Siria
Macron defiende la «plena legitimidad de la operación»
«Las capacidades químicas del régimen sirio han sido destruidas», asegura el presidente francés.
«Las capacidades químicas del régimen sirio han sido destruidas», asegura el presidente francés.
Emmanuel Macron asegura que Francia tenía «plena legitimidad» para intervenir en Siria junto a sus aliados, avalados por el visto bueno de tres miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, los tres países que intervinieron: Francia, Estados Unidos y Reino Unido. El presidente galo afirmó anoche en una entrevista televisada que la decisión de actuar contra el régimen de Bachar Al Asad fue tomada el domingo de la semana pasada, «48 horas después de las primeras identificaciones del uso de armas químicas en Guta Oriental», y se felicitó de que se hubiera hecho «sin declarar la guerra»
Según Macron, los ataques han sido «un éxito en el plano militar» porque todos los misiles que se tiraron alcanzaron su objetivo y «las capacidades de producción de armas químicas han sido destruidas». Todo ello sin que haya que lamentar víctimas, «según dicen las autoridades sirias y rusas». A esto se une un «interés diplomático», señaló el presidente francés, y es que «hemos recuperado credibilidad a los ojos de los rusos» porque «han comprendido» que si ahora se definen «líneas rojas», estas van a ser respetadas, a diferencia de lo que se ha hecho en los últimos años.
Estas declaraciones fueron realizadas a lo largo de una larga entrevista durante la cual Macron se sometió a las preguntas de Edwy Plenel y Jean-Jacques Bourdin, los periodistas de Mediapart y BFM-TV conocidos por sus cuestiones incisivas. Los bombardeos en Siria se habían colado en esta entrevista que estaba prevista para que el presidente respondiera a «la ira de los franceses» que comienza a instalarse de nuevo
Las huelgas contra la reforma de la compañía de ferrocarriles (SNCF), las protestas por la reducción de la velocidad a 80 kilómetros en las carreteras comarcales, el bloqueo de algunas universidades o el desalojo de los antisistema instalados en Notre-Dame-des-Landes, sin contar la etiqueta que le han pegado de «presidente de ricos» son pequeñas o grandes incomprensiones ante la acción del presidente que todas juntas podrían acabar formando una gran bola de nieve que arrastre todo a su paso, y a las que ayer Macron intentó dar una explicación.
Durante dos horas y media hizo un balance de su primer año en el Elíseo y quiso afirmar su autoridad. Respecto a Notre-Dame-des-Landes, Macron defendió el restablecimiento del «orden republicano» frente a gente que no tiene «ningún proyecto real, sólo las ocupaciones ilegales de espacios públicos». Insistió en que no quiere privatizar la compañía de ferrocarriles como afirman algunos porque «no tiene ningún sentido», pero que la reforma se hará. También criticó los bloqueos de las universidades por estudiantes «a menudo minoritarios, profesionales del desorden», y prometió que «no habrá nuevos impuestos».
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