Política

Bruselas

La UE se prepara para sancionar a Italia por la deuda

El proceso podría desembocar en una multa de 3.500 millones por incumplir los tratados.

En la UE temen que Matteo Salvini, en la imagen, utilice el proceso para alimentar su discurso victimista de cara a las elecciones europeas
En la UE temen que Matteo Salvini, en la imagen, utilice el proceso para alimentar su discurso victimista de cara a las elecciones europeaslarazon

El proceso podría desembocar en una multa de 3.500 millones por incumplir los tratados.

Bruselas parece haberse tomado con sorprendente calma el desafío de Roma, aunque todo indica que la procesión va por dentro. El Ejecutivo comunitario se limitó ayer a hacer acuso de recibo a la misiva enviada por las autoridades italianas y a ir, poco a poco, preparando el terreno. Se da por supuesto que el 21 de noviembre puede darse el primer paso para que Italia entre en el proceso correctivo del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, lo que podría desembocar en una posible multa de hasta el 0,2% de su PIB, unos 3.500 millones de euros. Ese día la capital comunitaria publicará el análisis de todos los presupuestos remitidos por las capitales, incluido el italiano, y puede también hacer público su análisis sobre la sostenibilidad de la deuda transalpina y activar el proceso de castigo, aunque éste último aún no ha sido confirmado.

Bruselas está decidida a actuar, pero no va a ceder a provocaciones ni hacer discursos incendiarios. Es consciente de que cualquier palabra más alta que otra tan solo logrará que el Ejecutivo populista de la Liga y el M5E aparezca como mártir de la burocracia europea. Un peligro de primera magnitud si se tiene en cuenta que en mayo se celebran elecciones al Parlamento Europeo. Por eso, Bruselas se limitó a recordar los plazos del procedimiento y apuntar a posibles consecuencias con pies de plomo, pero también con firmeza.

Roma tenía tres semanas para presentar un nuevo anteproyecto de Presupuestos a Bruselas y el plazo terminó a las 00:00 horas del martes. La misiva enviada a la capital comunitaria se limitaba a reafirmar la voluntad de las autoridades italianas de sacar adelante un Presupuesto expansivo que triplica la meta pactada por el Gobierno anterior. Como único punto de relativa conciliación, el compromiso de no superar el 3% de déficit público. Una promesa que Bruselas no se cree, pues considera que sus previsiones de crecimiento pecan de optimismo. Según los cálculos de la UE, estas cuentas expansivas conllevarán que en 2020 se pase el límite del 3% (Italia promete el 2,4%), lo que unido a la abultada deuda de Roma es más de lo que Bruselas está dispuesta a aceptar.

Hay voces que ya han empezado a pedir acciones contundentes por parte de la Comisión Europea y que demuestran los peligros de no actuar. «Este presupuesto es una violación del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y estoy profundamente preocupado. Ahora corresponde a la Comisión dar los primeros pasos», aseguró ayer el ministro de Finanzas holandés, Wopke Hoekstra. La Haya es una de las capitales más ardientemente defensoras de la ortodoxia presupuestaria y líder natural del grupo de los halcones que se resisten a avanzar en mecanismos de solidaridad comunes en la zona euro. Si Bruselas gana el órdago a Roma, servirá como acicate para que los países del Norte tengan que dar pasos en este sentido. «Italia está más obligada que nunca a respetar las reglas que nos hemos dado todos», dijo el ministro austriaco de Finanzas, Hartwig Löger, quien también advirtió de los peligros de que Italia se convierta en una nueva Grecia. Y es que las formas del Gobierno italiano empiezan a recordar a los peores tics del Ejecutivo de Alexis Tsipras. No solo ha conseguido ponerse en contra de la Comisión, sino que tampoco ha encontrado ningún eco en el resto de socios. Todo indica que los 28 no pondrán ningún obstáculo a las sanciones y que refrendarán el informe del Ejecutivo comunitario.