Muerte de Hugo Chávez

Las lágrimas del líder del «eje del mal»

El presidente iraní, aliado de Chávez, se convierte en una de las estrellas del funeral

El presidente Irán Mahmud Ahmadineyad ayer en durante los actos de despedida del dictador venezolano
El presidente Irán Mahmud Ahmadineyad ayer en durante los actos de despedida del dictador venezolanolarazon

Tras finalizar el funeral de Estado en honor de Hugo Chávez en la Academia Militar, su cuerpo permanecerá en capilla ardiente en el salón de honor del edificio. El evento tuvo una curiosa mezcla de rigor, protocolo e informalidad, un rasgo que era muy característico de Hugo Chávez. Fue sin duda el funeral que hubiera soñado. En medio de las guardias de honor realizadas por jefes de Estado y de gobierno se escuchó música llanera, la preferida del desaparecido líder bolivariano. De hecho, el acto cerró con las notas del «Alma llanera», considerada el «segundo himno nacional» por los venezolanos. Mientras se desarrollaba la ceremonia, a la que asistieron delegaciones de varios países, se detuvo el flujo de personas que hacían fila para ver el cuerpo del fallecido mandatario. El vicepresidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y el ministro de Defensa, Diego Molero, hicieron acto de la entrega de una réplica de la espada del prócer Simón Bolívar como ofrenda póstuma a Chávez en la ceremonia realizada en su honor. El arma adornará el féretro donde descansan los restos. Maduro, junto a diferentes miembros del Ejecutivo Nacional, empuñaron la espada y murmuraron unas breves palabras ante la mirada de todos los asistentes al funeral, como si estuvieran absorbiendo los poderes del libertador.

Algunos «tipos duros» pertenecientes al «eje del mal» como el presidente de Irán, Mahmoud Ahmadineyad, lloraban desconsolados. El líder persa realizó la guardia de honor del funeral del presidente Hugo Chávez, junto al jefe de Estado de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, y al concluir se acercó al féretro y lo besó. Todos los mandatarios presentes, en grupo de siete, realizaron la guardia de honor en compañía de otros homólogos por alrededor de un minuto. Pero sin duda el más desconsolado, el más emocionado fue su heredero, Nicolás Maduro, quien puso varias veces en pie a la tribuna con continuas menciones a Cristo, Simón Bolívar y Hugo Chávez.

«Aquí estamos al frente de él, como nunca hubiéramos querido estar», dijo notablemente conmovido Maduro, que ayer asumió formalmente la Presidencia de Venezuela. «Con el dolor más inmenso que pueda caber en nuestra humanidad. Aquí estamos, comandante. Ayer una señora nos habló y sentimos la justa dimensión de lo que había sucedido. Esa señora nos dijo: 'Tengan fuerza, porque su alma y espíritu era tan fuerte que su cuerpo no lo aguantaba'. Y ahora su alma y espíritu anda por este universo, expandiendo y llenándonos de bendiciones y amor, recogiendo todas la bendiciones de todas las religiones y pueblos», exclamó.

Finalmente, Nicolás Maduro se refirió a las horas finales de Hugo Chávez: «Nos dijo: 'Yo creo que tengo que escribir unas palabras finales como testamento' y nos dio una orden. 'El testamento de Hugo Chávez. Ayúdenme con algunas ideas para sentarme a escribirlas ahora. Esa orden no la cumplí. No pudimos. Era imposible». Además, Maduro aprovechó su intervención para cargar contra quienes han criticado a Chávez: «No ha habido líder en la historia de nuestra patria más vilipendiado que nuestro amado presidente».