Estados Unidos

Michelle es la nueva estrella

Se ha revelado como gran captadora de votos, capaz de movilizar al electorado femenino y a las minorías. El futuro es suyo.

La primera dama estadounidense Michelle Obama da un discurso en la Casa Blanca.
La primera dama estadounidense Michelle Obama da un discurso en la Casa Blanca.larazon

Firmó un acuerdo imposible con su marido cuando el entonces senador de Illinois le confirmó que quería presentarse a las elecciones presidenciales en 2007. Tenía que dejar de fumar y dormir cada noche en casa para estar con las niñas, Malia y Sasha, que ahora tienen 18 y 15 años, respectivamente. Obama no cumplió ninguno de los acuerdos, aunque le quedó claro que ella iba a mantenerse lo más alejada posible de la campaña. Esto tampoco se cumplió del todo. Poco a poco, empezó a intervenir en los mítines, y muy pronto recibió el primer zarpazo político sin casi verlo venir. Se lo dio precisamente la ahora candidata Hillary Clinton, que la obligó a disculparse después de que Michelle reconociese públicamente que «por primera vez en mi vida adulta estoy verdaderamente orgullosa de mi país. No sólo por lo que Barack ha hecho, sino porque creo que la gente tiene hambre de cambio... No tengo la sensación de estar sola con mis frustraciones y decepciones».

Después, ya en la Casa Blanca, de forma paulatina, empezó a ser más protagonista, y cambió el papel que se presupone que tiene que tener la primera dama de Estados Unidos. Se volcó, entre otras causas, en la alimentación. Llegó incluso a llamar al concinero español José Andrés para que le ayudase con el programa «Let’s Move» (Vamos a movernos, en español), en el que intenta que los niños adopten hábitos sanos con la comida y hagan ejercicio. Después volvió a destacar por su discurso en la Convención Demócrata de Charlotte en 2012, en el que casi hizo llorar a la audiencia. En esas elecciones, su marido se jugaba la reválida de su presidencia y prácticamente su legado.

También destacó en la Convención de Filadelfia (Pensilvania) de este verano, en la que Hillary Clinton se convirtió en la candidata oficial de su partido. Y de alguna manera estuvo presente en la republicana cuando Melania, la esposa de Donald Trump, copió parte de su discurso de 2008. Ahora muchos se preguntan si ha nacido una nueva estrella en el Partido Demócrata. ¿Tiene aspiraciones políticas? ¿Al Senado? ¿Al Congreso? ¿Y presidenta? Su popularidad sugiere que sería una buena candidata. Los rumores se han hecho tan insistentes que Obama quiso poner fin a las especulaciones el viernes en una entrevista. «Nunca se presentará. Es una persona con mucho talento y brillante. No podría estar más orgulloso de ella. Pero no tiene la paciencia o el deseo de ser candidata», dijo.

Lo cierto es que ella siempre ha llegado mejor a los votantes que su marido, y siempre ha hecho lo que ha querido si creía que merecía la pena. Estudió en Princeton a pesar de que sus profesores del instituto intentaron disuadirla porque pensaban que tenía demasiadas ilusiones. Ahora que se ha revelado como gran captadora de votos, capaz de movilizar al electorado femenino y a las minorías, le llegan los cantos de sirena. El futuro es suyo.