Política

La Haya

Llega a Damasco la jefa de la misión para el desarme químico en Siria

La jefa de la misión internacional encargada del desarme químico en Siria, Sigrid Kaag, llegó hoy a Damasco para supervisar las actividades sobre el terreno, informó la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ).

En un comunicado, la organización señaló que Kaag se desplazó a la capital siria, donde tendrá su oficina, tras mantener una serie de reuniones este fin de semana en La Haya.

La nueva coordinadora de la misión conjunta de la OPAQ y la ONU, de nacionalidad holandesa, viajó hoy desde los Países Bajos hasta Beirut y, de ahí, se trasladó por carretera a Damasco.

Mientras, los inspectores desplegados en Siria ya han supervisado 17 sitios donde se almacenan o producen armas químicas del régimen.

En catorce de esos lugares han llevado a cabo actividades relacionadas con la destrucción de equipos para evitar que las instalaciones puedan ser utilizadas, según el comunicado.

Además, la secretaría técnica continúa en Damasco ayudando a las autoridades sirias para que finalicen su declaración formal inicial relacionada con su arsenal químico y las instalaciones en las que éste se encuentra, aseguró la OPAQ.

Hasta el próximo 1 de noviembre, los especialistas de esta organización tienen por objetivo verificar la información aportada por el régimen sobre su programa de armas químicas.

Se calcula que Siria tiene unas 1.000 toneladas de armas químicas, por lo que su control, transporte y destrucción es "peligroso"y el proceso total puede tardar algo menos de un año, según Naciones Unidas.

La OPAQ se encarga de la parte más técnica del trabajo y la ONU de las labores de coordinación con el régimen de Damasco y la oposición armada.

El desarme químico se produce en el marco del acuerdo alcanzado en septiembre entre Moscú y Washington para evitar una intervención militar estadounidense en Siria, tras el ataque con armas químicas del pasado 21 de agosto contra barrios de la periferia de la capital siria que causó más de mil muertos, según denunció la oposición y cuya autoría negó el régimen.