Estados Unidos
La Convención de Ohio, la hora de la verdad para los republicanos
Donald Trump estará a finales de semana en California, el estado dorado donde hay 172 delegados en juego. El precandidato republicano sabe que necesita a toda costa los 1.237 requeridos para optar a alzarse con la nominación oficial, y en materia de números Wisconsin, con 42 delegados, no ha desvelado mucho, pero sí ha supuesto un duro golpe para la campaña de Trump, que se prepara para una dura pelea en julio en Cleveland (Ohio), donde tendrá lugar la convención republicana. Desde hace meses se habla de una «convención concurso», lo que significa que se decidirá allí el candidato republicano a las elecciones presidenciales a través de una serie de votaciones, al contrario de lo que se hacía tradicionalmente, ya que las convenciones eran una fiesta del partido porque se sabía de antemano el candidato.
En los próximos días, el magnate inmobiliario luchará a brazo partido con sus contricantes en las primarias. Se decidirán alrededor de 600 delegados entre Nueva York, California, Nueva Jersey y otros estados. Si Trump quiere conseguir ser el nominado oficial, tendrá que hacerse con los 1.237 delegados necesarios antes citados (la mitad má uno del total). Entonces, en Clevaland, le votarán de forma oficial y será el candidato del Partido Republicano a la Casa Blanca. Si no lo logra, habrá dos opciones en la convención: votar a Ted Cruz o a Trump. Y la reunión de Cleveland pasará a la historia como una guerra donde se defendió no sólo un candidato presidencial, sino el futuro del Partido Republicano.
Lo que también se da por hecho es que si el multimollanrio se convierte en el cabeza de cartel en noviembre, muchos políticos se marcharán de la formación. De momento, no se sabe ni cuántos abandonarían ni su importancia, pero sí que se produciría una escisión «de facto», ya que ciertos conservadores influyentes han advertido de que no respaldarán a l millonario bajo ningún tipo de circunstancias. Si no se convierte en el candidato oficial, la cuestión será saber qué harán sus votantes. Muchos de ellos han indicado que abandonarán el partido también. Por ello, cualquier opción es mala para la agrupación conservadora, que ahora valora qué otra cosa puede hacer para salvarse de un futuro devastador.
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