Estados Unidos
Rusia desaira la cumbre de EEUU sobre yihadismo
Putin critica la iniciativa de Obama «porque mina los esfuerzos de la ONU». Washington anuncia sanciones para miembros del EI
Putin critica la iniciativa de Obama «porque mina los esfuerzos de la ONU». Washington anuncia sanciones para miembros del EI
El año pasado, el presidente Barack Obama presionó al máximo a las delegaciones internacionales que viajaron a Nueva York a la Asamblea General de la ONU para arrancarles su apoyo incondicional en la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico, también conocido como Daesh (el acrónimo en árabe). Pero después de un año de ataques en Irak y Siria, donde la coalicion liderada por EE UU no ha podido frenar el avance del grupo yihadista, Obama ha decidido convocar una cumbre paralela a la Asamblea General sobre terrorismo yihadista. A ella acudieron más de cien países para compartir sus ideas para combatir al extremismo violento con el objetivo de generar un «movimiento global» contra esa lacra, pero se topó con el rechazo de Rusia, para quien la iniciativa «mina los esfuerzos de la ONU». Rusia espera que el debate al respecto comience hoy, en la reunión del Consejo de Seguridad que presidirá el representante ruso.
Previamente, el Gobierno estadounidense anunció ayer sanciones económicas contra 25 individuos acusados de colaborar en el reclutamiento y apoyo financiero del Estado Islámico, entre los que figuran ciudadanos de Bosnia, Indonesia, Francia, el Reino Unido, Marruecos y Pakistán. Estas designaciones, por las que se les incluye en la «lista negra» de terroristas internacionales, fueron realizadas a la par por el Departamento del Tesoro y el Departamento de Estado. «El Tesoro se mantiene incansable en su objetivo de mermar la fortaleza financiera del Estado Islámico y evitar el acceso de este violento grupo terrorista al sistema financiero internacional», declaró Adam J. Szubin, subsecretario interino de Terrorismo e Inteligencia Financiera del Tesoro, en un comunicado.
Obama no ocultó que derrotar a los terroristas llevará tiempo, pero prometió todas las herramientas posibles, tanto militares, de inteligencia como económicas. El presidente defendió que no podrá derrotarse al EI en Siria sin una salida del poder del presidente sirio, Bachar al Asad, cuestión en la que difiere de Rusia e Irán. «En Siria, derrotar al EI requiere, creo yo, un nuevo gobernante», dijo Obama en la cumbre en la sede de la ONU. «Éste va a ser un proceso complejo y estamos preparados para trabajar con todos los países, incluidos Rusia e Irán, para encontrar una solución política», añadió.
Horas antes, el dirigente norteamericano y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, mantuvieron un tenso encuentro sobre cómo luchar contra el EI. Al contrario que Obama, Putin desea mantener a Asad en el poder. El mandatario ruso sugirió el lunes que su país podría llevar a cabo ataques aéreos contra los terroristas en Siria en caso de ser apoyado por Naciones Unidas o si recibe una solicitud de Damasco. Las divisiones entre las grandes potencias se mantienen sobre el avispero sirio. Obama cargó el lunes en su discurso en la Asamblea General de la ONU contra Rusia, China e Irán. Y Putin le devolvió ayer el golpe al enviar a la cumbre a un representante de bajo nivel. Para hoy, sin embargo, los rusos han convocado su propia reunión para debatir estrategias frente al terrorismo yihadista en el Consejo de Seguridad.
Ante un centenar de países congregados en la cumbre sobre el EI, Obama garantizó que los yihadistas «acabarán perdiendo, porque no tienen nada que ofrecer excepto violencia y muerte». «Prevaleceremos, pero eso requerirá diligencia, concentración y un esfuerzo sostenido por parte de todos nosotros», indicó Obama, quien aseguró que la coalición internacional en la que participan unos 60 países «ha demostrado que el EI puede ser derrotado en el campo de batalla».
Los dictadores en Nueva York
Los presentes en la Asamblea de la ONU no pudieron evitar soltar una carcajada cuando el presidente de Zimbabue exclamó: «No somos gays». El nonagenario Mugabe espetó esta frase cuando intentaba argumentar el rechazo de su Gobierno a la normalización de las relaciones homosexuales. Desde 2013, las relaciones entre sexos iguales son delito.
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