Elecciones en Alemania
La debilidad de Schulz pone en aprietos al SPD ante las negociaciones de coalición
“¿Qué será de Martin Schulz?”. La pregunta sobre el futuro del líder del Partido Socialdemócrata alemán (SPD) desplazó ayer a las cuestiones sobre la Gran Coalición en los titulares de prensa. A punto de que arranquen las primeras reuniones con los conservadores, el SPD está sumido en una de sus mayores crisis internas lo que deja a la formación en una posición de clara desventaja para defender sus argumentos. En el punto de mira, no solo la profunda división en el seno socialdemócrata sino la debilitada imagen de su líder. El hombre que un año atrás se presentó como la esperanza del SPD y cuya candidatura fue definida como un fenómeno por su singular entusiasmo, se ve ahora débil y demacrado. “Su poder se está desmoronando”, escribió ayer la revista “Der Spiegel”. Para algunos analistas, los últimos meses no podían haber sido peor para Schulz. A los errores durante la campaña electoral hay que sumar los acaecidos tras los comicios, lo que afectó principalmente a su credibilidad y cuyo veredicto quedó patente el domingo. Poco más de la mitad de sus delegados le ofrecieron su apoyo después de que, como dijera un líder de su facción, “diera uno de los peores discursos de su carrera”. Desde entonces, la presión sobre Martin Schulz no ha parado de crecer. Aunque todavía no esta claro qué camino podría tomar la Gran Coalición o si será refrendada por los afiliados socialdemócratas, en Berlín se rumorea que de lograrse un ejecutivo, Schulz podría quedarse con la cartera de exteriores. Una posibilidad que ha despertado más críticas desde su propio partido. En una entrevista publicada ayer, el presidente del SPD en por Turingia, Wolfgang Tiefensee, recomendó a su líder “un giro de 180 grados para salvaguardar su credibilidad” y recordó la promesa que hizo Schulz, solo un día después de los comicios, cuando aseguró que nunca entraría a formar parte de un congreso con Angela Merkel. Quizá por esto, algunas voces -aunque todavía de forma tímida-, comienza a evaluar la posibilidad de que Schulz se quede al margen. Desde el periódico “Der Tagesspiegel” se asegura que hay pocas dudas de que el político siga en su puesto hasta que se forme un nuevo gobierno pero, al mismo tiempo, un nombre empieza a coger fuerza dentro de la socialdemocracia: Andrea Nahles. La presidenta de la fracción parlamentaria del SPD y antigua jefa de las juventudes socialistas (Jusos) sorprendió el domingo por la solidez de su discurso. Muchos vieron en ella la vitalidad de la que carece Schulz y que es necesaria para enfrentar las discusiones de coalición. En el gobierno de Merkel, Nahles fue ministra de Trabajo y Asuntos Sociales y de ella se dice que fue una de las ministras socialdemócratas más eficientes. El salario mínimo es uno de sus grandes logros. Justo cuando se cumplen cuatro meses de las elecciones, el SPD no solo tendrá que luchar por defender su intereses fuera, sino también dentro del partido. En unos sondeos publicados ayer, la formación continúa a la baja y se sitúa por debajo del 20% en un momento en que el partido está dividido entre partidarios y enemigos de reeditar la alianza de gobierno.
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