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Merkel autoriza el juicio a un cómico por insultar a Erdogan

Duras críticas a la canciller por anteponer el acuerdo con Ankara sobre los refugiados a la libertad de expresión en su país.

Merkel autoriza el juicio a un cómico por insultar a Erdogan
Merkel autoriza el juicio a un cómico por insultar a Erdoganlarazon

Duras críticas a la canciller por anteponer el acuerdo con Ankara sobre los refugiados a la libertad de expresión en su país.

Una sátira de humor política contra el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se ha acabado convirtiendo en un grave asunto de Estado. Berlín confirmó ayer su autorización de la demanda del líder turco contra el célebre humorista alemán Jan Böhmermann, que leyó hace una semana un polémico poema dirigido a Erdogan en la cadena pública de televisión ZDF. La decisión germana ha sorprendido a buena parte del país, al tiempo que los medios de comunicación alertan sobre un ataque a la libertad de expresión.

El cómico de 34 años, Jan Böhmermann, una figura televisiva conocida por sus ácidas sátiras, no dejó a nadie indiferente con el poema dedicado a Erdogan al hilo de la crisis de los refugiados y el acuerdo firmado el pasado 18 de marzo entre Ankara y la Unión Europea (UE). En un deliberado tono provocador y frente a una enorme bandera turca, dedicó a Erdogan frases demoledoras como: «Él prefiere copular con las cabras y aplastar a las minorías, mientras ve porno para pedófilos». Las acusaciones al líder turco de zoofílico, pedófilo y perverso del panfleto de Böhmermannn pueden costarle una pena de tres años de prisión por «insultos a un representante de un Estado extranjero», según establece el artículo 103 del código penal germano. La ley alemana fija que la denuncia sólo puede avanzar si el Ejecutivo del país da su aprobación, algo que ha acabado sucediendo.

Esta reacción le ha valido al Gobierno alemán numerosas críticas y acusaciones de ataque a la libertad de expresión, lo que niega la canciller Angela Merkel. «La autorización de las acciones penales para este delito particular no es una condena firme ni una decisión sobre los límites de las libertades; será la justicia quien tenga la última palabra», dictaminó. En una conversación telefónica con su homónimo turco, la canciller había reconocido que el poema de Böhmermann era un texto «hiriente de forma voluntaria». El juicio contra el humorista tendrá lugar en 2018.

El líder turco, visiblemente ofendido, parece ir a por todas y se aprovecha para ello de su posición de fuerza en la crisis de los refugiados. Aunque la cadena ZDF no tardó en retirar el vídeo, Erdogan interpuso dos demandas: una por injurias al jefe de Estado de Turquía y una segunda hacia él como persona privada; un procedimiento que, a diferencia del anterior, no necesita la autorización del Ejecutivo alemán.

Este suceso, que ha golpeado las relaciones diplomáticas entre ambos países, ha causado, además, una nueva grieta en la Gran Coalición que gobierna Alemania cada vez más debilitada a medida que avanza la crisis migratoria. Los ministros de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, y de Justicia, Heiko Mass, ambos del partido Socialdemócrata (SPD), han firmado una declaración común en la que exponen su desacuerdo con esta decisión. «Las acusaciones de crímenes por una sátira política no tienen lugar en una democracia moderna», aseguraron. Al mismo tiempo, la asociación de periodistas alemanes (DJV) tachó la decisión de Berlín como «absurda» y que envía «una mala señal» porque aproxima Alemania a un país en el que los periodistas son vigilados y, a menudo, duramente castigados. Incluso Yanis Varoufakis, el antiguo ministro de finanzas griego, que fue objeto de las más duras sátiras de Böhmermann durante la crisis de la deuda helena, escribió que «Europa primero perdió su alma al firmar el acuerdo con Turquía. Ahora, pierde su sentido del humor».

La posición de Merkel en este asunto podría costarle varios puntos en el nivel de popularidad, que apenas empezaba a remontar tras reducirse el flujo de refugiados.