Elecciones en Italia
La UE revive su particular pesadilla
Bruselas contiene la respiración, mientras teme la vuelta de «Il Cavaliere» al Gobierno
La Unión Europea y sus instituciones pasaron ayer mala tarde. Casi podía oírse el crujir de los dedos al cruzarse en los edificios del barrio comunitario, mientras se producía el recuento de las elecciones al Congreso y el Senado en Italia. El peor escenario, la victoria aplastante del ex primer ministro Silvio Berlusconi o del cómico Beppe Grillo, parecía descartado al cierre de esta edición, pero lo disperso del voto y la caída de la participación, cinco puntos menos que en los comicios que se celebraron en 2008, mantenían la tensión sobre el futuro.
La moneda única no puede permitirse el lujo de que la tercera economía de la zona euro zozobre entre problemas políticos, sobre todo después de haber degustado la tranquilidad impuesta en los mercados gracias al tecnócrata Mario Monti. En un escenario en el que el nuevo Gobierno tendrá que lidiar con una recesión en Italia peor de lo previsto este año, pues la economía se contraerá un uno por ciento en 2013, frente al -0,3% de la zona euro, el resultado que salga de las urnas será determinante sobre el futuro de la moneda única. El único cargo político que se ha atrevido a decirlo en público, aunque todos los demás lo dicen en privado, ha sido el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, que recordó que «Berlusconi con sus políticas irresponsables y sus escapadas personales metió una vez a Italia en la crisis». «Por ello, en las próximas elecciones está en juego no sólo la confianza en el país, sino también todo lo que Italia ha ganado gracias a Mario Monti», agregó.
En Bruselas simplemente no saben cómo tratar a Berlusconi en caso de que regrese al poder, pues sus salidas de «pata de banco» ya son famosas en sus años de mandato, cuando todavía era respetado, por lo que la incertidumbre es total sobre lo que podría llegar a hacer ahora, después de que muchos líderes le hayan despreciado en público. «Con las políticas que promete al pueblo italiano, Berlusconi violará los acuerdos que con tanta dificultad logró en su momento Mario Monti», ha asegurado al diario «Izvestia» el politólogo Alexánder Rahr. En particular, Berlusconi ha prometido devolver a los italianos una parte de los impuestos pagados el año pasado, lo que constituye unos 40.000 millones de euros. Lo que parece evidente es que la gran apuesta de los gobiernos europeos, que era claramente Monti, ha resultado ser un fiasco en las urnas italianas. Parece que él lo sabía con antelación, pues esperó a que casi le suplicaran sus colegas de los estados miembros hasta que tomó la decisión de presentarse a las elecciones, después de dimitir. El otro elemento perturbador para los analistas europeos es la baja participación de los electores, que demuestra una vez más la creciente brecha que se está formando entre los ciudadanos de la Unión Europea y sus políticos a raíz de la gestión de la crisis económica. Según el analista político y director del Instituto de sondeos ISPO, Renato Mannheimer, citado por «Corriere della Sera», «más que el frío ha pesado el desencanto hacia la política».
Berlusconi traslada las dudas a los mercados
Ya sea como apuntan algunos, por la victoria del Milán contra el Barcelona en la Copa de Europa o porque, como afirmó un estudio, encarna todo aquello que muchos italianos quisieran ser y no pueden, lo cierto es que Silvio Berlusconi ha vuelto a obrar el milagro y a resucitar políticamente. Y con su vuelta, han resurgido los temores en los mercados. A media mañana de ayer, cuando se daba por hecha la victoria del centro izquierda italiano, el optimismo era la tónica en los mercados, con subidas de los principales índices bursátiles europeos por encima del 2% y retrocesos de las primas de riesgo. Pero cuando a las tres de la tarde se cerraron los colegios electorales y los primeros sondeos colocaron a Berlusconi como ganador en el Senado, volvieron los temores. Aunque cerraron en positivo, los avances en las bolsa se redujeron de forma notable al cierre. El Ibex avanzó un 0,8% y Milán, un 0,73%. Las primas de riesgo de ambos países, tras caer más de 30 puntos a media sesión, se dispararon después con el avance Berlusconi y cerraron en 294 la italiana, siete más que en la sesión anterior; y en 361 la española, tres más que en la apertura. Como destacan analistas como Soledad Pellón, de IG Markets, o Daniel Álvarez, de XTB, la volatilidad vuelve a campar a sus anchas por los mercados ante el temor a que una victoria de Berlusconi ponga en riesgo los ajustes de Italia.
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