Oriente Medio
La solución de los dos Estados se aleja
Fracaso de la Conferencia de París, a la que no acudieron ni israelíes, ni palestinos
París acogió ayer la enésima conferencia de paz entre Israel y Palestina en ausencia de los dos principales interesados. Pero para François Hollande era una iniciativa necesaria porque «la solución de los dos Estados, apoyada por la comunidad internacional desde hace varios años, aparecía amenazada», dijo. La resolución final adoptada por los más de 70 participantes en la cumbre no tendrá ningún valor ejecutorio, pero tiene al menos la virtud de mantener vivas las reivindicaciones de la comunidad internacional: la creación de dos Estados «viviendo en paz y seguridad» y el no reconocimiento de acciones unilaterales adoptadas por israelíes o palestinos, especialmente sobre las fronteras, los refugiados o Jerusalén. Sin embargo, el texto no hace ninguna referencia a la polémica declaración del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, que ha prometido trasladar la Embajada americana de Tel Aviv a Jerusalén, rompiendo así con la política histórica de Washington, y en contra de la posición de la ONU, que considera que el estatus de Jerusalén, cuya parte palestina fue ocupada en 1967 y anexionada en 1980, debe resolverse en una negociación.
Aunque los participantes no se han puesto de acuerdo para llamar la atención de la Administración americana sobre este punto, el jefe de la diplomacia gala, Jean-Marc Ayrault, declaró que la implantación de la Embajada de EE UU en Jerusalén sería «una provocación» de la que podrían derivarse «graves consecuencias». Para los americanos es suficiente el gesto que realizaron el 23 de diciembre absteniéndose durante el voto de la resolución 2334 de la ONU condenando la colonización israelí, y ayer lograron que no se hiciera referencia a las consecuencias que tendría el traslado de su legación.
Mientras John Kerry participaba en la conferencia, el diario israelí «Haaretz» reveló que el secretario de Estado norteamericano había llamado antes a Benjamin Netanyahu para asegurarle que haría lo posible para atenuar el contenido del comunicado final de París, y que durante lo que le queda de mandato vetaría toda resolución que condenase a Israel en el Consejo de Seguridad de la ONU.
El texto adoptado en París subraya la necesidad de proponer iniciativas a palestinos e israelíes para ayudarles a encontrar un acuerdo sobre los principales puntos de fricción (fronteras, refugiados y Jerusalén). Ayrault reconoció que no se hacen ilusiones y que «las medidas sobre las que trabajamos no van a llevar súbitamente a las partes a negociar, pero el acompañamiento internacional, lo más sincero y desinteresado posible, cuenta».
Netanyahu ha boicoteado desde el primer momento esta conferencia calificándola de «fútil» y, según volvió a dejar entrever ayer desde Israel, está a la espera de la toma de posesión de Trump: «Vivimos los últimos fuegos de un mundo antiguo. Mañana será diferente». Hollande respondió sin nombrar a Netanyahu durante su intervención en la Conferencia por la Paz en Oriente Medio: «La ingenuidad sería creer que el acercamiento entre Israel y sus vecinos será posible sin avanzar antes hacia la paz entre israelíes y palestinos».
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