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Tribuna

El martirio de los cristianos de Oriente Medio

Represión, persecuciones, limpieza religiosa y éxodo (1985-2025)

Egyptian Coptic Christians celebrate Orthodox Palm Sunday MOHAMED HOSSAMEFE

En las últimas cuatro décadas, el paisaje humano de Oriente Medio ha experimentado una transformación tan profunda como trágica. La población cristiana, antaño un pilar vibrante de la diversidad cultural y religiosa de la región, ha visto su presencia erosionada por una combinación letal de conflictos armados, persecución sistemática, discriminación legal y dinámicas socioeconómicas implacables. La situación de los cristianos de Oriente Medio es una tragedia sufrida en la oscuridad del olvido de la opinión pública internacional. Nótese que hacemos énfasis en que son los cristianos de Oriente Medio y no en Oriente Medio pues son tan autóctonos o más que sus compatriotas musulmanes. La riqueza y diversidad de las comunidades cristianas de Oriente Medio merecería un artículo aparte para explicar quiénes son y qué son, maronitas, melquitas, greco-ortodoxos de Oriente Medio (de distintas obediencias), coptos, armenios católicos, armenios ortodoxos, siriacos (católicos y ortodoxos), caldeos, asirios entre otros. ¡Hay comunidades cristianas que existen en Oriente Medio desde que las fundaran los mismísimos Apóstoles o el propio San Pablo! Es no solo un disparate, es un insulto a la historia y una injusticia de proporciones bíblicas (nunca mejor dicho) ignorar que los cristianos forman parte esencial del alma e identidad de Oriente Medio y del espíritu de la arabidad.

Persecución y tragedia demográfica

El análisis de los datos, recopilados de fuentes como el Departamento de Estado de EE UU, «Pew Research Center» y proyecciones fundamentadas en tendencias históricas, revelan una aterradora realidad. En 1985, los cristianos representaban una minoría significativa en varios países de la región, pero para 2025, su presencia ha menguado dramáticamente en algunos casos, mientras que, en otros, si bien ha crecido en términos absolutos, su peso relativo ha menguado de manera dramática.

Egipto: Los cristianos, principalmente coptos, han pasado de unos 4 millones en 1985 (8% de una población de 48,6 millones) a aproximadamente 9 millones en 2025 (8% de 113 millones). Egipto es de los pocos países donde el número de cristiano se ha mantenido, a pesar de los brutales atentados contra iglesias coptas. Pero lo cierto es que tanto Mubarak como el presidente Al-Sisi protegieron los barrios y las iglesias con fortificaciones, defensas y policías fuertemente armados. El crecimiento en términos absolutos, impulsado por la natalidad, contrasta con una emigración muy importante hacia EE UU, Canadá y Australia, estimada en 1,5 millones de coptos.

Territorios palestinos: La población cristiana ha disminuido de 60.000 en 1985 (4% del total) a 45.000 en 2025 (0,4%), con solo 1.100 cristianos en la Franja de Gaza en 2022, reflejo del impacto del conflicto israelí-palestino, este caso es especialmente desgarrador, pues los cristianos llegaron a ser el 10% de la población en Tierra Santa a mediados del siglo XX.

Jordania: Los cristianos han crecido de 180.000 (6% de 2,9 millones) a 240.000 (2,1% de 11,4 millones), un aumento modesto atribuible a la llegada de refugiados cristianos de Siria e Irak, aunque su proporción ha caído por el crecimiento demográfico general. Es verdad que Jordania es un país en el que los cristianos están especialmente protegidos y con la excepción del puesto de primer ministro, pueden acceder a todas las magistraturas del Estado, política, administración, servicios de seguridad y fuerzas armadas inclusive.

Siria: Este es el caso más catastrófico, la comunidad cristiana, que en 1985 sumaba 1,2 millones (10% de 11,5 millones), se ha desplomado a menos de 300.000 en 2025 (menos del 2%), víctima de la guerra civil y la persecución por grupos terroristas como el Estado Islámico o Al-Nusra o las filiales de Irán y Hezbolá.

Líbano: Los cristianos, que en 1985 eran 1,2 millones (45% de 2,6 millones), han aumentado a 1,6 millones en 2025 (que representa tan solo el 32% de 5,1 millones), pero su peso relativo ha disminuido por la emigración y el crecimiento de otras comunidades. De hecho, los cristianos son la mayoría de la enorme diáspora libanesa, la mayor del mundo en relación con su población, 19 millones.

Irak: La población cristiana, que en 1985 alcanzaba 1,3 millones (5% de 16 millones), se ha reducido a 250.000 en 2025 (menos del 1%), diezmada por la persecución, la inseguridad y el brutal terrorismo anti-cristiano.

Las raíces del éxodo

El declive de las comunidades cristianas no puede explicarse sin un análisis de las fuerzas que lo han provocado. Los conflictos armados han sido lo más devastador. En Siria, la guerra civil desatada en 2011 ha destruido comunidades enteras, con iglesias arrasadas y cientos de miles de cristianos desplazados o emigrados a Europa, sin olvidar los miles de cristianos asesinados, víctimas de la guerra o represaliados. El Estado Islámico, en su apogeo, perpetró una limpieza étnico-religiosa que incluyó asesinatos, secuestros y la confiscación de propiedades. En Irak, la guerra de 2003 marcó el inicio de una espiral de violencia que culminó en la persecución sistemática por grupos yihadistas, reduciendo la población cristiana en un 81% en cuatro décadas.

En los Territorios Palestinos, el conflicto israelo-palestino ha impuesto restricciones de movimiento, desplazamientos forzados y un acceso limitado a lugares sagrados, como Belén o Jerusalén. Aunque los cristianos palestinos han contribuido de manera extraordinaria a la educación y la cultura de su pueblo, su número ha disminuido por la presión del conflicto y, en menor medida, por la discriminación de algunos sectores musulmanes. En Egipto se han multiplicado los ataques a iglesias, como los registrados en los últimos años, y restricciones legales para construir templos, aunque la situación ha mejorado bajo el presidente Al-Sisi.

En el Líbano, la guerra civil (1974-1990) las tensiones sectarias y la influencia de Hizbollah han alimentado la emigración. Estas dinámicas, combinadas con dificultades económicas y una percepción de falta de perspectivas, futuro o esperanza, han empujado a muchos a buscar una vida mejor en Occidente, en Australia e incluso en Iberoamérica.

Persecución y resistencia: la lucha por la fe

La práctica de la fe cristiana en Oriente Medio está plagada de obstáculos y peligros. En Egipto e Irak, las leyes favorecen al islam, imponiendo restricciones a la construcción de iglesias y a las conversiones del islam al cristianismo. En Siria y los Territorios Palestinos, los conflictos han limitado el acceso a lugares de culto, mientras que en Líbano, las tensiones sectarias pueden coartar la expresión pública de la fe. Jordania, aunque más tolerante, no está exenta de discriminación social.

Los atentados terroristas han sido una constante. En Egipto, los coptos han sufrido sanguinarios ataques a sus iglesias, mientras que en Irak, el Estado Islámico perpetró una campaña de exterminio que dejó comunidades enteras desplazadas. En Siria, la destrucción de iglesias y la violencia directa han diezmado la presencia cristiana. Incluso en los Territorios Palestinos, donde la violencia es menos sistemática contra los cristianos, han tenido que enfrentarse a atentados, asesinatos y amenazas por parte de grupos terroristas yihadistas como Hamas o Yihad Islámica.

A pesar de estas adversidades, los cristianos han mostrado una resiliencia extraordinaria. En Egipto, los coptos han mantenido su identidad cultural y religiosa, contribuyendo de manera sobresaliente a su sociedad. En los Territorios Palestinos, las instituciones cristianas, como escuelas y hospitales, siguen siendo pilares esenciales de la comunidad. En Líbano, los cristianos han navegado un sistema político sectario para preservar su influencia, aunque las divisiones internas han debilitado su cohesión. De hecho, los movimientos nacionalistas árabes más importantes fueron fundados por cristianos, el padre del nacionalismo árabe el libanés George Antonius (1891-1942), a partir de su libro esencial para entender Oriente Medio «The Arab Awakening» que supuso el inicio del movimiento intelectual que alumbró el nacionalismo árabe. El fundador del concepto del panarabismo fue el sirio Michel Aflaq, que luego se transformaría en los partidos Baaz de Siria e Irak. Algunos de los más sobresalientes escritores en lengua árabe han sido cristianos, el gigante de las letras el libanés (y estadounidense de adopción) Khalil Gibran Khalil (1883-1931), considerado uno de los poetas más influyentes en lengua árabe. Sus libros «El Profeta» o «El Loco» tuvieron éxito e influencia mundiales. Toufic Yousef Aouad (1911-1989) suegro de mi padre y abuelo de mis hermanos libaneses, periodista, escritor y diplomático libanés, considerado uno de los más grandes novelistas en lengua árabe. El embajador Aouad habría ganado sin duda el Nobel de literatura (fue candidato muchas veces) de no haber muerto en el ataque del régimen sanguinario de Hafed Al-Assad contra la embajada de España en el Líbano en el que murió asesinado también mi padre Pedro de Arístegui, ataque del que se cumplieron el 16 de abril 36 años.

Los cristianos palestinos: una minoría en la encrucijada

Los cristianos palestinos, cuya población ha caído de 60.000 en 1985 a 45.000 en 2025, enfrentan desafíos únicos. En Israel en 1948 eran el 10% de la población, hoy tan solo el 1%. El conflicto israelo-palestino ha restringido su movilidad y acceso a lugares sagrados, mientras que algunos sectores musulmanes han ejercido presión social. Sin embargo, su contribución a la identidad palestina es innegable: desde la fundación de universidades hasta la preservación de tradiciones culturales, los cristianos han sido un puente para el diálogo intercultural. Su éxodo, aunque menos dramático que en Siria o Irak, es un recordatorio de que la paz en la región es una condición sine qua non para su supervivencia.

Siria post-Asad: un futuro incierto

La caída de Bachar al-Asad, ha generado esperanzas y temores entre los cristianos. Aunque el régimen de Asad ofrecía cierta protección a las minorías frente a los grupos islamistas y yihadistas, su colapso ha dejado un vacío de poder. La población cristiana, que se redujo de 1,5 millones en 2011 a menos de 300.000 en 2025. Las recientes matanzas de cristianos y alauíes en la región de Latakia a manos de extremistas afines al actual gobierno y antiguos (o presentes) terroristas de Daesh y Al-Nusra, son un brutal recordatorio de los riesgos y presiones que sufren los cristianos en esa convulsa región.

Líbano: una comunidad fracturada

En Líbano, los cristianos están divididos entre quienes apoyaban a Asad y Hezbolá, por cobardía, oportunismo político o ambas cosas a la vez y quienes los consideraban una amenaza existencial para el país y para su comunidad. Estas divisiones han debilitado la cohesión de la comunidad, que ha pasado de representar el 45% de la población en 1985 al 32% en 2025. La influencia de Hizbollah, combinada con la crisis económica y las tensiones sectarias, ha acelerado la emigración, especialmente hacia EE UU y Canadá. Sin embargo, los cristianos libaneses siguen siendo un actor clave en la política y la cultura del país, un testimonio de su capacidad para resistir, de verdad heroicamente, en un entorno extraordinariamente hostil.

Conclusión: un legado en peligro

El éxodo de los cristianos en Oriente Medio es más que una crisis demográfica; es una pérdida cultural e histórica irreparable. En Siria e Irak, las comunidades cristianas están al borde de la extinción, mientras que, en Egipto, Jordania y Líbano, su supervivencia depende de la estabilidad política y económica, y que sus líderes sigan protegiéndolos. Los cristianos palestinos, atrapados en un conflicto sin fin, luchan por mantener su identidad. Este panorama, sombrío, pero no irreversible, exige una reflexión profunda sobre el futuro de la diversidad religiosa en la región. La comunidad internacional, los gobiernos locales y las propias comunidades cristianas deben trabajar en conjunto para preservar un legado que, de desaparecer, dañaría irremediablemente el alma de Oriente Medio.