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Cadena perpetua al «carnicero de Bosnia»
De los once cargos que pesaban contra «el carnicero de Bosnia», ha sido declarado culpable de diez de ellos
Por el genocidio de la población bosniaca en Srebrenica y por los crímenes de guerra y de lesa humanidad durante el conflicto armado (1992-1995).
Culpable. Así declaró ayer la Justicia internacional al ex militar serbobosnio Ratko Mladic, popularmente conocido como «el carnicero de Srebrenica». El Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) sentenció a Mladic a cadena perpetua por crímenes de guerra, lesa humanidad y genocidio durante la guerra bosnia (1992-1995), que enfrentó a bosniomusulmanes, serbobosnios (ortodoxos) y bosniocroatas (católicos). El caso de Mladic, quien fue el jefe de Estado Mayor de las fuerzas serbobosnias desde 1992 hasta 1996, es el último a cargo del TPIY, corte creada en 1993 por la ONU para procesar a los responsables de los crímenes de guerra y de graves violaciones del derecho internacional cometidas en Yugoslavia en los años 90.
Mladic ha sido declarado culpable de 10 de los 11 cargos que pesaban contra él. Según el TPIY contribuyó «significativamente» a eliminar musulmanes bosnios, siendo en todo momento «totalmente consciente» de deportaciones, asesinatos, violaciones y persecución contra la población croata y musulmana entre mayo de 1992 y noviembre de 1995. Asimismo, según los jueces, el acusado no tenía otra intención del «objetivo final» de exterminar a los habitantes musulmanes de Srebrenica, al este de Bosnia, en julio de 1995, genocidio en el que fueron asesinados más de 8.000 musulmanes. Han pasado ya 22 años desde aquella matanza, impregnada aún en la memoria de supervivientes y televidentes que, a finales del siglo XX, asistieron en directo a la retransmisión de un conflicto armado que destruyó la convivencia de una sociedad multiétnica.
La Corte consideró que Mladic «propuso y ordenó personalmente» a sus fuerzas bombardear y disparar de forma «indiscriminada» contra civiles durante 44 meses que duró el asedio a Sarajevo, entre mayo de 1992 y finales de 1995. Su intención era, según el juez Alphons Orie, «destruir» a los habitantes de la ciudad, impedirles el acceso al agua, comida y electricidad, y que estos «vivieran en una situación de estrés y asedio» que provocara el terror entre la población. El magistrado recalcó que con el asedio, se logró «un objetivo común compartido» entre un grupo de criminales: «limpiar» Sarajevo de la población musulmana perseguida por las tropas serbobosnias. Tras más de cinco años de juicio, finalmente el Tribunal se ha inclinado a favor de musulmanes y bosniocroatas, víctimas y testigos, que asistieron a uno de los capítulos más oscuros de la historia de Bosnia-Herzegovina. La cadena perpetua es la sentencia «justa» que pedían los familiares de las víctimas y supervivientes, a través de la Asociación Madres de Srebrenica, que agrupa a las familias de las víctimas del mayor crimen de guerra de Europa tras la II Guerra Mundial.
«Si consideramos este caso de manera aislada, podemos decir que se ha hecho justicia. Sin embargo, si lo contextualizamos con otras sentencias del TPIY, parece que el tribunal castiga a los serbios, mientras que los otros participantes de la guerra, croatas y musulmanes bosnios, han sido declarados inocentes por este tribunal cuando no lo eran en absoluto. Los casos más notorios de doble rasero incluyen a los generales croatas Janko Bobetko y Ante Gotovina», asegura a LA RAZÓN Igor Lukes, profesor de la Escuela de Estudios Globales Frederik Pardee de la Universidad de Boston.
Durante la lectura de la sentencia, el juez también mencionó «las brutales y sistemáticas violaciones» a las que fueron sometidas las mujeres musulmanas, incluidas niñas de 12 años, detenidas por los serbios en Bosnia. Asimismo, expuso varios ejemplos de los crímenes cometidos por el ex militar y sus soldados, como el incidente en el Puente Vrhpolje, en 1992, en el que los musulmanes detenidos fueron obligados a saltar al río mientras los soldados serbios les disparaban.
Fin a 24 años del TPIY
La sentencia fue leída en ausencia del acusado que fue expulsado de la sala, tras empezar a gritar a los jueces, creando un momento de tensión en la sala. Los abogados afirmaron que su cliente sufría un problema de hipertensión pero juez negó un aplazamiento. Finalmente, el magistrado terminó por expulsarlo y pidió su traslado a una habitación contigua donde pudiera escuchar su sentencia. El ex militar ha sufrido múltiples ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares durante los últimos años. «Todavía estamos lejos de reconciliación total en los Balcanes. La situación en Bosnia-Herzegovina sigue siendo inestable y puede convertirse en violencia en cualquier momento. El estatus de Kosovo es una herida abierta que sangra no solo en los Balcanes, también ha degradado las relaciones entre EE UU y Rusia. Además, a pesar de un esfuerzo internacional a gran escala para identificar los restos de las víctimas, todavía hay muchos que figuran como desaparecidos», apunta Lukes. Mladic, de 74 años, fue arrestado en 2011 en Serbia tras estar prófugo durante 16 años, y entregado al TPIY para su juicio. Durante cinco años, el exmilitar negó siempre su responsabilidad. «No puede haber un castigo suficiente para alguien que ha cometido tantos crimenes» relató ayer Vasva Smajlovic, de 74 años, a Reuters. Su esposo, yerno y otros familiares estaban entre los 8.000 musulmanes ejecutados.
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