Perú

Morales promete radicalizar su revolución anticapitalista

Dedica su tercer triunfo electoral a Castro y Chávez y anuncia más nacionalizaciones.. Pese a su aplastante victoria no se asegura el control de los dos tercios del Parlamento

El presidente de Bolivia, Evo Morales, en el centro, salió a saludar al balcón presidencial en La Paz después de su victoria electoral
El presidente de Bolivia, Evo Morales, en el centro, salió a saludar al balcón presidencial en La Paz después de su victoria electorallarazon

Aunque Evo Morales se declaró ayer ganador sin que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) apenas hubiera comenzado el recuento oficial de los votos, lo cierto es que los resultados no fueron los esperados y, con el escrutinio oficial al 42,56%, el partido de Morales lograría su reelección para un tercer mandado con un 53,7%, menos de lo pronosticado por los sondeos a pie de urna.

A juzgar por sus primeras palabras, Morales contaba con ganar con el 60% de los votos, lo que suponía un nuevo impulso para su proyecto indigenista. Y en los próximos cinco años promete radicalizar su revolución. De hecho, dedicó su triunfo a Fidel Castro y Hugo Chávez. «Estoy sorprendido, es un triunfo de los anticolonialistas y de los antiimperialistas», dijo desde el balcón del palacio de Gobierno en La Paz ante miles de partidarios que celebraron la victoria del Movimiento al Socialismo.

«Seguimos creciendo y vamos a seguir con el proceso de liberación económica», agregó, de lo que se desprenden nuevas nacionalizaciones. «El país optó por la continuidad de un Gobierno y por el caudillismo», dijo el ex vicepresidente Víctor Hugo Cárdenas. Su principal contendiente, el empresario Samuel Doria Medina, de la alianza de centro derecha Unidad Demócrata, admitió su derrota. «Vamos a seguir trabajando para hacer un país mejor », dijo.

Según el recuento efectuado hasta ahora, que no llega a la mitad de los votos emitidos, Morales lograría su reelección para un tercer mandado con un 53,7% de apoyo frente al 30% del candidato opositor Samuel Doria Medina y al 11,52% del expresidente Jorge Quiroga (2001-2002). Los muestreos a pie de urna ya le habían dado al actual gobernante una victoria con cerca del 60%, triunfo que incluso la oposición dio por bueno, dada la exactitud histórica de este tipo de encuestas en el país andino, que casi siempre coinciden con el resultado oficial.

Una de las incógnitas es si Morales podrá presentarse a una nueva reelección en 2020. Según los sondeos, el oficialismo tendría 107 de los 166 escaños del Legislativo, por lo que no controlaría los dos tercios del Parlamento. Estos resultados impedirían al líder aymara reformar la Constitución e incluir una reelección indefinida, aunque con ciertas alianzas podría sacar adelante las leyes. Morales ha rechazado hasta ahora buscar un cuarto mandato, y asegura que respetará la Constitución, aunque no sería la primera vez un presidente vuelve a presentarse alegando que no hay ningún otro candidato válido para llevar las riendas del país.

Antes de la llegada de Morales al poder, varios presidentes no terminaron su mandato y salieron huyendo derrocados por movimientos sociales. Esta herencia maldita salpica directamente la imagen de la derecha, que todavía no ha terminado de encontrar su sitio en el nuevo escenario boliviano. Y Evo trajo la calma en un país donde el racismo y la exclusión tenían subyugado al 60% de la población indígena. Por tanto, el triunfo del oficialismo también fue posible al pobre desempeño de la oposición, que no tuvo la capacidad de plantear una candidatura única ni un proyecto alternativo. Otra de las razones de su aplastante victoria son los logros sociales. Medio millón de personas ha salido de la pobreza desde que Morales llegó al poder en 2006. Su mandato también se ha caracterizado por la construcción de obras públicas, incluyendo un satélite diseñado para ofrecer internet a las escuelas rurales, una planta de fertilizantes y un reluciente sistema de teleférico en La Paz. Su más reciente promesa es generar luz con energía nuclear.

Sus críticos dicen que ha gastado decenas de millones del Gobierno en su campaña, lo que le ha dado una ventaja injusta, mientras que los defensores de la libertad de prensa lo acusan de silenciar gradualmente a los medios críticos ayudando a sus aliados a comprar esos medios, una fórmula que también ha sido usada por los herederos de Chávez. A lo largo de los años, los creadores de su imagen han construido un culto a su personalidad. Estadios, mercados, escuelas, empresas estatales e, incluso, un pueblo lleva el nombre de Morales, que ha gobernado sin sobresaltos ni contrapesos, con pleno dominio de la Asamblea Legislativa e influencias en el Poder Judicial, según la oposición.

Las «chapuzas» de la jornada electoral

1 Retraso del recuento

El Tribunal Supremo Electoral atribuyó a amenazas de «piratas» informáticos y a fallos logísticos que todavía no haya datos oficiales.

2 Erratas y suplantación

En lugar de «Estado Plurinacional de Bolivia», ponía «Estado Plurinominal». Algunos votantes descubrieron que ya habían votado por ellos.

3 Papeletas preparadas

En varias mesas se entregaron a los electores papeletas ya marcadas y cartillas de capacitación con la foto del presidente y el vicepresidente.