Guerras y conflictos

Obama y Abe hablaron de posibles sanciones adicionales a Corea del Norte

El presidente de EE.UU., Barack Obama, y el primer ministro japonés, Shinzo Abe, conversaron hoy en la Casa Blanca de posibles sanciones adicionales a Corea del Norte a raíz de la tercera prueba nuclear realizada por ese país.

Tras su reunión en el Despacho Oval, los dos mandatarios hablaron brevemente con la prensa y coincidieron en la necesidad de tomar medidas en respuesta a las acciones de Pyongyang.

La Casa Blanca ya había adelantado que no habría anuncios nuevos sobre Corea del Norte más allá de insistir en que el Consejo de Seguridad de la ONU debe "hablar con una sola voz"y dejar claro que las acciones nucleares de Pyongyang tendrán consecuencias.

Según explicó Obama, la conversación con Abe en el Despacho Oval estuvo centrada, además, en medidas que se podrían tomar para fomentar y expandir el comercio bilateral, así como fortalecer el crecimiento económico de ambos países.

Abe, por su parte, expresó que el "compromiso"de ambas partes con una fuerte alianza bilateral "está de regreso", tras haber acusado al anterior Gobierno nipón de debilitar los lazos con EEUU.

Los dos mandatarios también abordaron el litigio entre Japón y China en torno a las islas Senkaku/Diaoyu, cuya soberanía reclaman ambos países, antes de un almuerzo en la Casa Blanca que estará centrado en temas económicos.

Según Abe, Japón está manejando ese conflicto "de una manera tranquila"y lo seguirá haciendo así.

Junto al refuerzo de la cooperación en seguridad, al Gobierno de Obama le interesa especialmente que Japón se sume a las negociaciones para un pacto comercial conocido como Acuerdo de Asociación Transpacífica (TPP, en inglés).

De las negociaciones para lograr el TPP ya forman parte 11 países: Estados Unidos, Brunei, Malasia, Chile, Perú, Nueva Zelanda, Australia, Singapur, Vietnam, Canadá y México.

Los agricultores japoneses, uno de los principales apoyos del Partido Liberal Demócrata (PLD) de Abe, son reacios al TPP, por lo que una de las fórmulas que pretende explorar el primer ministro es la posibilidad de que algunos productos agrícolas nipones quedasen fuera del futuro acuerdo comercial.

Por su parte, el sector del motor estadounidense reclama que Japón se comprometa a abrir sus mercados a los automóviles fabricados en el país norteamericano.