Grecia
La coronación de los neonazis de Amanecer Dorado
El líder de Amanecer Dorado, Nikos Mijaloliakos, celebró desde la cárcel los resultados alcanzados por su partido en las elecciones generales celebradas hoy en Grecia que lo convierten en tercera fuerza del país.
Si algo asustaba a los acreedores era la mayoría absoluta de Syriza y si algo preocupaba a los griegos era el éxito de Amanecer Dorado (AD). Los resultados han confirmado ambos temores y han puesto de manifiesto la radicalización de la sociedad helena hacia direcciones ideológicas opuestas. Las encuestas no sirven para nada, cuando la gente no quiere reconocer lo que vota. Los neonazis de AD se alzan como tercera fuerza política en Grecia tras obtener el 6,32% de los votos en las elecciones generales de ayer, un porcentaje similar al de los anteriores comicios de 2012. Los ultraderechistas se aprovechan del «voto oculto» y rompen con todos los sondeos, que le daban como mucho un 6% de votos. Un sector de la sociedad griega permite resucitar de ese modo a la extrema derecha en Grecia, que inició su declive en setiembre de 2013, cuando metieron en prisión preventiva a la cúpula directiva, siete de los 16 diputados, entre ellos, su líder Nikos Mijaloliakos, acusados del asesinato de un rapero.
Pese a realizar una campaña de bajo perfil, con escasas apariciones públicas y tan sólo con el reparto de panfletos, los neonazis de AD confirman el prominente papel que ocupan entre una población cansada de los partidos tradicionales. Con el inicio de la crisis en 2008 los jóvenes de AD calaron en los barrios con un alto porcentaje de personas mayores, a las que acompañaban a cobrar la pensión o les ayudaban con arreglos de la casa. Aunque en el último año esa presencia en los barrios se ha reducido, los neonazis se han aprovechado de la amplia cobertura mediática que reciben para penetrar en la población sin ni siquiera ofrecer un programa económico. «Son buenos chicos», asegura medio enfadado Panos Vlamis, «los medios los pintáis como demonios, pero a nosotros nos ayudan: vienen a casa y preguntan si necesitamos algo, son muy educados». El anciano de 60 años cuenta que alguien los tiene que proteger si no lo hace ni el Gobierno ni la Policía. En el barrio de Vlamis, Neos Kosmos, en el segundo anillo de Atenas, la ultraderecha de AD se ha erigido como segunda fuerza más votada, por detrás de Syriza. Los ultraderechistas deben gran parte de su ascenso al pánico generado entre la clase media por la llegada masiva de inmigrantes irregulares durante 2008 y 2009. «Los inmigrantes nos están invadiendo», se queja Vlamis. Los seguidores más jóvenes de la extrema derecha se dedicaron a sustituir a su manera las funciones de una Policía ineficiente y menguada por los recortes. Los integrantes de AD en prisión se enfrentan a cargos por la desaparición de más de 100 inmigrantes, entre otras acusaciones, y los ataques racistas son el pan de cada día en la capital helena.
A base de «limpiar las calles de inmigrantes» y «cuidar de los necesitados» Amanecer Dorado ha logrado ampliar apoyos entre los jóvenes decididos a votar por un cambio que no sea Syriza. En los comicios de 2012, AD fue la lista más votada, con un 23%, por los electores que votaban por primera vez. «Ellos son los únicos que pueden devolver la dignidad y la justicia a los griegos», proclama el joven Chrysanthos Papadopoulos a la salida de un colegio electoral. No sólo las encuestas se han equivocado. Muchos analistas preveían la pérdida de votos de AD debido a la polarización política, que podría llevar a muchos votantes a decantarse por dar un «voto útil». Chrysanthos, de 23 años, cuenta que ni él ni sus amigos van a cambiar de opinión, «votamos lo mismo hace dos años y esta vez más que nunca hace falta votar a AD para evitar el auge de los comunistas [Syriza]».
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