Londres

Las dudas empañan el luto por la masacre en Kenia

Una mujer y sus dos hijas pequeñas, una de ellas de apenas cuatro años, se hicieron las muertas durante cuatro horas para evitar ser asesinadas. Ni siquiera se movieron cuando un policía intentaba salvarlas, por miedo a que pudiera ser un agente falso.
Una mujer y sus dos hijas pequeñas, una de ellas de apenas cuatro años, se hicieron las muertas durante cuatro horas para evitar ser asesinadas. Ni siquiera se movieron cuando un policía intentaba salvarlas, por miedo a que pudiera ser un agente falso.larazon

Los servicios de inteligencia de EE UU, Reino Unido, Alemania y Canadá se sumaron ayer a la Interpol para ayudar a las autoridades de Kenia a reconstruir los hechos de la barbarie cometida por Al Shabab. Hasta 15 militantes de la banda terrorista vinculada a Al Qaeda irrumpieron el pasado sábado en el centro comercial Westgate de Nairobi. Dispararon indiscriminadamente contra los miles de civiles que se encontraban a su paso y no dudaron a la hora de tomar rehenes. Cinco días después del inicio de aquel infierno, hay preguntas que siguen sin respuesta.

l CUÁNTAS VÍCTIMAS HAY

Las autoridades han confirmado la muerte de 72 personas. Entre los fallecidos hay 61 civiles (entre ellos seis británicos), seis soldados y cinco terroristas. La Cruz Roja de Kenia asegura que aún hay 60 personas desaparecidas. Por su parte, la cuenta de Twitter de la banda terrorista asegura que se tomaron 137 rehenes y que todos ellos murieron después de que las Fuerzas de Seguridad dispararan agentes químicos para acabar con el asedio. Los mensajes no pudieron ser verificados anoche. Un portavoz del Gobierno negó cualquier producto químico utilizado por los agentes y pidió a las autoridades a ignorar la propaganda militante.

l DÓNDE ESTÁN LOS TERRORISTAS

La Policía keniata confirmó anoche el arresto e interrogatorio de diez sospechosos de terrorismo, incluyendo cinco personas que se cree que estuvieron dentro del centro comercial. Los detectives confían en que los supervivientes desvelen detalles clave del ataque, que, según la Prensa, fue preparado minuciosamente en Somalia.

l YIHADISTAS BRITÁNICOS

El Ministerio británico de Exteriores confirmó ayer la detención de un ciudadano británico de 35 años, de origen somalí, en el aeropuerto Jomo Kenyatta el pasado lunes mientras intentaba salir de Kenia. Se ha descartado que esté vinculado con el ataque. Pero la Prensa sigue insistiendo en que entre los terroristas se encuentra Samantha Lewthwaite, viuda de uno de los suicidas responsables de los atentados del 7-J de 2005 en Londres.

l CUÁL ES LA INFLUENCIA DE AL-SHABAAB

Su nombre significa «juventud» en árabe. Surgió en 2006 como el ala radical de la ya desaparecida «Union of Islamic Courts», cuando luchó contra las fuerzas etíopes que habían entrado en Somalia para apoyar al Gobierno interino débil. Existen numerosos informes de yihadistas extranjeros que van a Somalia para ayudar a Al Shabab. Mantiene vínculos con Al Qaeda. Se cree que tiene entre 7.000 y 9.000 combatientes. Ha impuesto una versión estricta de la «sharía» en las zonas del país bajo su control, incluyendo la lapidación hasta la muerte de mujeres acusadas de adulterio y la amputación de las manos a los ladrones.

l POR QUÉ KENIA

El atentado responde a la participación del Ejército keniano en la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM) desde 2012, creado para apoyar al débil gobierno de Mogadiscio y así impedir que sea desplazado por los radicales a los que apoyan Al Shabab y que quieren imponer la «sharía». Los analistas dicen que los militantes a menudo entran y salen de Kenia sin ser interceptados. Sus combatientes se dice que incluso visitan la capital, Nairobi, para recibir tratamiento médico. No es su primer acto terrorista. También por su implicación en AMISOM, asesinaron en Kampala a 76 personas mientras veían la final del Mundial de fútbol en la televisión en 2010.

l CÓMO ACTUARON

Entraron por el sótano y el segundo piso. Tenían planos del centro comercial y habían escondido anteriormente potentes ametralladoras-cinturón en un almacén, tal vez con la ayuda de un empleado local, de acuerdo con la inteligencia de EE UU. Algunos de los militantes podrían haberse cambiado de ropa dentro del edificio para escapar ocultos entre los civiles que huían. Algunos de los atacantes hablaban con fluidez inglés y fueron reclutados para que pudieran mezclarse entre los keniatas.