Leopoldo López, padre: «Las primeras liberaciones de presos son una burla»

Leopoldo López pronunció ayer en la clausura del XVIII Congreso de Católicos y Vida Pública un discurso cargado de emoción –una emoción que le obligó a interrumpirlo en repetidas ocasiones– en el que, queriendo destacar la libertad inapresable del alma, leyó pasajes de las memorias que su hijo escribió desde su celda. «Ustedes en realidad querrían oír a mi hijo, la voz que está presa», dijo, ofreciendo una excusa tan humilde como innecesaria. Pero era su voz, la de un hombre que desde hace dos años no puede regresar a su país por no casar con la ideología populista de sus dirigentes y la de un padre que contempla impotente desde el extranjero cómo se prolonga la retención injusta de su hijo, la que el foro escuchó quebrarse una y otra vez con tanta atención como silencio. Este periódico pudo hablar después con él.

–¿Está tendiendo una trampa Maduro al Papa con su intento de acercamiento?

–Yo personalmente he pensado desde hace mucho tiempo que el diálogo era inconveniente. Un diálogo con una parte que no quiere dar nada a cambio y que no está dispuesta a ceder en su posición es un diálogo inexistente. Creo que, lamentablemente, al haber involucrado al Papa sin ninguna fortaleza, el Papa no está allí más que como un testigo ante una presencia absolutamente orientada hacia el apoyo del Gobierno, como es la presencia de Unasur con el ex presidente Samper o los ex presidentes Zapatero, Torrijos o Fernández. Todos han llegado al chavismo o al madurismo, mientras no se permitió la presencia de personas como Luis Almagro u otros presidentes allegados a nosotros como Aznar, González, Quiroga o Pastrana.

–¿Cuál es la situación de su hijo y de los otros presos políticos venezolanos?

–Sobre mi hijo en particular no hay ninguna novedad. De hecho, ahora ni siquiera hablan de presos políticos, sino de «detenidos políticos», una auténtica barbaridad en el uso del idioma. Es otra traición más.

–¿Qué consecuencias ha tenido para Venezuela la victoria de la oposición en las elecciones parlamentarias del año pasado?

–Hasta ahora, lamentablemente, fue sólo una demostración de que Venezuela vive una dictadura, porque se eligió una Asamblea Nacional y se han irrespetado completamente su autonomía y autoridad. Está reafirmando la existencia de una tiranía. No veo para qué tenemos una Asamblea si no puede ejercer su legislación.

–¿Es la reciente liberación de algunos de los presos políticos una toma de precauciones de Maduro de cara a ese resultado electoral?

–El hecho de que tiren migajas no quiere decir que la gente ha comido. El Gobierno, en esta invitación engañosa al diálogo, ha ido soltando dos o tres de los 120 presos políticos que hay, pero salen con la interdicción de manifestarse, asociarse o viajar al extranjero. Lo que están haciendo es una burla. Ahora están invitando y aceptando por parte de la oposición a personas que yo considero más próximas al Gobierno, como es el tal gobernador Falcón.