Austria

La crisis de refugiados refuerza a los radicales europeos

Los extremismos en Europa

La Razón
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La ola de refugiado ha provocado un terremoto político en Europa que amenaza la hegemonía de los partidos tradicionales. La derecha populista, antiinmigración y eurófoba no sólo ha llegado para quedarse, sino que compite con hacerse con el poder en países como Austria, Francia o Países Bajos. Su éxito reside en conjugar mano dura contra la inmigración y una genorosa política de bienestar (para los nacionales, por supuesto).

Alemania

La llegada de más de un millón de solicitantes de asilo ha revuelto las tradicionalmente tranquilas aguas de la política alemana. El rechazo a la estrategia de puertas abiertas de la canciller Angela Merkel no sólo le ha provocado tensiones con su partido hermano, los socialcristianos bávaros de la CSU, sino que ha abierto una fuga de votos por la derecha. Oportunidad que ha sabido capitalizar Alternatia por Alemania (AfD), una formación extraparlamentaria, ultraliberal y antieuro que estaba a punto de fenecer hasta que en otoño enarboló la bandera antinmigración. Convertido en partido de protesta contre el “establishment” de Berlín, ya cuenta con representación en los parlamentos de seis de los dieciséis “Länder” de Alemania y se ha aupado en las encuestas como tercer partido del país tras democristianos (CDU) y socialdemócratas (SPD) con el 15% de votos.

Austria

En la vecina Austria, el constante crecimiento del ultraderechista Partido Liberal (FPÖ) amenaza seriamente la histórica hegemonía de sociademócratas (SPÖ) y conservadores (FPÖ), que en solitario o en gran coalición han gobernado en Viena desde el final de la segunda Guerra Mundial. Prueba de ello es la sorprendente victoria del ultra Norbert Hofer en la primera vuelta de las presidenciales celebradas el pasado domingo. Por primera vez en la historia, los candidatos de los dos grandes partidos no pasarán a la segunda vuelta el 22 de mayo, en la que Hofer se enfentará con el ecologista Alexander Van der Bellen. Para hacer frente al auge del FPÖ, que encabeza los sondeos de intención de voto con más del 30%, el Gobierno federal ha dado una vuelta de tuerca más a su política de asilo al anunciar esta semana su plan de levantar una valla en la frontera entre Austria e Italia para evitar otra ola de refugiados como la del verano pasado.

Países Bajos

En Países Bajos, otro de los mayores recepteres de demandantes de asilo, la derecha islamófoba de Geert Wilders, el Partido de la Libertad (PVV), también encabeza los sondeos ante la impopularidad de la política de austeridad del Gobierno de Mark Rutte, una coalición entre liberales y socialdemócratas. Xenófobo y antieuropeo, el PVV ha capitalizado políticamente el triunfo del “no” al Acuerdo de Asociación con Ucrania en el referéndum del 6 de abril. Un paso, según Wilders, hacia un futuro “Nexit”, un plebiscito sobre la permanencia de Países Bajos en la UE.

Francia

En Francia, la líder del Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, avanza imparable a caballo del descredito de los partidos tradicionales. A diferencia de las presidenciales de 2002, cuando su padre Jean Marie Le Pen, dio la sopresa al pasar a la segunda vuelta junto al presidente Jacques Chirac, nadie duda ahora de que competirá en la ronda final al Elíseo dentro de un año, dejando a la izquierda de nuevo sin candidato. Según un sondeo de TNS Sofres, la líder ultra sumaría el 25% de los votos en la primera vuelta, frente al 23% de Nicolas Sarkozy y el 15% de François Hollande. Sin embargo, si Los Republicanos eligen a Alain Juppé como candidato, el ex primer ministro se impondría a Le Pen por 30% contra 27%.

Suecia

Suecia, tradicional país de asilo, se ha visto desbordada por la avalancha de solicitante de asilo (162.000), lo que la convierte en el primer receptor de la UE en términos per cápitoa. El colapso de los servicios públicos ha obligado al Ejecutivo rojiverde de Stefan Löfven a poner fin a la generosa política migratoria e introducir controles fronterizos con la vecina Dinamarca. Situación que rápidamente han sabido aprovechar los ultras Demócratas Suecos, que se han consolidado como tercera fuerza política del país tras irrumpir por primera vez en el Riksdag (Parlamento) en las elecciones de 2010 y doblar su número de votos cuatro años más tarde (de 20 a 49 diputados). Los últimos sondeos les otorgan un 16,6% y castigan a los socialdemócratas con su peor resultado en medio siglo (24,4%).

Dinamarca

En Dinamarca, los populistas del Partido Popular Dannés (DF), liderados por Kristian Thulesen Dahl, han logrado la cuadratura del círculo: influencia política sin sufrir el desgaste de entrar en el Gobierno. A imagen y semejanza a lo vivido en la década pasada, el DF es el principal socio parlamentario del Gobierno en minoría del liberal Lars Lokke Rasmussen, que, a cambio, ha endurecido la ya restrictiva política migratoria danesa, que fue noticia hace dos meses por aprobar una ley para confiscar los bienes de los refugiados que entren al país nórdico. Los ultras (21,1%) dieron el “sorpaso” a los liberales (19,5%) en las elecciones generales de hace un año, al convertirse en el partido más votado tras los socialdemócratas (26,3%). Los últimos sondeos, sin embargo, les conceden una ligera caída.