Caracas
Maduro promete liberar el 30% de las divisas para frenar el cierre de empresas
Cuando Luis mira a través de las vitrinas de una tienda de Zara del centro comercial Sambil, uno de los más grandes de Caracas, ve algo más que un negocio con problemas, cuyas estanterías están casi vacías. «Me da una pena ver las tiendas así, pasa lo mismo con los electrodomésticos y, sobre todo, con las marcas extranjeras que importan», comenta este joven español afincado en Venezuela desde hace tres años. Es el reflejo del deterioro económico del país.
Acosado por las deudas y el estallido social, el presidente, Nicolás Maduro, prometió ayer que pagará de «manera inmediata» un 30% de las divisas pendientes a importadores privados, que aseguran que se les adeudan 13.000 millones de dólares, (9.400 millones de euros) y que se quejan de que el retraso en la asignación de divisas agudiza el desabastecimiento.
En Venezuela rige hace más de una década un control de cambios y durante 2013 el Gobierno se retrasó en la entrega de los dólares destinados a la importación de productos básicos. En paralelo, Maduro anunció que permitirá al sector privado el acceso a fondos internacionales para impulsar la economía del país, a lo que se suma la firma de un decreto para extender hasta el 31 de diciembre la agilización de trámites de importación de alimentos y productos de salud. «Pongo al servicio de este foro económico el fondo chino, Fonden, el fondo Mercosur-ALBA que contienen importantes recursos en divisas y en bolívares para dinamizar una nueva estrategia de inversión», dijo el presidente.
Ante el control de precios, muchas empresas alegan que no es rentable comercializar ciertos productos en Venezuela y decidieron echar el cierre. En los últimos meses se ha acentuado el desabastecimiento por la falta de bienes básicos como el papel higiénico, productos para el aseo personal, medicinas para tratamientos del cáncer y sida, y diversos alimentos. Después de las Navidades y las rebajas, los establecimientos quedaron vacíos y no volvieron a reponerse.
La escasez de productos al que se enfrentan algunas tiendas tiene que ver con una decisión de noviembre de rebajar los precios en más de 30% para tratar de combatir la inflación, que alcanzó en febrero una tasa anual del 57,3%. El desabastecimiento es, junto con la inflación y la creciente delincuencia, uno de los principales reclamos que han movido las protestas callejeras de los últimos meses en el país, con un saldo de 41 muertos. El líder opositor, Henrique Capriles, quien se reunió con los presos políticos en la prisión de Ramo Verde, rechazó las nuevas medidas económicas anunciadas por el Gobierno venezolano e instó al Ejecutivo a cambiar «el modelo castro-comunista fracasado».