Venezuela
Macri y el futuro de Venezuela
El presidente electo de Argentina empezó pisando duro, y ejecutando desde su primer día los compromisos asumidos en campaña. La decisión de solicitar la aplicación de la Cláusula Democrática contra Venezuela en la próxima cumbre de Mecosur, es prueba viva de la defensa de los principios democráticos liberales sobre los cálculos políticos y económicos. Sin duda un ejemplo para los gobiernos de América Latina y en particular para Colombia.
Las violaciones a los derechos humanos en Venezuela, la concentración del poder en el ejecutivo y la vulneración a la expresión y libertad de prensa, son rasgos evidentes del fin de la democracia en este país y del fortalecimiento de un régimen autocrático orientado por la ideología socialista. Frente a este panorama, la mayoría de los gobiernos de la región han preferido mirar hacia otro lado en lugar de discutir y tomar decisiones respecto al declive democrático de dicho país. Como ejemplo de lo anterior, la negativa del Consejo Permanente de la OEA para convocar una cumbre extraordinaria de cancilleres que examinara los efectos del cierre de frontera unilateral con Colombia por parte del régimen venezolano. Infortunadamente el peso de los barriles del petróleo venezolano siguen teniendo efectos de anestesia política en la región.
La decisión de Macri en cuanto a la nueva orientación de su política exterior, denunciando al régimen de Maduro en instancias multilaterales como Mercosur, es anticipo de los cambios estructurales que ejecutará en su gobierno después de doce años del Kirchenirsmo populista inspirado por Chávez y amigos. La decisión de Macri demuestra que en materia de la defensa de principios de libertad no cabe la timidez o las medias tintas, cuando hay determinación política es posible adoptar este tipo de decisiones valientes que aún muchos gobernantes de la región, incluido Colombia, no se han atrevido a hacer.
La expulsión de Venezuela de Mercosur que propondrá Macri en la próxima cumbre de esta institución en diciembre, debe ser un primer paso para ir removiendo al gobierno de Maduro para participar en espacios democráticos, puesto que no puede hacer parte de la discusión sobre el desarrollo de América Latina, quien con sus políticas destruye el desarrollo de su propio país.
El presidente de la república y la Cancillería colombiana deberían examinar con cabeza fría el amplio rechazo en la región al populismo con el que su gobierno tanto ha buscado congraciarse. Ha ganado la democracia liberal en Argentina y se ha demostrado que es posible lograr un viraje drástico a través de las urnas. Con el triunfo de Macri la oposición en Venezuela se fortalece para las elecciones parlamentarias de diciembre, esperamos y exhortamos a los demócratas de la región a insistir en que los ojos del mundo entero a través de los medios de comunicación, las misiones electorales y los organismos multilaterales pongan la lupa en unas elecciones que pueden empezar a definir el nuevo rumbo político de América Latina para la próxima década.
Que el buen ejemplo del presidente Macri inspire a muchos en la batalla por la defensa de la democracia en medio de la amenaza del populismo socialista que aunque sigue vivo comienza a desvanecerse.
*Politólogo colombiano
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