Chile
Sebastián Piñera cesa al Gobierno tras la mayor marcha desde la caída de Pinochet
Más de un millón de chilenos sale a la calle para reclamar la dimisión del presidente Levanta el estado de emergencia tras nueve días de despliegue militar
Más de un millón de chilenos sale a la calle para reclamar la dimisión del presidente Levanta el estado de emergencia tras nueve días de despliegue militar
Una demostración de fuerza histórica, un presidente que con desesperación no sabe cómo parar las demandas del pueblo y un país con un sistema injusto. El viernes un 1,2 millones de personas tomaron las calles de Santiago en demanda de mayor igualdad social.
Cuatro kilómetros de marcha. Una convocatoria que superó con creces lo logrado por el 8-M –primera huelga feminista-, la revolución pingüina –estudiantes de primaria– e incluso, el emblemático acto del cierre de campaña del «no» en el referéndum de 1988, donde se decidía la continuidad del general Augusto Pinochet.
Tras la marcha levantaron el estado de emergencia en regiones importantes de Chile. Valparaíso, donde funciona el Congreso Nacional, y la Región Metropolitana, epicentro de las protestas que arrancaron hace nueve días, La Serena y Concepción.
Aunque el presidente Sebastián Piñera propuso terminar con el estado de emergencia «lo antes posible», la suspensión del toque de queda, confirmada por el Ejército, es un primer paso.
Ayer, Piñera se refirió a la multitudinaria marcha y aseguró que «todos hemos cambiado y estamos con una nueva actitud». Además, respecto a las víctimas fatales que se han registrado hasta la fecha, el Mandatario realizó un minuto de silencio. En esa línea, el jefe de Estado afirmó que fue «ejemplar». «Hemos visto un mensaje que estaba muy presente en el alma de los chilenos, ya que lo han expresado con una elocuencia que nos ha llegado a todos. La marcha de ayer fue un fuerte mensaje. Un mensaje de una inmensa mayoría de chilenos que pide un Chile más justo, más solidario. Todos escuchamos ese mensaje. Todos hemos cambiado y estamos con una nueva actitud. Es como un remezón», afirmó.
Asimismo, el mandatario aseguró que durante estos ocho días de manifestaciones «hemos conocido lo peor y lo mejor de la naturaleza humana», pero «hoy estamos mucho mejor que dos, tres días atrás».
Piñera, quien días atrás anunció subidas en los salarios mínimos y rebajas en los medicamentos y las tarifas energéticas, también pidió la renuncia a todos sus ministros.
En este sentido, el líder conservador aseguró ayer que «vamos a avanzar en una mejoría de las pensiones de adultos mayores, aumentar los ingresos de los trabajadores, estabilizar el precio de los servios básicos, como la electricidad y el agua, reducir el precio de los medicamentos». «Además, debemos mejorar la Justicia territorial entre los municipios, reducir las dietas de los parlamentarios y los sueldos de los funcionarios públicos», añadió el presidente Piñera.
Chile se basa en un sistema «capitalista salvaje», heredado de la dictadura pinochestista (1973-1990). Tiene el programa más caro de educación y sanidad de América Latina y también grandes desigualdades. Su sistema de transportes, e incluso el agua es privado. Neoliberalismo a la norteamericana, pero en un país latino. Un modelo que a largo plazo podría no funcionar para la gente con menos recursos y la clase media, cada vez más asfixiada por la carestía de la vida.
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