, en los últimos días ambos países se enfrascaron en un cruce de acusaciones en las que el Reino Ermitañoacusó a EEUU de poner en peligro una situación que podría retornar “al punto de partida”. Mientras se espera el encuentro entre Trump y Kim, Xi indicó que China tratará de “desempeñar un papel activo para avanzar de manera integral en el proceso de resolución pacífica de la península a través del diálogo y lograr la paz y la estabilidad a largo plazo en la región".
Cae el último tigre de la campaña anticorrupción de Xi
Sun Zhengcai, que hasta hace poco era considerado como un posible sucesor al actual presidente de China, Xi Jinping, fue condenado ayer a cadena perpetua por aceptar sobornos por más de 26 millones de dólares, según medios estatales chinos.
De esta manera, el ex miembro del influyente Politburó y antiguo secretario general del Partido Comunista en Chongqing, pasó a convertirse en uno de los más altos funcionarios defenestrados merced a la campaña anticorrupción emprendida por las autoridades, que algunos críticos consideran una vía encubierta utilizada por Xi para librarse de posibles rivales.
Sun, de 54 años, era una estrella emergente que en 2012 fue enviado a Chongqing para reemplazar a Bo Xilai, otro alto cargo caído en desgracia en una de las ciudades clave de la política china.
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