Política

Elecciones en Reino Unido

La reforma electoral, una necesidad urgente

El UKIP logró un escaño con 4 millones de votos; el SNP, 56 con 1,5 millones

LA «GANADORA» La líder nacionalista, Nicola Sturgeon, se hace un selfie ayer con sus diputados
LA «GANADORA» La líder nacionalista, Nicola Sturgeon, se hace un selfie ayer con sus diputadoslarazon

El euroescéptico UKIP fue la tercera fuerza más votada en las elecciones británicas, con un 12,6% de los votos. Pero esta legislatura tendrá un único representante en la Cámara de los Comunes. El Partido Verde también contará sólo con un escaño, a pesar de ganar 1,1 millones de votos, lo que supone un 3,8% del escrutinio. Sin embargo, los nacionalistas del SNP, que sólo presentaban candidatos en Escocia y han recibido un 4,7% de los votos, se han hecho con 56 escaños. Las cifras, desde luego, no cuadran. ¿Cómo es posible tanta contradicción?

La respuesta está en el sistema electoral británico, de 1948. Desde su entrada en vigor ha sido calificado de «injusto y desigual». Pero se le perdonaba todo porque –según sus creadores– permitía «gobiernos fuertes, estables y decisivos». La cuestión ahora es que el bipartidismo sigue dominando el terreno de juego, pero la entrada de fuerzas minoritarias ha abierto el debate sobre una reforma de este modelo uninominal mayoritario. «Lo que está claro es que es injustificable tener este sistema en un contexto político moderno», explica Sean Kippin, experto en procesos electorales.

Reino Unido está dividido en un total de 650 circunscripciones, cada una de las cuales tiene un representante en la Cámara de los Comunes. Para ganar, el candidato no necesita obtener una mayoría de votos (es decir, el 50% + 1). Sólo requiere tener un voto más que el resto. Por lo tanto, es posible que un partido sea el más votado pero que tenga menos escaños que otro. «El laborismo es el más beneficiado porque tiene el voto distribuido de manera más uniforme por todo el país», indica Kippin.

Con todo, los «tories» siempre se han opuesto a cambiar de sistema por miedo a que otro modelo les ponga aún las cosas más complicadas. Por este motivo, hicieron una potente campaña a favor del «no» en el referéndum de 2011, cuando se planteó a los británicos cambiar al Voto Alternativo, que proponían los liberal demócratas, donde los votantes numeran a sus candidatos por orden de preferencia. El pueblo votó mantener el modelo. Hoy, sin embargo, un 61% votaría por una reforma. Según las estimaciones realizadas por Channel 4, con un sistema de circunscripción única y un reparto sin cortapisas, los conservadores se habrían quedado lejos de la mayoría al obtener 240 escaños (han conseguido 331). Seguirían, no obstante, por encima de los laboristas, con 213 legisladores (ahora 232 asientos). La tercera opción habría sido el UKIP, con 83 diputados, mientras que el SNP, con 37, habría caído a la quinta plaza, por detrás de los liberal demócratas, que habrían conseguido tres y no los ocho que les ha dado el sistema actual.

Cameron deberá por tanto afrontar el debate en esta legislatura, donde querría llevar a cabo el plan –que en 2010 quedó apartado al no conseguir mayoría absoluta– de reformar también el número de distritos para pasar de 650 a 600. Sus detractores aseguran que de esta manera los «tories» saldrían beneficiados.