Francia
Los adolescentes radicalizados en Francia se multiplican
El número de menores «potencialmente peligrosos» ha crecido un 121% desde enero
Un peligroso contagio adolescente que Francia debe afrontar. El país galo conoce desde hace tiempo este problema, pero ahora se ha cifrado. Y el incremento alarma. Según cifras publicadas por «Le Figaro», avaladas por fuentes de seguridad, 1.954 adolescentes de entre 12 y 18 años están fichados por la Policía como «potencialmente peligrosos», lo que supondría un incremento de un 121% desde enero pasado. El Ministro de Justicia, Jean-Jacques Urvoas, matizó las cifras ayer en la televisión pública sin restar gravedad al problema. Según Justicia, serían 600 los adolescentes de los que se tiene constancia de signos claros de radicalización y sobre los que se está haciendo un seguimiento. De estos casos, 150 han sido señalados por los propios padres, y 14 están encarcelados (11 chicos y tres chicas). Pese a suavizar las cifras publicadas por «Le Figaro», el titular de Justicia no ha dudado en calificar estos números de «tendencia preocupante».
El problema no es nuevo, las peculiaridades y el contexto, sí. Tal y como señala el informe del rotativo galo, los servicios de inteligencia franceses han detectado un incremento del número de jóvenes radicalizadas en los últimos meses. Hace tres semanas, un comando de tres mujeres intentó sin éxito hacer estallar un coche cargado de bombonas de gas en las inmediaciones de la catedral de Notre Dame, en el corazón histórico y turístico de París. Un comando inédito.
Otra de las singularidades es la forma de captar a los adolescentes. El Estado Islámico (EI) lleva meses privilegiando la aplicación de mensajes encriptados de Telegram respecto a redes sociales mayoritarias como Facebook o Twitter. La ventaja de estas últimas era la amplitud que podían tomar sus vídeos propagandísticos, pero tras la ley promulgada en junio por el ministro de Justicia, la «ley Urvoas» ,que persigue las visitas continuadas a páginas de contenido yihadista, el EI ha redefinido su estrategia en las redes buscando más seguridad. La aplicación de mensajería encriptada le ha permitido más discreción, pero también le ha exigido otras formas de aproximación a los adolescentes para proporcionarles las claves de manejo. Los expertos coinciden en que ahora se estaría produciendo un primer contacto personal una vez detectado al joven con problemas familiares o de fracaso escolar. Una vez captado, se aplica un bombardeo de mensajes. «El adolescente puede llegar a recibir más de una centena de impactos yihadistas en mensajes durante un solo día», señala un experto a «Le Figaro». Los dos terroristas que asesinaron al cura de Saint-Étienne-du-Rouvray este verano usaban esta plataforma encriptada. El EI busca todos los recovecos del oportunismo digital para trazar una estrategia cambiante, hoy en día más feminizada, más encriptada, menos publicitada que hace un año y basada en una saturación de impactos que conduzca a los adolescentes a la acción en el menor tiempo posible con medios rudimentarios a su alcance.
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