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Netanyahu será imputado en tres casos de corrupción

La Fiscalía acusa al primer ministro israelí de fraude, cohecho y ruptura de la confianza

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahularazon

La Fiscalía General anunció hoy que imputará a Benjamin Netanyahu por fraude, cohecho y ruptura de la confianza en tres casos de corrupción.

Tras tres años de investigación policial y faltando solo 40 días para las elecciones en Israel, el fiscal general, Avihai Mandelblit, anunció ayer que ha decidido imputar al primer ministro, Benjamin Netanyahu, por soborno, fraude y abuso de confianza. Éste tiene aún potencialmente la posibilidad de convencer a Mandelblit para que no le mande a juicio en una audiencia especial a la que tiene derecho y que se llevará a cabo tras las elecciones.

En su primera reacción, el jefe de Gobierno dijo que él y su familia fueron «víctimas de una cacería sin precedentes que tiene como objetivo derribar al Gobierno de derechas». Agregó que «la izquierda sabe que no puede ganar en las urnas y por eso ha ejercido presiones para que gane Gantz», en referencia al jefe del partido Kajol Lavan, con gran popularidad en las encuestas. «Soy objeto de una persecución política en la que no han escatimado esfuerzos para difamarme», lamentó Netanyahu, asegurando que «las acusaciones en mi contra son difamaciones ridículas que se esfumarán» y que «todo se desmoronará como un castillo de naipes».

Sin embargo, según el material ya publicado –que es solamente parte de lo recabado en la investigación–, hay pruebas contundentes y detalladas, sin las cuales Mandelblit no habría optado por procesar al primer ministro.

Netanyahu estaba siendo investigado en tres casos separados. El que arrojó los resultados más graves es el conocido como «caso 4.000», por el cual se le acusa de recibir soborno. Concretamente, se trata de beneficios a su amigo Shaul Alovitch, de la empresa de comunicaciones Bezek, a cambio de una cobertura positiva para él y su familia en el portal de noticias «Walla» de su propiedad. De por medio, indicaciones precisas de parte de Netanyahu y su esposa Sara sobre qué publicar y qué no. Los otros dos escándalos en los que se le imputa fraude y abuso de confianza son el «caso 1.000», en el que habría recibido beneficios de parte de los multimillonarios Arnon Milchen y James Packer, obsequios por unos cientos de miles de dólares , y el «caso 2.000», por sus contactos con Noni Mozes, el dueño del periódico «Yediot Ahronot», en el que el propio Netanyahu grabó a su interlocutor prometiéndole cobertura positiva e inclusive «que siga siendo primer ministro por muchos años». Esto, a cambio de la reducción de la difusión de la competencia, en concreto del periódico «Israel Hayom», del amigo de Netanyahu y magnate Sheldon Adelson.

Sin dimitir

Por ley, Netanyahu no tiene obligación de dimitir hasta que no sea hallado culpable por una instancia ante la que no hay ya posibilidad de apelación. Pero el tema inmediato de por medio es de carácter normativo y público, lo cual tiene gran importancia por la cercanía de las elecciones, de las que Netanyahu pretende emerger nuevamente como primer ministro de Israel. Sin embargo inclusive si tras los comicios del 9 de abril el presidente del Estado le encomienda a él que forme la nueva coalición, ello se le puede complicar porque hay partidos que no están dispuestos a sentarse con Netanyahu si ya hay acta de acusación.

Benny Gantz, ex jefe de Estado Mayor del Ejército y que desde hace varios días va primero en los sondeos, exhortó a Netanyahu a actuar «con responsabilidad nacional» y retirarse de su cargo y de la campaña. Pocos días después de que su socio Yair Lapid, «número dos» en la lista unificada de Kajol Lavan, dijera que la primera opción para la coalición podría ser con el Likud, Gantz aclaró que tras la decisión de Mandelblit «no es real pensar en un Gobierno con Netanyahu».

Cabe recordar que años atrás, cuando se publicaron las primeras sospechas respecto al entonces primer ministro Ehud Olmert, Netanyahu, que era entonces jefe de la oposición, le presionó para dimitir. Olmert lo hizo y fue procesado un año después de dejar su cargo.