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Francia

La investigación estudia todas las hipótesis

La Razón
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La Policía francesa tiene abiertas todas las hipótesis sobre el móvil que ha guiado a un individuo a tirotear a un informador gráfico de «Libération», después de que lo intentara hace unos días en una televisión. Al parecer, le falló el arma, una carabina del calibre 12, muy vendida a cazadores en el vecino país. Desde que se trate de un desequilibrado, hasta que sea un terrorista, ninguna hipótesis queda desechada. Su forma de actuar, en apariencia errática, al efectuar disparos en plena calle, realizar un secuestro exprés de un vehículo y obligar a su conductor a llevarle hasta una estación de Metro, hacen pensar más en un individuo que no está en su sano juicio, y que la tiene tomada con los medios de comunicación por razones que, lógicamente, se desconocen.

De tratarse de una persona obsesionada con los medios, no se puede descartar que el reciente asesinato en Mali de los periodistas franceses de la RFI Ghislaine Dupont y Claude Verlon, a manos de Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI), puede haber efectuado una especie de «efecto llamada», sin que tenga que ver nada con la banda terrorista yihadista, y le ha impulsado a «pasar a la acción». Expertos policiales consultados por LA RAZÓN reconocen que, en casos como éste, las Fuerzas de Seguridad se hallan en una de las peores situaciones, al no poder determinar el móvil, y si se encuentran ante un individuo que, pese a actuar en solitario, lo hace en función de alguna consigna; o, simplemente, porque está mal de la cabeza.

La difusión de las fotografías, algunas de ellas muy nítidas, demuestra que no se trata de una persona entrenada para esquivar las cámaras de vídeovigilancia, auténtica obsesión de las bandas organizadas, que, como ha ocurrido hace días en España con una célula anarquista, llegan a cambiar de vestimenta tras cometer un atentado. Aunque el autor de los disparos en «Libération» haya conseguido abandonar la tupida red de Metro de la capital francesa, y logrado refugiarse en lo que considera un lugar seguro, la Policía cuenta, además de con sus propias investigaciones, con algo que funciona de manera extraordinaria en Francia: la colaboración ciudadana, que en ocasiones ha permitido la detención de miembros de la banda terrorista ETA.