Política

Bruselas

La coalición internacional intenta impedir que los yihadistas tomen Kobani

La coalición internacional intensificó hoy los ataques aéreos contra posiciones del Estado Islámico (EI) en el enclave kurdo de Kobani, en un intento de evitar que sus combatientes tomen el control de esta estratégica ciudad siria ubicada junto a la frontera con Turquía.

Los aviones de la fuerza multinacional, encabezada por EEUU, han efectuado una decena de bombardeos en las últimas horas contra concentraciones de yihadistas en el sur y el suroeste de Kobani, así como en el este.

El presidente del Organismo Autónomo de Defensa y Protección de esta población, Esmat Sheij Hasan, dijo a Efe por teléfono que los ataques aéreos han detenido el avance de los extremistas, que se enfrentan sobre el terreno a las Unidades de Protección del Pueblo kurdo.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos afirmó que hubo un número indeterminado de bajas en las filas de los extremistas suníes por los bombardeos de la coalición.

Mientras, las milicias kurdas defienden calle a calle la ciudad, donde ayer irrumpieron los yihadistas desde el este, aunque a lo largo de la noche los combates se extendieron por el sur. Según el Observatorio, el EI ha retrocedido en las últimas horas por el este, aunque ha tomado varios edificios en el sur.

Hasan explicó que el EI mantiene bajo su control la zona industrial y los barrios de Meqtel Nuevo y Kani Arabane en la parte oriental de la población, pero que no ha conseguido progresar por este lado.

Los kurdos están presentando una dura resistencia en todos los accesos de la población, aunque poseen armas menos sofisticadas que los radicales, que disponen de armas pesadas y carros de combates.

Kobani, uno de los tres principales enclaves kurdos de Siria, es desde el pasado 16 de septiembre objetivo de una ofensiva del EI.

Desde esa fecha, de la que hoy se cumplen tres semanas, al menos 412 personas han muerto, la mayoría miembros del EI, según el Observatorio.

Entre esas víctimas, al menos veinte eran civiles, que fueron asesinados por los yihadistas en pueblos de las inmediaciones de la localidad.

Cuatro de esos ciudadanos kurdos sirios fueron decapitados por los miembros del EI.

En las filas del EI, al menos 219 radicales perdieron la vida en enfrentamientos y emboscadas tendidas por las Unidades de Protección del Pueblo kurdo en la zona.

Por su parte, el bando de los milicianos kurdos registró al menos 173 bajas, entre ellas la de una combatiente kurda que cometió un atentado suicida el domingo pasado en un cuartel del EI en las cercanías de Kobani.

La urbe está cercada por el este, el sur y el oeste por los yihadistas, ya que por el norte limita con Turquía, hacia donde se han desplazado cientos de miles de refugiados kurdos sirios.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, destacó hoy la necesidad de una ofensiva terrestre contra el EI para frenar la toma de Kobani.

“Solo con bombardeos aéreos no podréis poner fin a este terror. Si la coalición que cumple esta misión no establece unos movimientos (militares) terrestres, no podrá solucionarlo con ataques aéreos. Así han pasado meses sin resultado”, declaró Erdogan durante una visita a Gaziantep, cerca de la frontera con Siria.

Aun así, en su alocución dejó entrever que Ankara no hará nada para evitar que Kobani caiga en manos de los yihadistas.

La semana pasada, el régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, advirtió de que consideraría como un acto de agresión cualquier intervención militar turca en su territorio, después de que el Parlamento de Turquía renovara el permiso al Ejecutivo de Ankara para enviar tropas a Irak y Siria para combatir al EI.

Las autoridades de Damasco acusan a Turquía y otros países en la región como Arabia Saudí y Catar de respaldar a “los grupos terroristas” que operan en su suelo.

Entretanto, en Bruselas, más de un centenar de manifestantes kurdos irrumpieron hoy a la fuerza en la sede del Parlamento Europeo para protestar por la pasividad que a su juicio tiene la Unión Europea (UE) ante los ataques del EI.

Un grupo de eurodiputados, entre los que se encontraba el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, recibió a algunos de los participantes en la protesta que, tras este gesto, abandonaron el lugar voluntariamente.