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Las grúas de construcción, una amenaza más ante la llegada de Irma a Miami

Grúas de constricción de edificios en la zona de Brickell en el Downtown de la ciudad de Miami
Grúas de constricción de edificios en la zona de Brickell en el Downtown de la ciudad de Miamilarazon

Las grúas son más complicadas de manejar y requieren de tiempo para desmontar.

La proliferación de grúas para la construcción en Miami, símbolo de la recuperación económica local tras la crisis inmobiliaria de 2008, representan ahora una gran amenaza ante el inminente embate del poderoso huracán Irma a Florida. Las autoridades de Miami, que podría sufrir los primeros vientos huracanados este sábado, advirtieron esta semana que actualmente hay unas 25 grandes grúas de construcción en la ciudad.

"Estas grúas están diseñadas para soportar vientos de hasta 145 millas por hora (233 kilómetros por hora), no un huracán de categoría 5", indicaron las autoridades en un comunicado. Pero la idea que más estremece a los vecinos del centro de la ciudad es que, tal y como recomendó Maurice Pons, subdirector del Departamento de Construcción local, el brazo de la grúa debe permanecer suelto, lo que implica que pueda girar sin control, como una veleta.

"El contrapeso del brazo es muy pesado y representa un peligro potencial si la grúa se derrumba", precisó sobre este elemento que puede pesar hasta 15 toneladas.

Ante esta situación, Pons aconsejó "no quedarse"en un edificio situado junto a una grúa de construcción cuando pase Irma, cuyos vientos máximos sostenidos han superado los de 250 kilómetros por hora, con rachas todavía más potentes.

Pero no todos han querido seguir este consejo, y los residentes del condominio Bay Park Towers enfrentan, además de posibles inundaciones al estar junto a la Bahía Vizcaya, que se desplome sobre ellos alguna de las seis grúas que se usan para construir en sus inmediaciones cuatro torres de más de 50 pisos.

La administración del edificio señaló a Efe que "hay bastante inquietud y miedo de que las grúas causen algún daño" y explicó que sólo dos de las seis grúas han sido retiradas estos días.

Aun así, la mayoría de los residentes de este condominio de 254 apartamentos enfrentarán la furia de Irma escondidos en su interior como lo han hecho con innumerables huracanes y tormentas desde su construcción hace más de 40 años.

Los lugares de construcción se afanaron estos últimos días en retirar o atar materiales que pudieran resultar arrojadizos para evitar mayores peligros con los fuertes vientos huracanados que se prevén, explicó la Alcaldía.

Sin embargo, las grúas son más complicadas de manejar y requieren de tiempo para desmontar. Peter Dyga, presidente de la Asociación de Constructores y Contratistas del sur de Florida, dijo al canal CBS que atar las grúas podría ser más peligroso porque generaría una resistencia al viento que puede causar un problema mayor. El temor al peligro que representan estas grúas para los ya abrumados residentes de Miami, se suma a la incertidumbre sobre dónde va a impactar el huracán, en un año que se ha recordado el vigésimo quinto aniversario de Andrew, que en 1992 causó la muerte de 26 personas en el sur de Florida.

Robert Molleda, coordinador de la oficina de predicción meteorológica de Miami, explicó recientemente a Efe que, en comparación con 1992, hay más información y en general se está más preparado, pero también "hay mucha más población, más edificios e infraestructura".

Molleda precisó que ni siquiera es necesario la embestida de un huracán de categoría 5 en el sureste de Florida para que se repita un paisaje de desolación, muerte y destrucción.

"Un huracán de categoría 4, con vientos de 130 o 140 millas por hora (209-225 km/h.) podría causar estragos y daños parecidos a los de Andrew, con tantos edificios y densidad de población aquí", alertó el científico de la Agencia Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA).

Y muchos apuntan como gran peligro a esas grúas que evidenciaron un renacimiento inmobiliario que duplicó la población del centro de Miami a 88.540 personas desde el año 2000, especialmente cuando se superó la burbuja inmobiliaria de 2007-2008 en Estados Unidos.

El sur de Florida, que fue epicentro de ese estallido inmobiliario, enfrenta ahora la llegada de Irma, que podría entrar en el estado como vientos de un huracán de categoría mayor. EFE