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May adelanta las elecciones para tener manos libres en un Brexit duro
La primera ministra británica justifica su cambio de decisión por las trabas de la oposición y de los Lores al proceso de desconexión con la UE.
La primera ministra británica justifica su cambio de decisión por las trabas de la oposición y de los Lores al proceso de desconexión con la UE.
Reino Unido tendrá elecciones generales antes de abandonar formalmente la Unión Europea (UE). Así lo anunció ayer la «premier» Theresa May, que, en «post de la estabilidad del país», ha decidido adelantar los comicios al 8 de junio y no esperar a concluir la actual legislatura en 2020.
La noticia no fue recibida con sorpresa. Desde hacía meses eran sus propias filas conservadoras las que venían presionando para convocar elecciones aprovechando la gran crisis que atraviesa la oposición laborista, con el fin de garantizar una cómoda mayoría absoluta a los «tories» en la Cámara de los Comunes, donde en los próximos meses se tendrán que debatir decenas de normativas clave ante el Brexit. Ahora los conservadores sólo disponen de una mayoría de 17 diputados.
En este sentido, May señaló que, aunque el país se muestra unido ante la decisión tomada para abandonar el bloque comunitario, «Westminster no lo está». La «premier» señaló que todos los partidos de la oposición habían mostrado su intención de dificultar la tarea del Gobierno, así como algunos miembros de la Cámara de los Lores, donde de hecho se aprobaron enmiendas en contra de la decisión del Ejecutivo en el debate previo a la aprobación de la llamada Ley del Brexit.
La legislación británica establece que la convocatoria de elecciones anticipadas corresponde al Parlamento, pero May puede presentar una moción en Westminster que requeriría el voto de dos tercios de los diputados. La líder conservadora ha dicho que hoy mismo presentará la moción en la Cámara de los Comunes. El jefe de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, ha anunciado que apoyará el adelanto electoral, por lo que May no tendrá problema en sumar los apoyos necesarios a la convocatoria. Las últimas encuestas dan una amplísima ventaja al Partido Conservador que May lidera desde que David Cameron dimitió tras el resultado del referéndum del pasado mes de junio. De hecho, supera en hasta 20 puntos a los laboristas, algo que no ocurría desde los tiempos de la fallecida Margaret Thatcher.
Consciente de los sondeos que le colocan de nuevo en el número 10 de Downing Street, durante su comparecencia la líder conservadora explicó que la relación con la UE será idéntica a la que ella misma anunció hace tres semanas en el Parlamento británico cuando solicitó formalmente la salida de Reino Unido después de que el 52% de los británicos decidiera abandonar el bloque comunitario. «Queremos una asociación profunda y especial entre una Unión Europea fuerte y exitosa y un Reino Unido libre para trazar su propio camino en el mundo», recalcó May.
La esperada victoria en las elecciones anticipadas también dará legitimidad a la líder británica en las duras negociaciones que se avecinan en Bruselas. Al fin y al cabo, sacar al país del bloque comunitario es una misión histórica y muchos cuestionaban el hecho de que fuera a ser llevada a cabo por una primera ministra que se trasladó a Downing Street sin ser elegida en las urnas.
Éste era precisamente el argumento empleado por la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, quien quiere convocar otro referéndum de independencia antes de que Reino Unido abandone la UE en marzo de 2019. La líder nacionalista acusó ayer a May de querer imponer un Brexit duro. En una declaración en su cuenta de la red social Twitter, la líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP, en sus siglas en inglés) pidió a los votantes de su región que «defiendan» a Escocia en los próximos comicios.
Tras el anuncio de elecciones anticipadas, la libra esterlina subió a su nivel más alto desde principios de febrero. «Necesitamos seguridad, estabilidad y un liderazgo fuerte», apuntó May para destacar no sólo que no hay vuelta atrás en la salida de la Unión Europea, sino que su Gobierno tiene «el plan adecuado» de cara a las negociaciones con sus todavía socios comunitarios.
Sin duda, sus palabras han sido el pistoletazo de salida de una campaña electoral que se prevé intensa. «Vamos a recuperar el control de nuestro dinero, nuestras leyes y nuestras propias fronteras. Seremos libres para llegar a acuerdos comerciales con viejos amigos y nuevos socios. Éste es el enfoque correcto y el interés de esta nación, pero el resto de partidos se oponen a ella. El país se está uniendo, pero no Westminster», lamentó May.
La división en el Gobierno y el impacto económico de la ruptura con la UE juegan un papel clave en la decisión. De hecho, las consecuencias económicas de la ruptura preocupan a casi la mitad de los británicos, que creen que su nivel de vida empeorará tras abandonar el bloque comunitario. El hecho de que May haya apostado por un «Brexit duro» (fuera del mercado común, pero con absoluto control de las fronteras) ha provocado choques entre el responsable del Tesoro, Philip Hammond, y los llamados tres «Brexiteers», obsesionados con reducir la inmigración.
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