Ginebra
Los iraníes esperan que el pacto nuclear alivie su padecimiento económico
Los iraníes se despertaron esta mañana con la noticia de que su país había logrado reconducir el camino hacia una solución del conflicto nuclear con Occidente, un paso que esperan alivie muy pronto su complicada situación económica.
"La gente está muy animada, algunos eufóricos, hoy muchos se felicitaban unos a otros cuando llegaban al trabajo", dijo a Efe el arquitecto Farhad Azarmi.
La mayoría, aunque contenta y optimista, tomaban las noticias con cautela y no acababan de creerse que la pesadilla de las sanciones internacionales podría empezar a desvanecerse.
Azarmi considera que el acuerdo alcanzado esta madrugada en Ginebra, por el que Teherán se compromete a congelar durante seis meses parte de su programa nuclear a cambio de un alivio parcial de las sanciones económicas, "ha generado mucha alegría".
"La mayoría de la gente aquí en Teherán tiene una visión muy positiva y muchas esperanzas de que por fin haya más apertura y las sanciones se puedan al menos aliviar", señaló.
Entre las clases más bajas, los iraníes están expectantes para ver qué efecto tiene este acercamiento diplomático a Occidente sobre el precio de productos diarios como el pan o el arroz.
Según la revista "Forbes", en el último año lo que pagan por productos básicos se ha multiplicado y, mientras los salarios se han mantenido, el precio del té ha subido un 101 %, el de las habas un 94 % y el de las verduras un 80 %.
Quizás más grave es el aumento del precio de la vivienda, sobre todo en las grandes ciudades, que en los últimos siete años ha ascendido un 254 %.
Según distintos informes, el sector privado iraní está funcionando a tan solo el 50 % de su capacidad, lo que ha supuesto miles de despidos y cierres.
"¿Seguro que esto está confirmado a nivel internacional?", dudaba una profesora universitaria que pidió a Efe no ser identificada.
"La gente ha sufrido mucho por las sanciones. Por ejemplo, en mi caso, mi marido está enfermo y en este tiempo nos ha costado muchísimo conseguir y hemos tenido que pagar muy caros algunos medicamentos que antes eran accesibles sin problemas", explicó.
Espera que "ahora las autoridades apoyen más a la gente, tengan una política más suave y puedan realizar algunos cambios y solucionar algunos de los problemas"que sufre el país, entre los que destacan en materia económica la galopante inflación de alrededor de un 40 % y un elevado paro de un 20 % de la población activa.
No todos estaban radiantes, como una mujer en la cincuentena que pidió ser identificada con el pseudónimo de Leila y que señaló a Efe sentirse "indiferente", porque entiende que esto "no es más que otro juego político".
Más acorde con el sentimiento general, Amené Yalalí, ama de casa, se reconoció "muy contenta"y dijo que ha seguido durante todo el día las noticias y se siente "muy feliz por la posibilidad de que los precios bajen, el precio de la vida, el precio de los coches".
"Tengo dos hijos desempleados, pero si Alá lo quiere, se va a solucionar todo", señaló.
También Sorayá Gazemi, directora de un orfanato, decía que "si de verdad se retiran las sanciones será estupendo. Actualmente los iraníes no tenemos una vida normal, no podemos disfrutar y en lo único que pensamos es en cómo llegar a fin de mes".
El boicot internacional y el detrimento que ha supuesto en la vida de los ciudadanos de este país se añade, según ella, a la tensión psicológica porque este enfrentamiento con el mundo "ha puesto a todos enfermos de los nervios al colocarnos bajo tanta presión".
Un primer signo positivo ha sido la ligera bajada hoy del precio del dólar, que ha pasado de costar 30.000 reales iraníes en el mercado negro a valer 29.000.
"Ya ha bajado un poco el dólar y también el precio del oro. Ahora queda ver si esto mueve la cuestión laboral, ya que hay montones de proyectos que ahora están parados", afirma, esperanzado, el arquitecto Azarmi.
El pacto alcanzado esta madrugada en Ginebra compromete a los firmantes a no imponer nuevas sanciones a Irán, permite a Irán las ventas de crudo a los clientes actuales al nivel actual y autoriza a Teherán a repatriar más de 4.000 millones de dólares de ventas de petróleo que tiene congelados en cuentas extranjeras.
También se levantan las sanciones sobre las exportaciones de productos petroquímicos, oro, metales preciosos y la industria automovilística y se permite la importación de repuestos de aviación.
Además, abre un "canal humanitario"para la entrada de alimentos, productos agrícolas, medicinas, equipos médicos y para el pago de estudios en el extranjero.
Unos cambios que darán un respiro a una economía asfixiada y que tendrán efecto desde hoy mismo, según explicó a los ciudadanos el nuevo presidente del país, Hasán Rohaní.
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