Italia
La UE se conjura contra los efectos del Brexit
Merkel, Hollande y Renzi erigen los cimientos de la nueva Unión tras la salida de Reino Unido en un encuentro en Italia. Centran su mensaje en la inmigración y la seguridad
Merkel, Hollande y Renzi erigen los cimientos de la nueva Unión tras la salida de Reino Unido en un encuentro en Italia. Centran su mensaje en la inmigración y la seguridad
Los principales fundadores de la Unión Europea quieren relanzar la alianza tras el Brexit. Matteo Renzi, François Hollande y Angela Merkel se reunieron ayer en la isla italiana de Ventotene (entre Roma y Nápoles) para debatir sobre seguridad, defensa, crecimiento económico y empleo. Tampoco faltaron los temas más de actualidad del verano, como las migraciones, el terrorismo y la situación crítica de Libia y Siria. Todos, de alguna manera, se jugaban algo: Renzi, su visión acerca de la flexibilidad económica de cara a Bruselas y el protagonismo europeísta de Italia; Hollande, su reelección en 2017, teniendo en cuenta los tiempos que corren en su país en materia de terrorismo; y Merkel, confirmarse como líder, a nivel interno, haciendo frente a los populismos, y a nivel externo de cara a los países del este.
«Muchos pensaban, tras el Brexit, que la Unión Europea estaría acabada», afirmó ayer el primer ministro italiano desde el buque militar italiano «Garibaldi». «Sin embargo, no ha sido así. Queremos escribir una mejor página para el futuro». Dos de las palabras más significativas de Renzi en la cumbre a tres de ayer fueron «sueños» y «concreción». Hizo especial hincapié en una «mayor integración» tanto en el sector de la defensa como en el de la inteligencia, como «prioridad absoluta» para un proyecto europeo de seguridad común. Para el «premier» italiano, «Europa no es el problema, sino la solución. Sin embargo, para los populistas es todo culpa de Europa, pero Europa es nuestra mayor oportunidad».
El segundo en hablar desde el portaaviones «Garibaldi» frente a Ventotene fue François Hollande: «Es cierto que el Brexit ha creado incertidumbre, pero nosotros debemos removerla y dar un mayor impulso [a Europa]». «Tenemos también que mirar a los jóvenes. Debemos garantizar una mayor movilidad y otorgar un rol más importante a las inversiones en cultura», dijo el líder francés.
Fue Angela Merkel la última en hablar antes del turno de preguntas. Habiendo tratado muchos temas diferentes, la canciller alemana se centró en la temática migratoria y, sobre todo, en la seguridad: «Tenemos que esforzarnos más en la seguridad tanto interna como externa. Hay que mejorar los intercambios de informaciones entre los servicios de inteligencia. En un contexto con desafíos tan grandes, debemos mejorar el mecanismo de protección de las fronteras». En relación a las migraciones, Merkel defendió que «la Guardia Costera, ella sola, no puede controlar las fronteras marítimas, por eso tenemos mucho que hacer». La mandataria germana resaltó y justificó la importancia del acuerdo con Turquía porque, según ella, de otro modo «sería imposible ganar la batalla contra los traficantes de seres humanos». Para seguir protegiendo los confines de la Unión Europea por el sur, Merkel considera muy importante desarrollar acuerdos análogos al de Ankara con países africanos como Mali y Níger, zona originaria de muchos de los migrantes que toman la ruta del canal de Sicilia para llegar a Europa.
La fecha de la celebración de esta cumbre entre Italia, Francia y Alemania no ha sido casual. A dos meses del Brexit, los principales fundadores de la Unión Europea delinearon las prioridades de cara a la próxima cumbre europea (informal) con 27 Estados miembros en Bratislava (Eslovaquia), la primera vez sin Reino Unido. Así, las prioridades lanzadas por el triunvirato serán las tres principales crisis por resolver: el crecimiento económico sin resultados en el empleo, el yihadismo criminal y propagandista y la gestión del fenómeno de los migrantes y refugiados, que ven en Europa la salvación y la libertad, a la vez que crean inseguridad en los territorios del Viejo Continente.
El lugar simbólico escogido por Renzi para la cumbre tampoco ha sido casual. En la isla de Ventotene estuvo exiliado Altiero Spinelli, uno de los principales soñadores del proyecto europeo entre 1941 y 1944. En esos años, escribió el «Manifiesto de Ventotene», obra que por primera vez hablaba de la necesidad de una «federación europea» con un gobierno y un parlamento «elegidos por sufragio universal». Del mismo modo, Spinelli, que fue con el tiempo también comisario europeo, defendía algo hoy de actualidad: «Es la política la que tiene que guiar la economía y no al contrario». Por ello, esta isla, que fue penitenciaria para muchos soñadores de la unidad de Italia en el siglo XIX, y de la construcción europea en el XX, ayer representó el deseo común de los principales fundadores de la Unión Europea de seguir creyendo en ella.
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