Nelson Rivera: «Muchos en el Gobierno quieren dialogar con la oposición, menos el presidente»

El escritor venezolano Nelson Rivera cree que la situación política y económica de su país se ha deteriorado hasta el punto de que el Gobierno perderá las próximas elecciones legislativas, previstas para finales de este año. Rivera, director del Papel Literario del periódico «El Nacional», reclama a la comunidad internacional que siga presionando al Ejecutivo de Maduro.

–¿Hay posibilidad de un diálogo entre la oposición y el Gobierno de Venezuela?

–El Gobierno tiene una gran dificultad para el diálogo por decisión del presidente de la República. Hay una voluntad de no dar marcha atrás. Tengo constancia de que muchos en el alto Gobierno y en el Partido Socialista Unido de Venezuela, y hasta en los propios ministerios, están deseando que haya un diálogo entre ambas partes, y de que están tremendamente preocupados por esto. El presidente Maduro ha usado estos días palabras como «masacre» y «muerte». Pero, ¿quién puede masacrar si no es el propio Gobierno, que tiene el control de las Fuerzas Armadas? Eso hay que leerlo como una amenaza. El Gobierno está insinuando que está dispuesto a todo con tal de conservar el poder. Sin embargo, hay un gran consenso en el país, a excepción del Gobierno, sobre la necesidad del diálogo. Y si esto no lo logra el Papa Francisco, se cerrará la posibilidad de un diálogo en el corto plazo.

–¿Maduro dejará morir al ex alcalde Daniel Ceballos?

–Las cosas podrían llegar hasta ese extremo. Es muy preocupante porque la salud de Ceballos en estas horas es muy precaria. Alguien que le conoce muy bien me dijo que Ceballos es un tipo dispuesto a todo. Lo alarmante es que al cerrarse los mecanismos de diálogo en Venezuela se empiezan a abrir potencialidades no previstas que podrían expresarse en forma de una crisis no contemplada. Y eso es algo que nadie quiere.

–¿Podría celebrarse un referéndum revocatorio para desalojar a Maduro del poder?

–Sí, y si se cumple lo que están anunciando las encuestas, de que siete de cada diez personas van a votar por los candidatos de la oposición, el paso inmediato frente a una victoria tan contundente sería un referéndum revocatorio.

–¿La Prensa está silenciada?

–No sólo es la Prensa. Es todo. Estamos cada vez más aislados y sometidos al control total de las instituciones. Por eso decimos que vivimos bajo una dictadura. No exageramos cuando decimos eso, sino que describimos las condiciones en las que nos movemos. Es muy importante el apoyo internacional que hemos recibido y debe incrementarse para que haya elecciones con observación internacional y se permita a los pocos medios de comunicación independientes que puedan hacer su trabajo.

–¿La base popular del chavismo se ha reducido con la crisis económica?

–La base popular se creó mediante el establecimiento de mecanismos de subsidios para garantizar la lealtad y el voto, pero ésa es una política muy frágil, porque cuando el petróleo está a 50 dólares el barril en vez de a 150 dólares, no puedes mantener los subsidios y la gente te deja de apoyar. El modelo de Chávez preveía crear un sistema clientelar fundamentado en los subsidios. Con el barril a 50 dólares, el Gobierno tiene un problema, por eso el Gobierno no termina de convocar las elecciones. El poder del chavismo no está basado en ningún hecho productivo ni en un desarrollo ideológico y organizativo, sino en la dependencia.

–¿La escasez puede provocar una crisis humanitaria?

–Venezuela es hoy un país de unas precariedades y de unas condiciones de vida terribles. Es un país donde no hay leche, ni medicamentos. Esto es real. En Venezuela ya hay una cartilla de racionamiento. Sólo podemos comprar alimentos una vez a la semana y con cantidades limitadas. Hay leyes que penalizan a quien no cumple eso.

–¿Maduro puede ser desalojado por los suyos?

–En Venezuela hay un poder que se siente amenazado por lo que dicen las encuestas, ese poder es el propio Gobierno y los que manejan todos los resortes. Y quieren hacer viable ese poder, por eso no me atrevo a descartar cualquier escenario de cambio de poder. Ésa es la hipótesis que ha formulado el ex presidente uruguayo Pepe Mujica al decir que puede haber un golpe de Estado dentro del propio chavismo.