Manifestaciones violentas

La revuelta argelina recupera impulso

Masiva marcha contra el régimen en el 65º aniversario de la guerra de independencia.

Un viernes más, los argelinos salieron ayer a las calles de la capital, Argel, para protestar contra el régimen
Un viernes más, los argelinos salieron ayer a las calles de la capital, Argel, para protestar contra el régimenlarazon

Masiva marcha contra el régimen en el 65º aniversario de la guerra de independencia.

En una nueva exhibición de su capacidad para mantenerle el pulso al régimen, decenas de miles de argelinos volvieron a protagonizar ayer masivas protestas en las principales ciudades para exigir un cambio radical del sistema y mostrar su rechazo a la hoja de ruta ideada por las autoridades para sacar a Argelia de la crisis que vive desde febrero.

Las manifestaciones, que volvieron a tener a Argel como epicentro, coincidían con el aniversario de la guerra de independencia de Argelia. Una fecha cargada de simbolismo que el movimiento popular argelino supo aprovechar para revitalizar las protestas y repetir los históricos niveles de movilización registrados en marzo y en abril.

Los primeros indicios de que la manifestación en la capital cumpliría con las expectativas empezaron a producirse la vigilia del viernes. A pesar de los múltiples arrestos que se habían efectuado por la tarde –una práctica sistemática de las autoridades– centenares de personas se congregaron en el centro de la ciudad, donde permanecieron hasta pasada la medianoche entonando consignas contrarias al régimen. Asimismo, los accesos a Argel se encontraban restringidos desde el miércoles en un intento de minimizar la llegada de manifestantes. Ayer, por primera vez desde el estallido de las protestas, la movilización en Argel se estiró hasta pasado el anochecer.

La revitalización del pulso entre el movimiento popular y la élite del Estado, representada por la cúpula castrense, se produce un mes y medio antes de unas polémicas elecciones presidenciales percibidas por ambos como un momento crucial para el devenir de las protestas. Por un lado, el régimen confía que los comicios impulsen unas autoridades con suficiente legitimidad como para salir del «impasse». Pero el movimiento popular rechaza frontalmente unos comicios en las condiciones actuales, al considerarlos una artimaña del régimen para perpetuarse, y llama a un boicot masivo.

En paralelo a la convocatoria electoral, el régimen ha intensificado de forma significativa la represión desde verano, encarcelando entorno a unas 200 personas, restringiendo las libertades de movimiento y prensa, y aumentando el despliegue policial.

El presidente francés, Emmanuel Macron, aprovechó el aniversario de la revolución argelina para transmitir su deseo de que el país magrebí aborde «con total libertad» los desafíos de futuro que le plantea el momento «crucial» en el que se encuentra.