Extrema derecha
El ala más dura toma el control de AfD
El congreso de la formación xenófoba elige al sector más radical para dirigir la oposición a la canciller Angela Merkel en el Bundestag, donde es la cuarta formación con más representación
El congreso de la formación xenófoba elige al sector más radical para dirigir la oposición a la canciller Angela Merkel en el Bundestag, donde es la cuarta formación con más representación.
El partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) seguirá en manos de su ala más radical. Jörg Meuthen y Alexander Gauland, ambos integrantes del llamado «núcleo duro» de la formación, fueron reelegidos ayer presidente y copresidente, respectivamente, para los dos próximos años en un congreso que concluye hoy en Hannover y cuyo principal objetivo es definir la línea del partido, dividido entre una corriente más moderada y la claramente radical, así como dotarse de una hoja de ruta que pueda plantar cara al partido de Merkel. De los cerca de 600 delegados congregados, el 72% dio su apoyo a Meuthen, un economista y diputado del oeste del país que, desde la formación del partido, no ha cejado por inclinar más hacia la derecha una formación que, según él, es la única capaz de defender «políticas patriotas».
De hecho, en su discurso de apertura, Meuthen atacó a la canciller y, como viene haciendo en las últimas semanas, se burló de las dificultades de Merkel que, tras el fracaso de las conversaciones con los Verdes y los Liberales, ahora intenta convencer a los socialdemócratas para formar gobierno a través de una reedición de la Gran Coalición que tanto a perjudicado al SPD. Estos «patéticos juegos» son «buenos para nosotros» y «nos proporcionan más partidarios», celebró Meuthen. El parlamentario Gauland, de 73 años, obtuvo el 67% de los votos y, además de ser una de los pesos pesados de la formación, defiende, entre otras cosas, que Alemania abandone el consenso en torno al arrepentimiento sobre los crímenes de los nazis. Fue militante de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel hasta 2013, cuando dejó el partido de la canciller para unirse a la AfD, por entonces un partido esencialmente euroescéptico.
El de este fin de semana se trata del primer encuentro a escala federal de la AfD desde las elecciones generales del pasado 24 de septiembre, en las que obtuvo el 12,6% y logró el acceso al Bundestag, por primera vez en un partido de ese espectro desde los años 50, y se erigió además en tercera fuerza a escala federal. Al día siguiente de los comicios, la formación se vio sacudida por la decisión de su copresidenta y rostro más mediático, Frauke Petry, de dejar el grupo parlamentario y también el partido, en desacuerdo con la línea radical adoptada por esa formación.
El congreso estuvo protegido por un fuerte cordón policial y entre protestas de manifestantes izquierdistas contra esa formación política. Las fuerzas de seguridad hicieron uso de cañones de agua para dispersar a los grupos de jóvenes que pretendían bloquear los accesos al Centro de Congresos, mientras que en distintos puntos de esa zona de la ciudad se produjeron varios enfrentamientos entre el operativo antidisturbios y grupos de manifestantes. Al menos dos agentes resultaron heridos, aunque no de gravedad, mientras que un manifestante sufrió heridas tras intentar encadenarse a un pilón metálico y ser retirado por la policía. La AfD, fundada en 2013 como aglutinante del voto euroescéptico, viró su discurso hacia la abierta xenofobia en medio de la crisis migratoria de 2015 y la llegada de refugiados a Alemania. El país ha acogido desde entonces 1,3 millones de peticionarios de asilo. Empezó así a ganar electorado y tiene ya escaños en 14 de los 16 Länder del país, además de los 92 del Bundestag.
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