El Futuro de Venezuela
Maduro obliga a los venezolanos a marchar en su apoyo
Tras la estampida militar que hizo parecer vulnerable al presidente bolivariano, el chavismo convoca el llamado «Escudo de amor», una congregación obligatoria para mostrar solidaridad con el mandatario
Tras la estampida militar que hizo parecer vulnerable al presidente bolivariano, el chavismo convoca el llamado «Escudo de amor», una congregación obligatoria para mostrar solidaridad con el mandatario.
Dos detenidos en Caracas. La información que dio a conocer ayer el fiscal general venezolano, Tarek William Saab, no ahondó en nuevos detalles sobre las investigaciones posteriores al presunto ataque a Nicolás Maduro. Durante una muy breve comparecencia, sin preguntas, de apenas 18 minutos, el funcionario reiteró que lo sucedido el sábado en Caracas es un «atentado». Un día antes, el ministro de Interior, Néstor Reverol, había detallado que ya existían seis detenidos, incluyendo una persona involucrada en el asalto al Fuerte Paramacay, una guarnición militar, durante 2017; y otro encarcelado en 2014 durante una manifestación y luego liberado con beneficios procesales. La tesis fue respaldada por Saab. Ninguno de los dos funcionarios ha dado nombres, pero el ministro de Agricultura, Freddy Bernal, divulgó en redes sociales una imagen con la ficha policial de los sospechosos, con nombres, retratos y documentos de identidad. Todos serían personas muy jóvenes, de acuerdo al número de cédula asignado.
Según Saab, lo que se pretendía era un «intento de magnicidio» contra el Jefe de Estado y también causar una «masacre» porque los presidentes de los poderes públicos se encontraban en la misma tribuna. «Fueron detenidos en flagrancia dos personas que operaban uno de los drones desde un vehículo. Hay testigos que vieron despegar el dispositivo y los identificaron», agregó. El fiscal adelantó que todos los autores materiales y sus colaboradores inmediatos «han sido identificados», al igual que el lugar en donde se habían presuntamente alojado días previos al incidente. Horas antes de su declaración, la Policía política desalojó el lujoso Hotel Pestana Caracas y detuvo a dos personas, dejando una custodia policial en el edificio.
Pero aún quedan preguntas por contestar. Por ejemplo, por qué los ministros de Interior y de Información dieron datos encontrados sobre cuántos drones fueron usados, si hay militares activos involucrados en la supuesta conspiración pues el explosivo C4 es material de estricto control castrense, o cómo un atentado «planificado durante seis meses», como dijo el titular de Información Jorge Rodríguez, se dio en un lugar donde nunca antes se había hecho esa parada militar y para la cual incluso las prácticas se realizaron en Fuerte Tiuna, a varios kilómetros de distancia.
Ayer, el chavismo convocó a sus bases para mostrar solidaridad a Nicolás Maduro. El llamamiento lo hizo el gobernante Partido Socialista Unido y fue replicado en toda la estructura burocrática del Estado. La presencia se convirtió, como en ocasiones anteriores, en obligatoria. La movilización popular apenas colmó una calle y media. La asistencia al palacio presidencial fue poca al llamado «Escudo de amor» de Maduro. Por ejemplo, la gobernación de Vargas, adyacente a Caracas, prometió aportar 40 autobuses repletos de militantes, pero no pudo llenarlos todos.
«El imperio quiere matar a nuestro líder y no lo vamos a permitir. Estamos en la calle rodilla en tierra», comentó Daniel López, militante del chavismo. A su lado, una mujer gritaba: «Estamos dispuestos a defender a Maduro, siguiendo el legado del comandante (Hugo) Chávez».
La marcha de apoyo a Maduro viene después de que nadie saliera a las calles a respaldar al presidente y de la espantada de las Fuerzas Armadas venezolanas, retransmitida en directo. Rocío San Miguel, presidenta de la ONG Control Ciudadano, que hace seguimiento a asuntos militares en Venezuela, evaluó el «ridículo» visto en televisión con las tropas que huyeron tras las explosiones. «Una estampida televisada como la que ocurrió, es una vergüenza para cualquier institución militar en el mundo. Más aún para quienes se definen como herederos de la gesta de Simón Bolívar». En opinión de San Miguel, «esto fue una desbandada producto del pánico creado en la huida presidencial. Nadie tomó el liderazgo en esa huida. El palco presidencial lució confundido, sin subordinación ni mando claro. Algo insólito en términos de una amenaza a un Jefe de Estado que debe ser respondida por Casa Militar (la guardia presidencial)», explicó.
Luis Alberto Buttó, director del Centro Latinoamericano de Estudios de Seguridad de la Universidad Simón Bolívar, considera que no es justo cuestionar a los uniformados. «En ese momento estaban desarmados, es instinto buscar protección», afirma. Diosdado Cabello, militar retirado y presidente de la constituyente, defendió a los soldados. «No estaban en unidad de combate sino de desfile. Quien los cuestiona sigue subestimando una respuesta».
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